El PSOE presume de inversiones y el PP habla de Soria como «un caos»
El alcalde refiere que ya es municipal el local en entredicho de Los Royales para el centro cívico del barrio. Izquierdo asegura que la liquidación del IVA de 2023 fue incorrecta y el Consistorio debe 152.000 euros

Un momento del pleno sobre el estado del municipio.
Mientras el PSOE presume de inversiones y habla del largo plazo, con una actuación a la que sucede otra planificada con tiempo, el PP pone el foco en las molestias de las obras y promesas incumplidas. Y Vox arremete contra la Agenda 2030 y el feminismo, entre otros de sus emblemas ideológicos. El pleno del estado del municipio, tan espeso como de costumbre, trajo una ristra de obras, reproches, ausencias y consideraciones, sin una conclusión clara, como suele, y con algunas novedades deslizadas al calor del debate. En el haber del equipo de Gobierno, una inversión «nunca antes vista», con más de 400 millones ejecutados o en ejecución, según expresó el alcalde, Carlos Martínez. En el debe, según la portavoz del PP, Belén Izquierdo, «un programa incumplido y un Ayuntamiento que no funciona». Para los populares, hay «una ciudad convertida en un caos» y un Consistorio «salpicado de escándalos». Por ejemplo, el desfalco en la recaudación del polideportivo de San Andrés o la ilegal quinta planta de Pajaritos II.
El pleno dejó escasos anuncios, aunque sí uno de calado: que el Consistorio ya es propietario del local en entredicho de Los Royales, después del procedimiento concursal de la constructora. «Lo firmamos el otro día con el notario, ya es un local municipal», refirió el alcalde sobre el espacio destinado a un centro cívico en Los Royales que parecía en el aire. «Ya está registrado y hay un acuerdo con la administración concursal», expresó Martínez sobre unas dudas que pillaron en plena licitación del acondicionamiento y que ahora puede seguir. El PP hizo su propia confidencia, que fue que la liquidación del IVA del año pasado marró en todos los trimestres, de manera que si el Consistorio esperaba una devolución de 200.000 euros, resulta que tiene que pagar 152.000, contó Izquierdo.
El contexto internacional es complejo y la prosperidad actual puede irse al traste en cualquier momento, pero el municipio va. El Centro de Proceso de Datos, las travesías, la depuradora, el Banco de España, la reforma del pabellón de Los Pajaritos, el plan Soria Intramuros, la renovación del alumbrado, el próximo polideportivo de Los Royales, el centro de acogida a refugiados, la nueva Comisaría y así una larga lista de proyectos propios, de otras administraciones o en colaboración con ellas, son «hechos», «realidades» y «gestión», citó el regidor, quien consideró la inversión como «el mejor aval de la Soria a la que aspiramos». El «pedaleo constante», metáfora favorita del alcalde, muestra una Soria «meditada, sin cortoplacismo», con el propósito de solucionar los problemas estructurales.
Entre ellos, «no dejar a nadie atrás», en referencia al gasto social, del que Martínez prefirió hablar como «inversión social», que se ha incrementado en un 25%. Y si «la protección social es el alma de una ciudad», el «termómetro de la calidad de vida» son unos servicios públicos, que dejan, entre otras cosas, un millón de euros en obras hidráulicas en 2024 a cargo de la empresa del agua o un autobús urbano cuyo uso ha aumentado en un 41% en el apartado interanual.
Si en materia de personal el alcalde manifestaba su «gratitud» a los trabajadores municipales y reconocía la «necesidad de una revisión más pormenorizada» de la Relación de Puestos de Trabajo, en industria apuntaba a la espina clavada del Consistorio: Valcorba. El polígono «no puede ser excluido del marco logístico de Castilla y León», por lo que se alegará a la estrategia regional, y tiene el «mismo derecho» a ayudas de la misma cuantía que los «polígonos de su alfoz», entiéndase el PEMA.
«Cultura diversa y participada», deporte como «motor económico» en un entorno de «cuentas saneadas» fueron otros mensajes del regidor, que no eludió el IBI y sus polémicas, con un recibo medio «muy lejos» de lo que se estila en otras ciudades y bajo el «dogma» de que tienen que pagar más quienes más tienen. «Sin unos ingresos ciertos asegurados», desde la ciudad «no podemos aspirar» a unos servicios adecuados, indicó Martínez, quien dibujó una Soria «avanzando y no retrocediendo», pensando «en el largo plazo» y «sin miedo», más allá de ruidos y crispaciones.
«Año y medio de encubrimientos» y «con escándalos un día sí y otro también», como el desfalco de San Andrés, que indica una «dejación de funciones». De manera explosiva comenzaba su discurso Izquierdo, hablando del último lío municipal y de sentencias que dejan «con el culo al aire» al Ayuntamiento, como con la planta de más de Pajaritos II, construida sin amparo de licencia.
Hay obras, pero «han puesto patas arriba a Soria», una ciudad «partida por todos los puntos cardinales», con «problemas de gran ciudad donde no los había», como ruidos, contaminación o atascos.
«La realidad no coincide con las promesas electorales», atacó Izquierdo, iniciando así una larga lista de cuestiones, remontándose incluso a los inicios de la andadura del PSOE al frente de la ciudad. Plaza de toros inclusiva, Soria ciudad de congresos, «Soria modelo de ciudad compacta», con «atascos por doquier y problemas para aparcar», una ampliación de la Audiencia que «sigue a ritmo de tortuga», la empresa de la vivienda, el nuevo cuartel de la Policía Local, la casa de las mujeres, la ocupación de la planta superior del mercado, la tercera fase de San Andrés... parecía que por cada inversión del alcalde Izquierdo iba desgranando un fallo en los programas del PSOE. De manera más actual, «el teléfono de este Ayuntamiento no funciona» y la gente en el patio de columnas espera dos horas a ser atendida.
En Valcorba, « a los resultados me remito», apuntó en referencia a que únicamente se ha vendido una parcela en un polígono que «algo tendrá o algo no tendrá para que no le guste a nadie». Entre otras cosas, una baja edificabilidad para el tamaño de las parcelas. Izquierdo se fijó también en un PGOU pendiente de reemplazo y que «qué bien viene para echar la culpa» de los problemas de gestión propios. «Sólo sabe subir los impuestos y las tasas», espetó al alcalde, señalando al IBI y a la tasa de veladores que se eleva para el próximo año.
El estado del municipio pasó un tanto en segundo plano para Vox pues, argumentando que «todo» afecta a Soria, se lanzó sobre todo a arremeter contra el Gobierno central, su «grave corrupción» y la «mutación de valores». Si bien en el plano local hay carencias como el PGOU y se producen «subidas abusivas de impuestos», «todo queda eclipsado por las decisiones transversales» del Gobierno de España, que está «minimizando la aplicación de la fiscalidad diferenciada» y fomentando la «desigualdad entre territorios», afirmó Fernando Castillo. Las medidas del Gobierno atentan para Vox contra el campo, contra «nuestra industria automovilística» e incluso contra el turismo, con el nuevo registro de viajeros. Hay «recibos energéticos elevados mientras cierran nucleares», en tanto la Agenda 2030 «acaba con ese paraíso de la seguridad» que es Soria. El «fanatismo climático», el feminismo o «si queremos que la ciudad se nos esté llenando de inmigrantes» centraron otras afirmaciones de Vox, que el alcalde consideró el «argumentario tipo» y «doctrina militar que le impone su partido» a un «fanático falangista». Castillo se había enzarzado antes con gran hostilidad contra el socialismo.
El alcalde echó de menos alternativas por parte de los otros grupos («no hay forma de que nos sorprendan») y reivindicó ante Vox todo lo hecho por los gobiernos del PSOE. Consideró «legítimo el cabreo de la gente» con las molestias de las obras, pero no el del PP. «Su Ayuntamiento no funciona», concluyó por su parte Izquierdo, que lo estimó como «una caja de sorpresas, pero sorpresas desagradables».