Irregularidad y esperanza

El Numancia abandona 2017 en uno de los momentos más dulces de sus últimos años: en puestos de promoción de ascenso en el campeonato liguero y clasificado para la eliminatoria de los octavos de final de la Copa del Rey frente al todopoderoso campeón continental y mundial, el Real Madrid. Pero todo no ha sido tan favorable como refleja este último tramo de la competición. El año comenzó con las dudas pertinentes surgidas por la irregularidad de la trayectoria marcada a lo largo de la campaña precedente. El inicio, tras un parón navideño reparador por la victoria agónica en el último partido del año 2016 frente al Mallorca, trajo una fase de buenos resultados con la primera victoria lejos de Los Pajaritos, en Miranda donde había ganado por última vez en el año anterior, y tres victorias consecutivas (Getafe, Alcorcón y Reus) para asentarse en la clasificación. La irregularidad que le definió en su trayectoria con anterioridad marcó posteriormente sus tres siguientes compromisos con tres derrotas consecutivas y cuatro empates más. El buen resultado en Elche, al menos, mantuvo al Numancia con cierta distancia respecto a la zona de peligro. El final de la temporada le dejó con esa diferencia de seguridad, pero con la impresión que arrastra a lo largo de cursos anteriores: le cuesta ganar, tiene muchos problemas para marcar y a la vez es complicado superarle.

Con el inicio del presente ejercicio, el equipo soriano ha pasado a una dimensión diferente. Los resultados han variado su situación clasificatoria. Con diez victorias, ocho en Los Pajaritos lo que le consolida como un conjunto compacto en casa, ha ascendido a puestos de promoción de ascenso. A través de esa trayectoria con la incorporación de dos buenos marcadores lejos de Soria, victoria en Lugo que no se producía desde la anterior en Elche y la siguiente en Valladolid con remontada incluida, el Numancia se ha instalado entre los mejores de la competición cuando se ha cumplido la primera parte del presente campeonato. Durante este tramo del año, el grupo de Jagoba Arrasate ha mejorado sus números en ataque y ha consolidado su sistema defensivo para cerrar con derrota solo cinco jornadas. El número de empates se registra en cinco también, ninguno en casa, y siempre lejos de Los Pajaritos donde también ha demostrado que es complicado verse superado.

La Copa se une a la fiesta de esta parte del año. El conjunto soriano ha regresado al primer plano de la actualidad con el enfrentamiento de enero con el Real Madrid. Hasta ese día, el Numancia ha superado tres eliminatorias, dos frente a rivales de Segunda y a partido único lejos de Soria. El Oviedo y el Sporting midieron el fondo de armario del vestuario numantino. Jagoba Arrasate gestionó con minutos para todos la acumulación de partidos y repartió esfuerzos para no cargar sobre unos el peso de la competición. Durante varias semanas se ha observado la alternancia de jugadores, su combinación en ambas competiciones y los resultados cosechados. En la tercera eliminatoria copera, el rival que cayó a manos del club rojillo contaba con un nivel superior, el Málaga de Primera. Victoria y empate que redondean unos números totales de 19 encuentros ganados, con 16 empates y una docena de derrotas para cerrar una mejoría de 2017, que abre un 2018 esperanzador.