ENTREVISTA. NARCISO PÉREZ. DIRECTOR DE LA PRISIÓN DE SORIA
«El módulo polivalente de la cárcel de Soria podría abrir ya antes de mayo con 12 trabajadores más»
Faltan 43 plazas por cubrir, pero completas las necesidades de otras cárceles, le va llegando el turno a la de Soria y hay cerca de 2.700 funcionarios de toda España pendientes de una. La asignatura pendiente sigue siendo la incorporación de un médico
Hace tres años que se inauguró la nueva cárcel y 14 que terminaron las obras, y aunque en los últimos años se han abierto dos módulos más de los iniciales, todavía queda mucho margen. El director del centro penitenciario de Soria, Narciso Pérez, llegó al cargo en febrero de 2022 y ha logrado un clima de tranquilidad para los 179 funcionarios y 290 presos. Una cifra esta última que ha crecido en más de un centenar. El esperado módulo polivalente, que ofrece una atención más específica para los reclusos, necesita 12 funcionarios más para ponerse en marcha, y podría ser ya antes de mayo del próximo año, si es posible que por fin llegue personal ya que hasta ahora no hay demanda. Cubiertas las necesidades de otras cárceles, le va tocando el turno a Soria.
Pregunta. Comencemos hablando de cifras. ¿Cuántos son los trabajadores, los internos y los módulos abiertos?
Respuesta. La plantilla del centro penitenciario se encuentra formada por 179 funcionarios, de los que 154 son de carrera y 25 en prácticas. Aunque de esos 25, diez se fueron a Logroño, pero ahora han venido otros diez, por lo tanto el número no cambia. Las prácticas tienen una duración máxima de 18 meses, pero no tienen que quedarse todo el tiempo, depende de los concursos de traslados y la organización que haga la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias para ubicarlos. Y de personal laboral tenemos 14. En cuanto a internos, rozamos los 290. Ha crecido el número. Cuando yo me incorporé, el 20 de febrero de 2022, teníamos unos 170 reclusos, y eso nos daba unos problemas terribles, porque tenemos tres talleres productivos de empresas exteriores, una ocupación muy interesante para los internos tanto para formarse como para ganar un sustento, que parte lo va n a enviar a sus familias. Y teníamos dificultades para contar con internos que fueran a los talleres productivos del centro, que son empresas que llevan muchísimos años trabajando aquí. Yo solicité a la Secretaría General que me enviasen más internos.
P. ¿Y respecto a los módulos?
R. Hay que diferenciar lo que son módulos residenciales, que hay ocho, de los polivalentes, que son tres. Los primeros son de 72 celdas cada uno, y los segundos de 36. Estos últimos son muy interesantes porque van dirigidos a una intervención tratamental más específica. Tanto el equipo técnico como las ONG, entidades del tercer sector que están colaborando con nosotros, pueden trabajar dentro de esos módulos específicamente con enfermos mentales, con dependencias, etc, porque disponen de salas para hacerlo en dichos módulos. Se puede ingresar ahí a los internos que necesiten una atención más especializada e individualizada. Lo que sucede es que actualmente no tenemos capacidad de plantilla para poder abrir un polivalente. Lo que tenemos abierto son cuatro módulos residenciales, que cuando yo llegué había dos; más el departamento de ingresos y el de enfermería. En el momento que pude, a finales del año pasado, abrí el cuarto, porque el clima social mejora y la conflictividad disminuye cuando están los módulos más vacíos y hay un interno por celda, se nota muchísimo. Dentro de esos cuatro, hay uno de respeto, de alta exigencia, cuya normativa interna se asemeja mucho a las normas en libertad. Hay otro de destinos y los otros dos son módulos al uso.
P. En septiembre del año pasado se anunció también la apertura de un módulo polivalente. ¿Es posible?
R. Está pendiente de la incorporación de plantilla.
P. ¿Por qué no llega?
R. Lo que pasa es que se estableció una relación de puestos de trabajo, RPT, que no es suficiente para abrir toda la prisión pero sí para hacerlo parcialmente. Se ha ofertado en el último concurso de traslados toda esa RPT para abrir parcialmente, porque faltan de cubrir 43 personas. La Secretaría no lo ha hecho mal, las ha ofertado, pero no se han cubierto. Hay necesidades en otras prisiones y la gente se ha ido allí, y ésta se ha quedado fuera. Pero esto tiene que cambiar en los próximos años, porque ahora mismo hay dos promociones que son cerca de 1.900 funcionarios más otra de 800. Están distribuidos por las distintas prisiones y tras el concurso de traslados, que será previsiblemente después del verano, les ofertarán plazas. Nosotros ahora estamos pendientes de la resolución de ese concurso y después de la adjudicación de plazas a todas esas personas. Yo creo que vendrán porque esta cárcel tiene buena fama, es tranquila, donde no hay incidentes significativos, se trabaja de manera pausada, se aprende mucho. Además, las necesidades de otras prisiones están cubiertas y como tienen que salir plazas, la gente ya no podrá coger esos destinos. Están las jubilaciones pero no va a ser una oferta tan elevada. Por lo tanto, es muy probable que la gente vaya terminando aquí, al menos por un periodo de tiempo hasta que se pueda ir.
P. ¿Cuándo puede ser la resolución?
R. Puede que nos vayamos a principios del año próximo, y a partir de ahí se podría abrir el nuevo módulo polivalente. Si no se pudiera entonces habría que esperar a la asignación de destino de carrera de los que están en prácticas. En cualquier caso yo creo que antes de mayo podría ser, pero es la Secretaría quien distribuye los efectivos.
P. ¿Cuántos hacen falta para abrir el módulo?
R. El polivalente con 12 efectivos más podríamos abrirlo, y el residencial conlleva más plantilla, con otros 16 se podría hacer. Y en ese caso podríamos solicitar cerca de cien reclusos, aunque el módulo polivalente se abriría con internos que ya están aquí. Se podrían hacer las dos cosas a la vez, siempre que dispongamos de los efectivos.
P. Existen voces críticas que hablan de cárcel infrautilizada. ¿Qué opina?
R. Hay que pensar que desde hace unos 15 años la población reclusa ha disminuido mucho y prisiones tipo que tenían 1.600 internos ahora albergan la mitad. Cuando se hace el Plan de Infraestructuras de Centros Penitenciarios nuevo era mayor. Esta prisión se proyectó para diez años atrás, en 2014, y la situación era distinta. No es que haya habido un error, porque igual que pasa en Soria ocurre en otras prisiones de España. Está claro que ésta podría albergar más internos, pero si me preguntas si esta prisión, algún día, va a estar al cien por cien, es decir, 1.400 internos, dos por cada celda, que no sería lo idóneo, yo tengo mis dudas, pero simplemente por la evolución de la delincuencia.
P. Han pasado diez años desde que se construyó y tres que se inauguró. ¿Cómo ha sido la evolución del centro en cuanto a estructura y funcionamiento?
R. Cuando se puso en marcha hubo que hacer unos arreglos y reformas para empezar a funcionar, y así lo hemos hecho con los módulos que hemos abierto. Las instalaciones de esta prisión son de lo más novedoso que hay en España. Cuando me hice cargo de la dirección había mucha intranquilidad, no se trabajaba cómodo y lo primero que hago es dar esa tranquilidad y me olvido un poco de la gestión el primer mes, para que la gente se dé cuenta de que si todos vamos en el mismo sentido esto va a funcionar. Y yo estoy muy satisfecho, pero no sólo conmigo mismo sino con la plantilla. Tanto con el equipo directivo como con la plantilla, extraordinaria, no tengo ninguna queja. Se luchó mucho en Soria para abrir una prisión nueva, porque hay que reconocer que la anterior se quedó obsoleta, las instalaciones no eran dignas, y esa plantilla se ha implicado mucho en que esto funcione.
P. Cuando se construía la prisión había temor de que provocara inseguridad.
R. Para nada, pero esto sucede en muchos sitios. Hay que entenderlo, pero por desconocimiento. Con la apertura de esta prisión se ha ganado seguridad, porque la antigua tenía muchísimos menos sistemas de seguridad, donde podía haber fugas, y porque estaba en medio de la ciudad. La posibilidad que tenían los familiares de los internos de introducir droga dentro sabíamos que era muy fácil. En esta, en el sitio donde está y con la seguridad, eso ya es inviable.
P. ¿Qué le reporta la cárcel a la ciudad desde el punto de vista económico?
R. Hay importantes ingresos económicos porque, aunque muchos de los productos que se compran son a través de contratos centralizados de Madrid, no todo es así. También nos suministran empresas de la ciudad. Aquí hay un sistema de mandadero, porque los internos tienen sus propios economatos dentro de los módulos, tienen una tarjeta de peculio, como una de crédito, donde se les carga un dinero a la semana y van comprando, café, tabaco, champú, lata de sardinas, refrescos, cerveza sin alcohol... Pero pueden solicitar comprar determinados artículos permitidos a tiendas de la ciudad. Por ejemplo, estamos trabajando hace muchísimos años con Antón&Cacho, y la facturación no es pequeña, y hay otras muchas empresas. Aquí la mensajería tipo Amazon no entra. Además, todos los funcionarios viven en Soria, a pesar de que se encuentran con que no hay mucha oferta de vivienda en alquiler. Y a eso hay que añadir los familiares que vienen a visitar a los internos que también hacen su gasto. Asimismo, muchas empresas vienen a hacer trabajos a la cárcel, jardinería, máquinas de vending, mantenimiento...
P. ¿Los presos hacen vida en Soria cuando tienen permiso?
R. Depende. Cuando salen de permiso pueden tener la acogida dentro o fuera de Soria. Si es de Granada, por ejemplo, va a casa de su familia, pero puede tener la acogida en la casa de Cáritas Soria.
P. ¿Alguno no vuelve?
R. Tenemos muy pocos fracasos.
P. ¿Qué perfil tiene el interno de la cárcel de Soria? Porque ha de tener buena conducta para participar en los talleres...
R. Yo soy de la opinión que no hay internos buenos o malos, hay los que se adaptan a las circunstancias y los que no. Los que tenemos aquí son los mismos que en otras prisiones, aunque es cierto que yo cuando pedí más internos para poder cubrir esos talleres de producción, solicité que fuera gente con largas condenas, que la libertad definitiva la tuviese alejada, y a ser posible, que tuviera cierta edad, ya estabilizada, con la idea de venir a un centro para terminar de cumplir su condena tranquilo, trabajando y ganando un dinero. Ese es el perfil que solicité, pero tenemos de todo tipo.
P. ¿Con qué empresas trabajan?
R. De automoción, para hacer piezas, con Huf, Sumirico y Ficosa, y hemos pasado de 90 trabajadores en estos talleres a llegar a tener 137. Ahora rondamos los 110 porque en verano baja la producción, pero en septiembre se intensificará. Nos vamos a más de 170 ocupados si sumamos los destinos auxiliares en cocina, panadería, economato central, office para el reparto de comida, mantenimiento... Tenemos una bolsa de empleo y la gente que va viniendo pide por instancia que quiere trabajar y manifiesta sus preferencias.
P. ¿Cómo es la relación entre funcionarios y población reclusa?
R. La relación aquí es muy directa. Al no tener demasiados internos, los funcionarios les conocen perfectamente e interactúan con ellos. Y eso hace que la convivencia resulte más agradable. Además, en las últimas promociones está entrando un porcentaje elevado de mujeres. Yo observo y puedo decir que la presencia de las mujeres en los módulos pacifica las relaciones y mejora el clima social. Está demostrado.
P. Han tenido dificultad para encontrar un médico de prisiones, ¿actualmente cuenta con alguno el centro?
R. El tema de la sanidad penitenciaria es un muy complejo. Tuvimos un médico interino durante algún tiempo, luego lo dejó y nos quedamos sin médico. La Secretaría ha hecho todo lo posible por sacar convocatorias pero no hay médicos. Aun así, nos asignaron interinos, pero por una circunstancias u otras han renunciado a esa plaza, por lo tanto seguimos sin médico, y es un grave problema. Lo que hacemos es que a través de la empresa Pama, tenemos contratado un médico, que viene cuatro horas al día, dos días a la semana. Y tenemos un equipo de enfermeras extraordinario. Eran cuatro y una se ha jubilado, pero se cubrirá la plaza. Yo rompo una lanza por ellas porque sé lo que es trabajar sin tener un médico. También hay tres auxiliares.
P. Tras la reforma del Hospital Santa Bárbara, van a contar con un espacio específico, ¿cómo está de avanzado? Porque desde la Junta de Castilla y León se quejaban de que no había proyecto por parte del Ministerio.
R. Hemos de tener una unidad de custodia en el hospital, que hasta ahora está en una planta, con otros pacientes, y a nivel de seguridad no es lo más adecuado. Esa unidad depende de la Policía Nacional, que es quien custodia. En la zona nueva hay un espacio previsto, unos 200 metros cuadrados, con una entrada independiente desde la calle, y está el espacio diáfano y hay que hacer un proyecto, estructurarlo, que es competencia de Siepse, la Sociedad de Infraestructuras Penitenciarias. Lo último que sé es que no está ese proyecto en marcha. Y es necesario porque donde está ahora la actual, lo tienen que tirar, porque es justo lo que falta de reformar de la obra del hospital, y se va a generar un problema. El hospital tendrá que trasladarlo mientras tanto. Además, también hemos de tener una sala de espera para las consultas de especialistas, que también está prevista en la reforma. He visto la sala, en otra zona, y cuando esté realizada, los internos la tendrán solo para ellos, aislada del resto de la ciudadanía.
P. ¿Por qué hay retraso en el proyecto de la unidad de custodia, si la reforma del hospital lleva años?
R. No lo sé. Hay varias instituciones implicadas, el subdelegado, el comisario y el gerente del hospital. Hemos hablado con el responsable de Seipse para que se agilice, y nos dicen que están en el proceso.
P. Se solicitó desde la Audiencia Provincial de Soria que hubiera una oficina judicial en la prisión para facilitar el trabajo a los agentes.
R. La noticia que tengo es que no va a haberla, porque Justicia determinó que no era necesario. Nosotros el espacio lo tenemos, en este pasillo, con su placa incluso. A nosotros no nos compete.
P. También vuelve a salir a licitación el transporte hasta la cárcel del personal.
R. Sí, porque se acaba el contrato y se vuelve a licitar. Hubo algún pequeño desajuste pero estamos contentos con el servicio. No lo utiliza mucha gente pero hace varios servicios al día.
P. ¿Qué proyectos futuros barajan?
R. Se van haciendo cosas. Tuvimos bastante dificultades para cubrir las plazas en los equipos técnicos, como psicólogos, juristas, etc. Ahora lo tenemos cubierto. Pasó igual con el personal laboral trabajando en el tratamiento de los internos. Y eso nos va a permitir hacer más actividades, aumentaremos los programas terapéuticos. Vamos a hacer uno para agresores sexuales, de violencia de género, de conductas violentas, talleres psicoeducativos, prevención de recaídas en drogodependencias y algo muy interesante, la intervención con internos condenados por delitos de violencia de género pero que tienen condenas muy cortas, porque los programas terapéuticos dirigidos a esas personas suelen durar más de diez meses, y si la condena es menor, tenemos que hacer algo con ellos, si no el paso por aquí no se aprovechará. Estamos pendientes de firmar un convenio con la Concejalía de Igualdad para hacer una programación y hacer actividades de igualdad de género, tanto funcionarios como internos. Seguimos colaborando con la Universidad de Valladolid con programas anuales, y tenemos talleres de meditación y silencio, otro de música de calle, que en agosto salen dos internos a tocar en una actividad en la plaza de las Mujeres. No paramos y seguimos ampliando. También hemos conseguido la inscripción de la prisión como centro de formación presencial para los internos, en el Servicio de Empleo, y a ver si podemos empezar a finales de año o principios del que viene con distintos cursos, de pintores y jardinería. Muy interesante porque los reclusos llevan su título. Aquí trabajamos para los internos, y todo lo que se puedan llevar a la calle es fundamental. Además hacemos formación continua, curso de manipulador de alimentos, carretillas elevadoras... Siempre agradezco a las ONG el trabajo que hacen, a Cruz Roja que trabaja con drogodependientes, Cáritas para acogida de permisos, la pastoral penitenciaria, a Areso por el programa de alcoholismo, Asovica para enfermos mentales... Nos ayudan muchísimo.
P. ¿Detectan aumento en algún tipo de delito?
R. Sí, en violencia de género hay un incremento importante, con muchas condenas cortas. El incumplimiento de las medidas de alejamiento supone el reingreso en prisión y vemos que se están elevando. Hay mayor concienciación en la calle, y en la Justicia, de que eso no se puede hacer.