Premio a la constancia

 Un cabezazo de Jaio en las postrimerías permitió ayer al Numancia arranca un punto en su visita al Estadio de Gran Canaria después de que poco antes David González, en un más que dudoso penalti, hubiese adelantado a la UD Las Palmas. El cuadro soriano planteó un partido muy serio en la isla, dando el balón a su rival y esperando una oportunidad a la contra, y lo cierto es que si bien los locales convirtieron a Zabal en uno de los protagonistas del choque, los visitantes lanzaron dos balones a los palos, primero por medio de Natalio y después de Juanjo. 

Inicio frenético de encuentro, con los locales llegando bien a puerta gracias a su superioridad técnica. Vitolo daba el primer aviso y después la parroquia amarilla pedía un penalty por caída de Javi Guerrero tras un rechace de Zabal. Pero la respuesta de los sorianos fue una clarísima oportunidad cuando Natalio se iba en velocidad y su disparo se estrellaba en la base del poste. 

Poco a poco se iba posicionando bien el cuadro soriano en la parcela ancha, sin dejar huecos a los veloces medias puntas de los amarillos. Los locales arriesgaban en el fuera de juego, y Del Pino dio un buen susto en una jugada que acabó cortando Javi Castellano. La respuesta isleña en otra contra al cuarto de hora, cuando Vitolo se entretuvo mucho en una llegada.  

Al filo del cuarto de hora fue Las Palmas la que se acercó otra vez a la meta rival, en este caso tras otra genialidad de Jonathan Viera que se sacó un perfecto pase para Vitolo pero el extremo se quiso adornar y tras dos quiebros en el área estrelló su zurdazo en Cabrera, reclamando una posible mano que además le hubiera supuesto la cartulina roja al zaguero visitante. El cuero muerto llegó a Jonathan Viera, pero remató de forma defectuosa.

El dominio amarillo era cada vez más claro, aunque el Numancia se defendía bien y seguía intentando salir a la contra. Ruymán cabeceó arriba una falta a los 18 minutos y uno después fue Juanjo el que con un disparo cruzado casi sorprende a un Barbosa inseguro en esa acción, aunque Ruymán estuvo rápido para corregir el error del cancerbero. 

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