Heraldo-Diario de Soria

«El Muay Thai me aporta muchas cosas buenas, pero es una lucha continua»

La peleadora de El Burgo de Osma conquista el primer campeonato en España de Kun Khmer, mientras equilibra dos mundos exigentes

Laura de Blas.JUAN CARLOS L. RUIZ

Publicado por
Sandra Guijarro
Soria

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En el corazón de cada pelea y en las horas silenciosas de estudio, Laura de Blas (El Burgo de Osma, 1993) encuentra su razón de ser. Esta joven burgense ha dedicado su vida al desafío constante: el de dividirse entre dos mundos exigentes y apasionantes, marcados por el equilibrio entre los libros y el ring.

Ingeniera aeroespacial en formación y peleadora de Muay Thai, Laura ha sabido encontrar en cada entrenamiento y en cada combate una lección que trasciende el deporte. «Siempre he sido una persona centrada en los estudios y perfeccionista. Cuando estudiar era mi prioridad, encontré algo que me entusiasmaba y que me hacía sentir genial. En esa situación personal, sentía una sensación de esfuerzo-recompensa», confiesa.

En El Burgo, tierra donde se crió, risueña y alegre, Laura siempre destacó por su perfeccionismo y su dedicación a los estudios. Su determinación la llevó a mudarse a Madrid, un reto que abordó con su característica disciplina. En la capital, buscó la forma de evadirse en el gimnasio de su barrio, donde se interesó por los deportes de contacto. Probó el boxeo y terminó por descubrir el Muay Thai, un deporte que definiría su vida. «Fue por casualidad. Desde entonces, mi vida ha sido una mezcla entre entrenar, pelear y estudiar», explica.

Compaginar sus estudios con su pasión por el deporte de contacto no fue tarea fácil, pero su determinación la impulsó a seguir adelante. «El Muay Thai me aporta muchas cosas buenas, pero es una lucha continua entre lo que creo que debería hacer, que es seguir con la carrera, y lo que realmente me gusta hacer», añade.

Con humildad, reconoce que uno de sus mayores golpes ha sido el machaque constante, pero que «todo es aprender a hablarse mejor, valorar y ver las cosas con perspectiva», explica. Con la lección aprendida, disfruta del proceso, entrena unas tres horas al día y trabaja con un preparador físico para potenciar su fuerza, resistencia y potencia, manteniéndose siempre lista para competir. «Un día mío es, básicamente, ir a la universidad y entrenar. Suelo entrenar unas 3 horas al día. La preparación física es dura, pero como a mí me gusta, lo disfruto», añade.

Aunque todas las peleas, desde las primeras hasta las más recientes, las recuerda con cariño, una de las más importantes, por su momento vital, fue contra la inglesa Niamh Kinehan. Aunque una de las experiencias más enriquecedoras fue su viaje a Tailandia, la cuna de este deporte, donde tuvo la oportunidad de entrenar durante un mes en verano y consiguió la plata, en el 2019, tras competir en el Campeonato Universitario de la Federación Internacional de Asociaciones de Muay Thai (IFMA).

«Es una cultura diferente, lo viví de una manera muy distinta. Ir a un país en el que vives para eso, es una maravilla», comparte.

Lejos de creer en rituales, «por no dejarlo en manos externas», y priorizando la mente, su reciente victoria en el primer campeonato de Kun Khmer celebrado en España representa un punto de inflexión en su trayectoria, sobre todo tras un periodo de pausa debido a un incidente al no dar el peso en Reino Unido. «Se formó una situación muy desagradable. Aproveché para hacer un descanso y paré de pelear. Sin querer, pasaron dos años», relata. Su regreso al ring el pasado mes de febrero marcó un nuevo comienzo: «Gané, a nivel emocional y de sensaciones, y me sentí mejor que nunca. Parar y reflexionar me ayudó a verlo todo con perspectiva”, confiesa.

En cuanto a los desafíos de ser mujer en un deporte dominado por hombres admite que no ha tenido ningún problema. “A nivel de oportunidades, los hombres tienen cierta ventaja, pero tal vez sea por el país de origen o por el tipo de deporte, que al ser de contacto hace que a las chicas nos cueste más decidirnos o porque no hay tantos referentes femeninos. Lo positivo es que cada vez hay más mujeres compitiendo», argumenta.

De cara al futuro, no cierra puertas a nada, le gustaría poder enfrentarse a las mejores peleadoras del mundo o compartir con otros los valores de este deporte. «A todos se nos pasa por la cabeza. Es una pena que en Soria no haya relevancia, sería interesante estudiar la idea. Es un deporte con un rango de edades muy amplio que engancha mucho», confiesa. Al igual que el yin y el yang, Laura ha aprendido a aceptar y abrazar tanto las dificultades como las victorias, dando el golpe más importante para demostrar que puede haber armonía entre la disciplina académica y luchar por lo que te hace feliz.

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