La borrasca Jana golpea el puente medieval sobre el Duero de un pueblo de Soria, fundamental en la Reconquista y en el siglo XXI
Uno de los descansaderos de la estructura, de origen romano, se cae al río con parte de la acera existente junto a la carretera nacional que atraviesa la población

Imagen que aparece en el blog Cazando puentes, con el pie 'Postal fechada en el año 1933 que comercializaba Laboratorios Carrascosa'.
Más de once siglos de pura historia para que de pronto venga una borrasca de nombre bíblico y se lleve por delante unos metros de la memoria de San Esteban de Gormaz resulta como poco descorazonador. El desprendimiento de parte del puente de este pueblo de Soria en plena borrasca Jana -que ha provocado el desbordamiento del Duero y otros pequeños ríos de la provincia- ha golpeado de lleno a la población ribereña, por derecho propio parte de la Ruta del Cid.
Junto a su Castillo, el puente de los 16 ojos es todo un emblema en San Esteban, Conjunto Histórico-Artístico desde 1982 y BIC desde 1995. Se trata de una estructura medieval asentada sobre otra romana, con una longitud de 200 metros y un ancho que brinca de los 8 metros.

Puente de los 16 ojos esta mañana.
El puente tiene 16 arcos u ojos, de ahí su nombre, y está construido en sillería caliza, con bóvedas de medio punto y los dos estribos uno a cada lado. Es uno de los pocos pasos que cruzaba el Duero en la época medieval y se basa en otro de origen romano, el cual ahora ha perdido uno de los descansaderos, que ha caído al agua con parte de la acera.
Ha servido y sirve para salvar el curso del Duero, y "como defensa y control del territorio, fundamentalmente durante la Reconquista". Sandra Martínez Caballero, técnica en Turismo en el Ayuntamiento de la población, habla de las tres funciones de este puente "derivadas de su propia naturaleza", dice: vía de conexión de para salvar el curso del río, hoy vigente en forma de carretera nacional; como defensa y control del territorio, sobre todo en la época de la Reconquista; y para el cobro de impuestos, lo que se conoce como pontazgo, explica. Un dinero que iba a las arcas del señor de las tierras "e incluso con el objetivo de conservación y mantenimiento del puente", recoge la experta en un texto de divulgación histórica y en materia de turismo.
La primera mención al puente, protagonista a su pesar en este 2025, la encontramos el 21 de abril de 1068 y a ella nos lleva Martínez Caballero. Data de “cuando el concejo de San Esteban vendió al monasterio de San Pedro de Arlanza una aceña situada sobre el puente a cambio de víveres valorados en 200 sueldos”, recoge en el trabajo, en el que también se hace eco de la opinión de diversos autores que "lo han considerado desde un primer momento romano".
Las últimas obras de conservación realizadas en el puente datan de 2017 y en este marco tiene lugar la elaboración de un informe sobre el origen del puente en el que se aborda esta última teoría, recogido por Sandra Martínez: “En los documentos históricos consultados no se hace mención expresa de la cimentación y, por lo tanto, lo más probable es que pueda ser la original del puente y pertenecer a un puente romano derruido siendo aprovechada para la construcción de este puente, según una práctica habitual histórica. En las reformas llevadas a cabo en el siglo XX no se preveía el refuerzo, la ampliación o la ejecución de nuevas cimentaciones. Los posteriores ensanches se han ejecutado a costa de los tajamares preexistentes”.
El puente ha sido reparado en diversas ocasiones, con obras de conservación que han contribuido a su mantenimiento. No hay que olvidar la "importancia estratégica" de San Esteban de Gormaz como entrada a Castilla durante la Reconquista y siglos siguientes, por lo que se presupone un considerable trasiego en el puente. Las sucesivas obras han dejado su impronta en la piedra.
A finales del siglo XX, con motivo de una intervención para el reacondicionamiento del azud se encontraron varias inscripciones romanas, en su mayoría funerarias, según la técnica de Turismo. "Además, existe una inscripción de 1717 (ubicada en la novena pila desde la población) conmemorativa de la restauración efectuada en dicha fecha. No es romana, pero sin duda, es una muestra de, cómo, a lo largo de los siglos, se ha dejado constancia escrita grandes obras de ingeniería realizadas". Aunque está en posición invertida, posiblemente por una intervención posterior, que el informe de Sandra Martínez sitúa entre 1909 y 1911, en esta inscripción puede leerse lo siguiente:
"REINANDO LA MAGD DE V SE HIZO ESTA OBRA SIENDO ELLA EL LIZDO D JVAN ALFO MENERO CORROR DE ARANDA I OIDOR .......... AUDCIA DE LA ZDAD DE OB."
El informe adjunta la traducción: "Reinando la Majestad de (Don Felipe) V se hizo esta obra, siendo (Juez de) ella el Licenciado Don Juan Alfonso (Col)menero Corregidor de Aranda y Oidor (nombrado para) la Real Audiencia de la ciudad de (Oviedo)".
Y así las cosas y los precedentes históricos de este ejemplo de resistencia, siempre puede uno apelar al nombre del verdugo. Quizá así no se sienta tan lacerante la herida: Jana es en hebreo una alabanza al cielo: "Dios es misericordioso". ¿Sí?
(El trabajo de Sandra Martínez puede leerse en la web municipal y beben de él otras publicaciones, como el blog de Lobo Quirce Cazando puentes, el cual incorpora una interesante cronología de imágenes del puente).