Heraldo-Diario de Soria

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Uno se queda de piedra con la nueva web 'Soria, una ciudad para vivir' (https://soriaparavivir.es/) con la que el Ayuntamiento y la Cámara de Comercio dicen "poner una alfombra roja" a quienes quieran venir aquí, a Soria. ¡Si me queréis, venirse!, aunque eso es todo lo que tiene de Lola Flores. Lo estético está bien, pero no hay nada más. Solo es propaganda. Si alguien cree que esta web va a movilizar personal hacia Soria es un iluso o un desalmado. Las condiciones de fondo de un territorio o de una ciudad son las que generan atractivo y movilizan al personal, no las webs. Alguien me dijo una vez: “no sé lo que me han dado, pero que me lo vuelvan a dar”. Eso mismo pienso yo, ahora, al ver su presentación: no sé lo que les han dado, pero yo también quiero alucinar de esa manera.

La web presenta Soria como destino para todo: para emprender, para invertir, para trabajar, para conciliar… De alucinar no dicen nada, aunque eso siempre vende (p.e. un ‘SoriaRaveNonStop’). Las oportunidades no es que se agolpen en la bolsa de trabajo y el asesoramiento personalizado me recuerda al de los bancos: alfombra roja para el cliente potencial mientras al fiel le despachan con un calendario. Todo se viene abajo cuando entras en las ofertas (12) que se aproximarán, en sueldo, a un SMI con el que nadie de fuera puede enfrentar los costes de una de las ciudades más caras de España. Con esas condiciones, no podrá venir nadie.

Las instituciones y los partidos que están detrás se han empeñado en poner al frente de todo a los más tontos de la clase. Se lo reconoció Campechano a Bárbara Rey: “entre tú y yo, durante muchos años… han puesto, en vez de a profesionales y tal, han puesto a chorizos”. Esto es lo que hacen con tus impuestos. Así, nada puede funcionar y nada funciona. Cositas como la ciudad de 15 minutos que publicitan aquí, resultan ridículas cuando Cádiz oferta 7 minutos. ¡Pisha, no hay color! Además, es mentira porque el sindiós urbanístico creado por el Ayuntamiento ha dejado intransitable una Soria partida en dos y llena de atascos y embudos. Lo de las ‘empresas de base tecnológica’ y el teletrabajo me lo tomo, directamente, a cachondeo.

Nada en Soria funciona como debería. Cuentos y más cuentos para evaporar nuestros impuestos. Ofertan un suelo industrial carísimo que además se encuentra en medio de ninguna parte. No podrán engrasarlo con las ‘ayudititas de funcionamiento’. Se necesitarían subvenciones a lo grande y ahí podría echar una mano Cives Mundi que de eso sabe un rato. La realidad es que Soria y Segovia son las dos provincias de Castilla y León que acumulan mayor proporción de trabajadores extranjeros. Esto me dice que son los que están dispuestos a aceptar las condiciones más duras, en todos los sentidos, que aquí se ofrecen. Sin embargo, no solo no aportan valor añadido -no vienen con base tecnológica- sino que contribuyen a abaratar el salario medio real. Un impacto ruinoso.

Jugando con la misma baraja, Soria no puede atraer nada. Hasta que la ciudadanía no se decida a abandonar a la PPSOE, no podrá haber un cambio de verdad. Hasta entonces, Soria tendrá que tirar de lo tiene y, sobre todo, no sabotear los pocos proyectos que surgen (p.e. esos de las granjas, el de la mina o el de la planta fotovoltaica de Benamira, despoblado de Medinaceli). La solución pasa, a corto plazo, por desarrollar las empresas que aún tenemos. Incluso crear un programa de atracción de sorianos por el mundo para incentivar su regreso con proyectos e ideas nuevas. Cualquier otra cosa, son ilusiones. Idealmente, se debería armar un proyecto global, que llamaríamos ‘Soria Experimental’, conjugando una buena financiación –como la de las provincias catalanas y vascongadas- con una liberalización total de toda la burocracia que atenaza al sector privado.

Esa ‘Soria Experimental’ funcionaría, por eso siempre tendrá enfrente a la PPSOE y a sus instituciones. Sus reglas colectivizadoras están detrás de que Soria no funcione ni pueda competir con otros territorios más libres. Solo haciendo las cosas de otra manera, podremos darle la vuelta a la tortilla de verdad, no virtualmente como lo hace esa web. Necesitamos mucha mayor libertad y una gestión muy diferente de lo público para que su peso no nos termine asfixiando a todos. Soria puede ser el sitio donde poner en marcha ese experimento al estilo de las probaturas que siempre ha hecho, aquí, Telefónica. En verdad os digo que sin libertad no habrá paraíso, ni en Soria ni en ninguna otra parte.

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