MEDIO AMBIENTE
Asden promueve la iniciativa popular contra la fractura hidráulica
El grupo ecologista quiere que la lucha antifracking «no se politice», dice su portavoz recordando que «la bandera la llevan los vecinos y los ayuntamientos»

Una de las convocatorias de protesta realizada por el grupo ecologista Asden el pasado año. / ÁLVARO MARTÍNEZ-
La lucha contra el fracking en Soria ha entrado de lleno en el día a día de Asden y así se plasmará también en la memoria que está elaborando el grupo ecologista soriano con el balance del último año. El colectivo forma parte de la plataforma creada a mediados de año, junto con ciudadanos y ayuntamientos para promover una corriente en contra de la fractura hidráulica, tras conocerse la existencia de cinco solicitudes de permisos de investigación en tierras sorianas con la técnica de la fractura hidráulica, y con el objetivo último de que los ayuntamientos expresen institucionalmente su oposición.
El objetivo último es, no obstante, que las Cortes regionales se pronuncien y «Castilla y León diga no al fracking como lo han hecho otras comunidades», lo que se pretende hacer a través de una iniciativa legislativa popular a propuesta de Asden.
Se trata de un mecanismo que contempla la Constitución para que el ciudadano pueda presentar iniciativas de ley, «sólo que en vez de a través de recogida de firmas, que es como suele hacerse, se hará a través de resoluciones de ayuntamientos», adelantó el portavoz de Asden, Carlos González. «Bastaría que 35 lo hicieran», si bien «se está viendo la posibilidad de coordinar la idea con otras provincias para tener mayor fuerza», significó el ecologista, citando Burgos, Palencia, León y también con gente de La Rioja y Cantabria. Estas dos Comunidades tienen aprobadas resoluciones en contra del fracking.
Son bastantes los colectivos que han pedido públicamente a las administraciones que no autoricen la técnica del fracking en Castilla y León, a la que formalmente se han opuesto diversos ayuntamientos sorianos, como los de Soria, Ágreda y Renieblas, y también la Diputación de Soria, según recuerda el portavoz ecologista, quien reiteró la necesidad de no politizar la lucha antifracking. «La bandera la llevan los vecinos y los ayuntamientos, no los partidos políticos», deja claro Asden, advirtiendo que no quiere que «el tema se politice».
El fracking ocupará un lugar destacado en la memoria de Asden, que está elaborando en estos momentos, dando cuenta de toda su actividad al respecto, incluyendo la presentación de alegaciones a todas las solicitudes de permisos para estudios de investigación que, por el momento, han presentado diferentes compañías.
Asden celebrará asamblea general anual casi a mediados de año. Será «en torno al mes de mayo» cuando cite a sus socios para dar cuenta del balance del último ejercicio y del estado de cuentas de la asociación que, tal y como recuerda Carlos González, «no pide ninguna subvención a las instituciones. Para que nadie pueda pensar nada raro», se apunta. Así las cosas, el presupuesto «suele salir muy equilibrado: un año sobran 300 euros y otro si no faltan, casi», comenta el portavoz, explicando que la fuente de financiación son los propios socios.
La crisis también ha pasado factura en este sentido, ya que en el último año se han borrado algunos socios. En estos momentos, Asden tiene 195 afiliados al corriente de las cuotas.
Vertidos
Los vertidos a cuencas fluviales constituyen una de las líneas de batalla más frecuentes de la asociación, que durante el último año formalizó cuatro denuncias al respecto. Tres de ellas tenían el mismo motivo, unos vertidos aparecidos en el río Lobos, en Untoria y Casarejos, denunciados ante la Junta de Castilla y León, el Seprona de la Guardia Civil y ante la Confederación Hidrográfica del Duero. «Fue en agosto. Decían que todo funcionaba de forma correcta y no había más que ver que las aguas iban al río antes de la depuradora a veces, o bien directamente al río Lobos», lo que se puso en conocimiento de los tres estamentos citados.
La otra denuncia por vertidos fue por uno en el río Golmayo, dentro del término municipal de Soria. El vertido procedía, según fuentes de Asden, de un colector que vertía directamente al río, lo cual no resultaba muy apreciable cuando había cierto caudal, pero si no convertía la zona en pestilente, como pudo comprobarse este verano. «Se comunicó verbalmente al Ayuntamiento en verano, pero como no se hizo nada se denunció públicamente y después por escrito en septiembre».