Montañismo
Luis Ángel Tejedor: "A todas las montañas hay que tenerles un respeto y al Moncayo todavía más"
El presidente de la Agrupación Soriana de Montaña Banzaii Antártica entrena en la coordillera moncaína entre 30 y 40 veces al año. "Hay días que estás abajo en un día radiante, llegas arriba y estás muerto de frío, se te echa el mal tiempo encima", relata. "Es muy traicionero", expresa Jesús del Río, presidente de la Asociación Amigos del Moncayo que ha recuperado antiguos senderos por sus faldas y cimas

Imagen del Moncayo
“Mira el Moncayo / azul y blanco; / dame tu mano / y paseemos”.
…¡Moncayo blanco, / al cielo aragonés, erguido!
…Tierra de alma, toda, hacia la tierra mía, / por los floridos valles, / mi corazón te lleva.
¡…Oh mole del Moncayo, / blanca y rosa, / allá en el cielo de Aragón, / tan bella!”.
Así cantaba el poeta sevillano Antonio Machado a la sierra del Moncayo a comienzos del Siglo XX. Esa mole blanca sigue siendo hoy fuente de inspiración de escritores y poetas. También lugar de encuentro de deportistas y amantes de la naturaleza que abordan su laderas y sus cumbres, unas cimas no exentas de peligro (El pasado 23 de marzo fallecían tres excursionistas madrileños tras sufrir una caída mortal).
En Soria dos de las personas que conocen bien el Moncayo son Luis Ángel Tejedor y Jesús del Río. El primero de ellos es el presidente de la Agrupación Soriana de Montaña Banzaii Antártica y, para preparar muchas de las pruebas de fondo en las que compite, entrena durante 30 ó 40 veces al año en la sierra moncaína. El segundo, corredor de carreras de fondo reconocido, es agredeño y presidente de la Asociación Amigos del Moncayo cuyo objetivo es dar a conocer rutas a través de las laderas y picos que lo forman.
Luis Ángel Tejedor 'Luiyi' no necesita presentación entre aquellos sorianos que lleven cierto tiempo practicando deportes. En especial si ese deporte es atletismo y se centra de pruebas de larga distancia y trail. Posee la titulación de Guía de actividades invernales por lo que realiza rutas de montaña e invernales. "Al Moncayo he ido muchísimo", apunta Luiyi. Para aquellos que no lo conozcan igual les sirva la siguiente referencia: En febrero de 2023 10 jóvenes navarros de entre 16 y 18 años se perdió en el Moncayo por lo que se activó un amplio operativo de búsqueda. Luiyi fue una de las personas a la que la Guardia Civil pidió ayuda para colaborar en la búsqueda.
"A todas las montañas hay que tenerle respeto y al Moncayo todavía más. Es una cadena montañosa diferente a Urbión o Cebollera porque está sola. La denominada boina se pega a la cima de repente y puede llevar viento, niebla, agua o nieve. Cuando se sube al Moncayo, ya sea en verano o invierno, es mejor no tomárselo a broma", expresa.
En este sentido habla claramente Jesús del Río cuando afirma "el Moncayo es muy traicionero", y pone como ejemplo el hecho de que él, conocedor de la zona y acompañado de un amigo experto (Francisco, propietario de Taller y Grúas Gama de Ágreda), llegaron a perderse en un día de niebla se perdieron en la zona de Caga Lobos.
La Escupidera es el escenario más peligroso y mortífero del Moncayo. En ese escenario perdieron la vida los tres excursionistas de un club de montaña de Madrid. "La Escupidera es un cortado que en los días de niebla no se ve. Vas caminando y de repente no hay nada, no hay suelo, una caída de 300 ó 400 metros", expresa Luyi quien recomienda siempre ir con alguien que conozca el terreno. Añade que con nieve y hielo la zona es más peligrosa y no esconde el uso de casco, piolets, cuerdas y crampones es recomendable para evitar problemas.
Jesús del Río admite la peligrosidad de la zona hasta el punto de recomendar que, pese a que está indicado, quizás sería conveniente cortar el acceso a la zona cuando la climatología es adversa. En este sentido admite que hace tres ó cuatro años, yendo con unos montañeros, tuvo que darse la vuelta al ver que empezaba a ir a gatas debido al peligro
Para subir al Moncayo, Luis Ángel Tejedor recomienda la ropa de abrigo en invierno e, incluso, en ciertos días de verano recomienda igualmente llevar algún tipo de ropa de abrigo, unos bastones así como agua y algún tipo de alimento . "El clima en el Moncayo es muy cambiante y más si hay algún tipo de nube. Igual abajo hay un sol radiante y cuando llegas arriba estás muerto de frío porque se te han echado encima las nubes", expresa. En este sentido explica que hay día de verano en los que puede haber en la cima unos dos grados de temperaturas lo que unido a vientos de 30 ó 40 km/h se traduce en una sensación térmica de -10 grados. En días de invierno esa sensación térmica puede ser de -30 grados.
Uno de los riesgos con mal tiempo, en invierno especialmente, es perderte en la cima. "En invierno la gente experta puede un vivac", apunta Luiyi que pone como ejemplo un montañero experto que hace un tiempo pasó una noche al raso en Santa Inés. No obstante lo normal es buscar una senda de bajada, algo que nos siempre es fácil si no conoces bien el terreno y hay mala visibilidad. Por esta razón, Luis Ángel Tejedor recomienda también llevar, si es posible, un GPS de montaña que está mejor preparado que un móvil para este tipo de actividades. Si se va con móvil recomienda llevarlo pegado al cuerpo para que el frío no afecte a la batería del mismo. "Si una persona controla, puede llevar un mapa y una brújula", detalla.
Luis Ángel Tejedor recuerda que la sierra del Moncayo puede tener un diámetro aproximado de unos 100 kilómetros en su punto máximo, una zona llena de senderos y pistas. Estima que una persona normal, por ejemplo desde Cueva de Ágreda a la cima, podría llegar en dos horas y media o tres horas utilizando el mismo tiempo para bajar, una bajada que puede ser complicada para los no expertos y de ahí la recomendación de llevar bastones.
La Asociación Amigos del Moncayo se fundó hace cinco años y cuenta con 180 socios. Su relación con el Moncayo es tan estrecha que su sede social se encuentra en el Refugio Canalejas, a ocho kilómetros de Ágreda, un refugio rehabilitado en las mismas faldas del Moncayo que es un punto de encuentro para realizar quedadas o impartir charlas divulgativas sobre la flora y fauna moncaína . Y todo ello para dar a conocer el mismo a través de diferente rutas que van desde las más exigentes, de 12 kilómetros, que recorre Peña Negrilla, Cagalobos, o San Miguel. "También hemos establecidos rutas para gente menos preparada. Algunas no se conocían y están marcadas para que se puedan seguir", indica Jesús del Río quien relata que la voluntad de Amigos del Moncayo de seguir divulgando algunas de las muchas sendas que se pueden realizarse en esa mole a la que cantaron Machado, Bécquer o Galdós.