Manafort pactará con la justicia para reducir los cargos a los que se enfrenta

Lejos de Carolina del Norte, donde ya ha tocado tierra el huracán Florence que acapara estos días la atención de los estadounidenses, sigue desentrañándose la maraña judicial que pende como una nube negra sobre la presidencia de Donald Trump. El que fuera su primer jefe de campaña, Paul Manafort, habría llegado a un acuerdo extrajudicial con la fiscalía para declararse únicamente culpable de dos de los siete cargos que se le imputan en el segundo juicio al que se enfrentaba, según informa la prensa estadounidense. El acuerdo es una mala noticia para el presidente, que lleva meses alabando al lobista condenado por fraude fiscal y bancario en una causa paralela por su rechazo a negociar con la justicia, como han hecho otros de los exasesores de Trump perseguidos por la investigación de la trama rusa.

 

Todavía se desconoce si Manafort habría aceptado cooperar con las pesquisas del fiscal especial Robert Mueller, pero es relativamente probable si se tiene en cuenta que la fiscalía ha aceptado eliminar cinco de los cargos que se le imputaban. Manafort se declarará culpable de conspiración para obstruir a la justicia y conspiración para defraudar al fisco tras haber enviado millones de dólares a cuentas en paraísos fiscales para ocultar sus verdaderos ingresos a la Hacienda pública. De ese modo evitará el juicio que debía comenzar la próxima semana en Washington. Ninguno de los cargos tiene que ver con el trabajo que hizo para Trump a principios de su campaña. Todos los delitos imputados se derivan de su trabajo como consultor y lobista en Ucrania, donde se movió en el entorno de las fuerzas prorusas.

 

Manafort ya fue condenado el mes pasado de ocho de los 18 delitos a los que se enfrentaba en otra causa derivada de las investigaciones de Mueller, que se ha dedicado a enjuiciar a los personajes más oscuros del entorno de Trump con la intención de que forzarles a cooperar en pesquisas sobre la injerencia rusa en las pasadas elecciones y la posibilidad de que la campaña del magnate se hubiera confabulado con el Kremlin. De todos los individuos procesados o condenados hasta la fecha solo el exabogado personal de Trump, Michael Cohen, ha implicado directamente al presidente en un presunto delito relacionado con la campaña.