Heraldo-Diario de Soria

J. Antonio Martín de Marco

El voto del asno de Buridán

Creado:

Actualizado:

HOY, TOCA VOTAR. Se trata de valorar todas las opciones para, a través de la razón, - nunca del corazón y menos de las criadillas testiculares -, una vez conocidos los programas lo que es harto infrecuente pues ni los propios candidatos los han expuesto, decidir a quien entregar nuestra alma y conciencia democrática.

Dijo Abraham Lincoln que «una papeleta de voto es más fuerte que una bala de fusil», pero ya avisó el suizo, que no francés, Jean-Jacques Rousseau, politólogo francófono cuyas ideas influyeron en la Revolución francesa al ser un pensador radical, autor de ‘El Contrato Social’, que «la democracia perfecta solo puede existir en una sociedad de ángeles».

Aún así, o por esto precisamente, me pregunto si mi voto y, el suyo, servirá para algo pues puede ser que, haciendo un símil sociológico, un voto se trastoque en un veto, de forma que ¿servirá mi voto para ser un catalizador que aporte la posibilidad de que haya nuevo gobierno en España?. Sinceramente lo dudo, como dudaba el asno de Buridán que, entiendo, no poseía el don de la razón pero sí el instinto natural de la sed y del hambre.

Juan Buridán fue, dos veces, rector de la Universidad de París antes de que finiquitara el s. XII. Filósofo insigne, olvidado, que jamás escribió una sola línea sobre asno alguno, pero ahí está el dicho que ilustra la miseria del intelecto que acecha a los indecisos: ¡este, como el asno de Buridán!, que hambriento y sediento le colocaron un cubo de agua y un haz de heno y el pobre burro, dubitativo, se murió de inanición y deshidratación.

Otros dicen que no supo elegir en su decisión sobre dos montones de heno, pero da igual. ¿Cual es la preferencia del voto?, ah, allá cada cual, el menor soplo de viento o el más mínimo destello de las briznas políticas podrán resolver la incertidumbre salvo que nos llegue el sopor de la abdicación del propio juicio, la incertidumbre. Sobran las alforjas del asno de Buridán, debemos elegir entre las miserias de la tutela del papá Estado, las cuentas del Gran Capitán, el escarmiento de lo porvenir que ya se sabe en qué consiste o, la realidad que tenemos que, también la conocemos.

Aún así, ¿ llegará el veto a mi voto?. Oí el otro día a Rayoy decir, «por qué me tengo que ir yo y los demás se tienen que quedar?, pues será, entiendo, porque los otros tres han tejido un antidemocrático cordón sanitario» en torno a las sombras de esta legislatura obviando sus luces, que las hay.

¿ Habrá, supongamos un gobierno de Pedro y Pablo, y no me refiero a los Picapiedras?, ¿ hay corrupción en los otros Partidos?, sí, cientos de procesados en Andalucía; el nepotismo caudillista que obvia la soberanía del Congreso venezolano y que, dicen, llenó las arcas de lo que ahora es el partido del corazón a la izquierda y cartera a la derecha, sonriendo claro; y, ¿ qué hay de Albert, pastueño cuando permite el gobierno de los Ere y de la Formación, que no pestañeó cuando descabalgaron a la Juez Alaya?. Se vetan unos a otros, lo han dicho en campaña, para impedir futuras investiduras. ¿ Se imaginan a Rajoy pidiendo candidatos alternativos al uso, como han pedido hacer con él?.

Permítanme acabar con un latinajo: ‘Ac re’, por esta razón; ‘non possumus videre’, no podemos ver; ‘mala nostra’, nuestros defectos; ‘alii delinquunt’, cuando otros delinquen; ‘simul’, al momento; ‘sumus censosres’, los criticamos. ¿ Qué haría en este caso el asno de Buridán?, pues relinchar sobre ‘de vitiis hominun’, de los vicios humanos. Se trata de la duda, tal vez nos pase como al marinero que se queja de que nunca sopla viento favorable porque desconoce, por ser indeciso, en qué puerto fondear.

tracking