Entrevista. Carmen Manrique Legaz
«Cuando me casé, ya sabía que iba a ser jurada. La mantelería del Domingo de Calderas me la regaló mi madre»
Lo esencial de San Juan es (era) la espera, primero a que pasara el invierno, luego a la llegada del solsticio, cree. Hoy, la dulzaina se escucha en enero. Esta soriana costumbrista es buena conocedora de fiestas y Usos y no se muerde la lengua. Socia fundadora de la Asociación de Jurados de Cuadrilla, ella lo fue en 1984 en la de San Esteban y en 1913 lo había sido su abuelo. «Ahora es un chollo, los jurados del siglo pasado sí trabajaban», dice.

Carmen Manrique.
P. Carmen, recuerde el primer año que se perdió unas fiestas.
R. En 1964, porque me acaban de destinar a la delegación de Barcelona (en Hacienda), y en aquella época no nos podíamos mover como ahora los funcionarios. Esas fueron las primeras fiestas que me perdí. (Y tampoco podría seguir la Saca por Internet). No, no, no...
P. Si de usted dependiera, socia fundadora de la Asociación de Jurados de Cuadrilla, ¿qué cambiaría de las fiestas?
R. Todas las fiestas en conjunto, actualmente, han cambiado. En realidad han seguido el ritmo de la vida. Ahora no vamos a la Compra en Valonsadero en carreta, como iban nuestros padres. Lo que ocurre es que hay avances y avances. Yo no me niego. A unos les parece mejor y a otros peor. El rumbo que han tomado las fiestas es difícil reconducirlo, es la globalización, el progreso y resulta difícil. Todo ha influido. Antes íbamos en carreta y ahora en autobús hasta Valonsadero, pero es que no nos podemos anclar en el pasado. Me acuerdo de que ya mis padres decían 'esto no lo puedo ver'. Si siempre nos quedáramos atrás, sería imposible. No se puede. Lo que hay que hacer es intentar que no se desmadren más. El año que fuimos jurados, en 1984, hicieron los compañeros mayores mucho hincapié en recuperar la bota. Y se consiguió muchísimo. Cuando llegaban los compañeros a la cuadrilla pedían una cerveza. 'No, no, aquí hay bota'. Antes era la bota para beber y ahora pedirán hasta cubatas.
P. Lo nuclear del universo sanjuanero, más allá del sol, vino y toros.
R. Lo nuclear era entonces después de un invierno larguísimo (de los que yo conocí muy niña, muy niña y hoy no tienen nada que ver) esperar que llegara el solsticio de verano y viniera el sol, el calor... Ahora todo es distinto. Se empieza en el momento en que es el sorteo de las cuadrillas a últimos de enero y ya están todos apuntados. No te puedo especificar un cambio, es todo en general.
Lo esencial era esa espera, de San Saturio a San Juan, esperar un poco de buen tiempo para salir a la calle... No era esa convivencia en la calle y en los bares que hay actualmente. Ahora es diferente, no existe la sensación de espera ni de buscar lo que no has tenido durante el resto del año. Ya lo tienes el resto de días. En nuestro año, por ejemplo, apenas nos enteramos del Desencajonamiento: se hizo como siempre, a las siete y media de la mañana; se avisó a los jurados y a las 9 de la mañana estaban todos en sus trabajos. Era tan diferente. El Catapán era una auténtica asamblea vecinal, se leía con suma atención, se analizaban las cuentas con atención...
A parte de que el jurado tenía unos delfines que iban a ayudar, de cuatros. Ahí ya se ven cosas que se han modificado. Era la juventud de la cuadrilla la que ayudaba y apoyaba. Hoy es como una fiesta del jurado, que busca su gente y tiene todo organizado. Ahora, por mucho que me lo nieguen, es un chollo. Los jurados del siglo pasado sí trabajaban, aunque suene mal decirlo. La última cuadrilla tenía que esperar a las tantas, a que mataran al toro, llevarlo al matadero, que lo preparasen, darlo a los jurados, subirlo a la cuadrilla, hacerlo en tajadas, todo manual.
P. ¿Qué es un chollo?
R. La comodidad de ahora, que llega un camión refrigerado y te la da.
P. Su recuerdo imborrable de fiestas de San Juan.
R. Mucha gente dice que la Saca. A mí, más que este día, lo que me encantó fue la procesión del Lunes de Bailas. Y las Bailas más que Valonsadero, es un espacio más reducido, no hay tanto desmadre. Como agradecía la gente mayor la procesión con el santo por el barrio. La Saca es más una explosión del momento.
P. Dos claves que cambiarán el futuro inmediato de las fiestas.
R. No te puedo decir. Habría que preguntar primero si cambiarán a mejor o a peor. A peor, posiblemente sí. A mejor, retroceder es imposible. El pasado nunca vuelve. Mucho nos costó en el 84 suprimir los famosos polvos de talco, que venían de las costumbres de los vecinos de Navarra. Y costó ni veas lo de los dichosos polvos de talco. Afortunadamente no volvieron. Y lo de vaciar el ruedo el Viernes de Toros, pues... tampoco se puede hacer porque es algo popular, a no ser que la cosa se ponga muy seria.
P. Pero si se dice que la fiesta es del pueblo y todo el mundo se queja del Viernes de Toros. ¿Por qué no se pone coto a la 'historia'?
R. La gente no se da cuenta de que los muchachos vienen con toda la ilusión y se están jugando la vida. No ya una cornada, sino un mal golpe en una caída.
P. Más que preocupados andan los jurados de este 2025 porque al parecer no se ha entrado mucho en fiestas.
R. Depende mucho de la situación, de la gente que vive en el barrio. Hay mucha gente, de los pocos que quedamos mayores, que por tradición entra en fiestas, pero es gente que las ha vivido. Pero los que han estado en fiestas como unas más, como una despedida de soltero, a esa gente les importa un comino. Hay cuadrillas que son círculos cerrados. No es lo mismo. Y luego la gente que tienen en la cuadrilla son un montón.
P. Aporte una idea para que se entre en fiestas.
R. No creo que al punto que hemos llegado se pueda convencer a la gente de que entre en fiestas. Si no son personas que en sus familias se ha vivido San Juan va a ser dificilísimo. Partiendo de la base de que hay familias que, desde que los chicos son pequeños, por comodidad, los padres se van a la playa. No han visto el sentimiento sanjuanero y si se ha perdido el espíritu es dificilísimo. Yo fui jurada y mi abuelo lo había sido en 1913 y coincidimos en la misma cuadrilla por casualidad. En mi casa San Juan se ha vivido de toda la vida, especialmente por parte materna. Y ahora los hijos se van todos fuera.
P. A excepción de circunstancias externas, ¿qué diferencia a un jurado de 1984 de uno de 2025?
R. Yo cuando me casé ya sabía que iba a ser jurada. Mi marido... (¡Caramba!). Sí, sí, sí. La mantelería del Domingo de Calderas me la regaló mi madre en el ajuar para cuando fuera jurada, porque mi marido eran tan sanjuanero, tan sanjuanero, que tenía hasta formada la cuadrilla. Se rodeó de los amigos de la infancia. Eran la gente con la que él había disfrutado San Juan toda la vida. Se fue a Madrid a estudiar a los 17 y no volvió a Soria hasta el 78, ya para trabajar. Y viniendo a San Juan, de viernes a domingo. San Juan ha estado siempre presente en mi familia.
P. Entonces sí hay una diferencia. Ahora hay años en los que casi se ruega a los jurados para que lo sean.
R. Sí, sí, claro. Antes también lo había. Y eso que ahora hay mucho más facilidades y más presupuesto por parte del Ayuntamiento. No tiene nada que ver, aunque los tiempos no son los mismos. Antes cuando faltaban se buscaban empresarios, gente con dinero y cuando al susodicho no le quedaba más remedio que aceptar, había personas que hacían el cargo. Por eso una de las condiciones para entrar en la asociación es haber sido nombrado jurado de cuadrilla y cumplido como tal.
P. Mezclar fiestas y política no está bien visto.
R. No, no, no. En nuestro grupo no. Éramos de todos los colorines del arco iris y más y nunca hubo nada. Ya te digo que seguimos teniendo la misma relación. Mira, el día 26 del mes próximo tenemos la boda de una hija de los jurados de la Blanca. Hasta ese punto se ha llegado. Y tenemos una ahijada de todos, que nació en 1985 y ha sido ahijada adoptiva de todos.
Quiero aprovechar para comentarte algo: hay una cuadrilla que se ha quedado sin plaza en la ciudad porque se la han quitado. Y reivindico que la plaza de San Esteban vuelva a llamarse plaza de San Esteban, nada de plaza de las Mujeres. Por la misma regla de tres, ¿dónde está la plaza de los hombres? Fui a quejarme al Ayuntamiento y el secretario del alcalde me dijo que lo pusiera por escrito y así lo hice en el Registro.
Así que el santo de San Esteban se ha quedado sin plaza. Todos los demás tienen plaza menos San Esteban. Me dijeron que como se ha modificado el callejero será difícil. Es que en esta plaza no hay portales, solo el del Centro Gaya Nuño y el antiguo Banco de España; no hay viviendas de vecinos. Ya les dije. Me figuro que no se habrá destruido la placa que se quitó de San Esteban y estará en algún rincón del almacén municipal. Aunque sea que comparta espacio con la de las mujeres. Pero que figure. A eso no me han contestado.
P. Una cuenta pendiente de la Asociación de Jurados de Cuadrilla.
R. Que los jurados no terminen. Hay que continuar con el espíritu si es verdad que lo tienen, porque algunos lo dudo. Han ido clarísimamente por lo que han ido. Para qué lo vamos a negar. Todo el mundo lo sabemos. En los últimos años, ni por más que se les ofrezca, ni por más que los invites, ni que les cuentes y les ofrezcas ayuda, como iban a lo que iban y tienen su grupo, no nos necesitan y no se dan de alta.
El problema es que los que quedamos tenemos unas edades, que para qué te voy a contar. Yo tengo 82 años... (Ríe). Tenemos el jurado de San Pedro, nuevo este año, el primer presidente que hubo de la asociación. Para que veas que no hubo política y evitar algún resquemor, las presidencias se hicieron por orden de cuadrilla. Así todo el mundo estuvo contento y no hubo ningún problema en 41 años. Eso debería haber servido de ejemplo a los que de verdad, que no todos son de verdad, han sido o han querido ser jurados de cuadrilla. Eso lo digo clarísimo. Se han seguido manteniendo las tradiciones, ha habido cursillos de trajes regionales, pirograbado, de banderillas, cachirulos; la recuperación de la dulzaina, que estaba totalmente olvidada...
P. Dígame qué le pide al santo, a San Juan, más allá de las fiestas.
R. Le pido salud para todos los sorianos que andan por el mundo, porque con salud lo tenemos todo. Igual para los jóvenes, para que lancen su proyecto de vida, que para los mayores. Para todos. Y que paséis unas buenas fiestas. Yo estaré muy lejos, me voy a 10.000 kilómetros donde tengo a mi hija y mis nietos. Como no pueden venir, va la abuela. He tenido ya tantas fiestas, que ahora lo que tengo es el tiempo que el de arriba me quiera mantener aquí, con mi familia.