"Si hay problemas con el único tren que tenemos para ir a Madrid, ¿cómo vamos a creernos que nos vayan a conectar con la Alta Velocidad?"
Lo del ferrocarril en esta provincia es de traca. Sí, de traca. El gobierno de España, una vez más, debe de creerse que los sorianos nos chupamos el dedo. Vamos, que aún hay quien piensa desde Madrid eso de que los de provincias pequeñas somos unos modorros. La semana pasada, el gobierno central volvió a encender la maquinaria de propaganda al más puro estilo de Goebbels: lanzar una soflama para entretener al populacho y que no se hable así de lo que de verdad importa. Antes de que el ministro de propaganda nazi perfeccionara estas técnicas, los romanos —precursores de esto sin lugar a duda—, también tenían por costumbre eso de darle al pueblo estímulos para que no molestara y actuar en otros menesteres a su libre albedrío. No eran listos ni nada los romanos. Pan y circo, ya saben. Que de nuevo ahora se vuelva a hablar de conectar a Soria con la Alta Velocidad es de juzgado de guardia. Y que se vayan a gastar en tan solo estudiarlo la friolera de 600.000 euros, insultante. De este tema y de la posible conexión a la Alta Velocidad ya se habló y mucho hace lustros. Antes de empezar a escribir estas líneas, y como a quien esto escribe le gusta guardarlo todo, me he leído el famoso PAES (Plan de Actuación Específico para Soria), con el que el entonces presidente Zapatero engañó a la parte de la sociedad soriana que se lo creyó. En ese plan, entre otros muchos incumplimientos que el tiempo sacó a la luz y sentenció, venía plasmado, sin presupuesto eso sí, la <>. Al final, esa idea de conectarnos con el `tren pájaro´ —acuérdense de la famosa `Y griega soriana´—, quedó en agua de borrajas y el AVE voló lejos de estas tierras. Y digo que es de traca que ahora de nuevo se retome el asunto, porque si no se hizo en su día, la experiencia nos dice que ahora tampoco se hará. No es que yo sea un cenizo, pero si hoy en día seguimos teniendo problemas con el único tren que tenemos para ir a Madrid —vaya por delante que hay que reconocer que se ha invertido en mejoras los últimos años—, ¿cómo vamos a creernos que nos vayan a conectar con la Alta Velocidad? Hace escasos meses nos trataban de meter en la cabeza la reapertura de la Soria—Castejón, y sin haber concretado nada sobre ello (ya escribí un día que esa vía tampoco se reabrirá), ahora nos vienen con este otro trampantojo de oropel. Pero miren, y críticas aparte: ojalá, digo bien, ojalá, estuviera equivocado y tuviera que tragarme todas estas palabras que aquí he plasmado. Eso sería sintomático de que de verdad soy un cenizo y un agorero. Ojalá, de verdad, que esta vez sí, mi ciudad y mi provincia estuviera conectada con la Alta Velocidad española. Pero pesa más mi olfato y conocer al personal. Y como decía Calderón de la Barca, que no daba puntada sin hilo: «…toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son».