Una tendencia conocida

 Después de cuatro encuentros a domicilio, el Numancia comienza a trazar esta temporada una trayectoria que no es desconocida para la afición rojilla, la dificultad para ganar lejos de Los Pajaritos. Los rojillos, que son los reyes del empate en este inicio liguero, son junto al Recre el único equipo de los diez primeros que aún no ha ganado fuera. Aún así, el equipo mejora la puntuación de las dos campañas anteriores. 

Los partidos a domicilio han sido el lastre del Numancia durante las dos últimas temporadas. Lo que el equipo cosechaba en casa se perdía fuera con el lógico desasosiego de una afición que veía cómo esos choques lejos de Los Pajaritos impedían colarse en puestos de play off. La presente temporada no ha hecho más que comenzar y, por lo tanto, solo el discurrir de los encuentros dictaminará si la historia se repite. No obstante, y pese a los cuatro encuentros disputados fuera, el equipo comienza a marcar una trayectoria que no es desconocida. De cuatro partidos disputados el equipo ha empatado tres y perdido uno. Es decir, no ha inaugurado su capítulo de victorias a domicilio y en este sentido es junto al Recre, el único de los diez clasificados que no lo ha conseguido todavía. 

La temporada pasada la situación de los encuentros a domicilio, más allá de que siempre es complicado ganar fuera, parecía radicar más en un aspecto psicológico que otra cosa. De hecho, dos de las victorias logradas lejos de Los Pajaritos, ante Hércules y Sabadell, llegaron en las últimas jornadas, cuando no había nada en juego. Ante el Racing, donde el punto no es mal resultado y donde Iago Herrerín fue el mejor del equipo, ese aspecto psicológico y mental quedó patente en las palabras del propio Pablo Machín al finalizar el partido. «Tengo que decir que no me ha gustado regalar los veinte primeros minutos de partido ante un equipo de la entidad y la historia del Racing. Asumo la parte de culpa de no haber sabido transmitir a mis jugadores cómo salir intensos al partido. Haber salido a ganar», señalaba el máximo responsable del banquillo soriano. 

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