Heraldo-Diario de Soria

CAPITAL

El éxodo del puente se hace notar en menos reservas del Viernes

La asumida ausencia de fiestas adelanta los días de escapada posterior a Las Bailas y deja a medio gas el que hubiera sido día de comidas de amigos

Poniendo mesa en Casa Augusto para una comida del Viernes de toros - MARIO TEJEDOR WEB

Poniendo mesa en Casa Augusto para una comida del Viernes de toros - MARIO TEJEDOR WEB

Publicado por
JOSÉ ÁNGEL CAMPILLO / SORIA
Soria

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Las ‘no fiestas’ siguen su curso, con una realidad más que asumida por los vecinos de la capital y, quienes no en vano llevan dos años con la nostalgia de las fechas y las celebraciones ausentes. Ayer hubiera sido Viernes de Toros en un año normal, una jornada de aglomeraciones en la plaza y comidas de amigos en el intermedio. Unos establecimientos a rebosar que tendrán que esperar, si todo va bien, al año próximo para recuperar el nivel en sintonía con el recreo de la ciudad en sanjuanes. Pero en 2021 la parte salvable ante la imposibilidad de toros, las reuniones de amigos en torno al recuerdo de los festejos, se mostraron muy remisas. La causa, el aterrizaje a las condiciones del año que ha hecho que muchos hayan aprovechado el puente para marcharse de Soria. Un éxodo que no afectó a los de costumbres más arraigadas, pero dejó a medio gas a los bares y restaurantes.

«En líneas generales está bastante ‘flojete’», confirmaba el presidente de la Agrupación Soriana de Hostelería y Turismo (Asohtur), Pablo Cabezón, sobre el discurrir de estos días. Si bien se nota cierto ambiente en las plazas, las reservas «han bajado mucho». Previsiblemente el fin de semana, con las pernoctaciones turísticas, el escenario mostrará una cara más concurrida. Esto, por los visitantes, porque mucho soriano «ha aprovechado para irse días». Unas jornadas que en un año normal se hubiera tomado tras el Lunes de Bailas para descansar del movimiento festivo. En el que hubiera sido Viernes de Toros, sí se advirtió que las «mesas típicas», las reservas con ‘solera’, permanecieron.

A pie de calle se confirmaba esta impresión, con unos espacios inusualmente tranquilos en los momentos en que las reuniones tendrían que haber sido más notorias. Si bien se veía algún grupo claramente congregado en homenaje al Viernes de Toros (incluso cantando la sanjuanera del día), el ambiente era relajado, propio de un día sin señalamiento alguno y con unos turistas quen en otros momentos se hubieran encontrado una ciudad (y unas facilidades para comer en terraza) completamente diferentes. A pesar de las precauciones de las autoridades en cuanto a posibles celebraciones espontáneas que junten multitudes, nada de eso se está produciendo. Responsabilidad y asunción de la ausencia, como el año pasado. El levantamiento de gran parte de las restricciones supone un alivio para la hostelería, pero parece que el público no ha variado mucho las costumbres. «Se ha adaptado», aclimatado a lo que venía haciendo por prevención y los interiores siguen resintiéndose. También es verdad, recordó Cabezón, que el buen tiempo invita a la terraza. Pero «no es el alterne de antes».

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