Heraldo-Diario de Soria

Carlos de la Casa

Museo Numantino: El Museo Nacional de la Cultura Celtibérica

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La noticia: «Los museos del Prado y Reina Sofía, lo mejor de la cultura en 2024», nos ha llevado al «Observatorio de la Cultura», realizado por la Fundación Contemporánea, que es de donde emana el citado titular.

Los datos publicados en el informe han salido a la luz el pasado 25 de enero y han dejado claro que Málaga es la ciudad española que ha realizado una mayor proyección cultural de cara al futuro, siendo en estos momentos una de las ciudades más destacadas de España por su oferta cultural. La tercera, para nosotros, como venimos diciendo últimamente.

Las actividades culturales están ordenadas por incidencias y entre ellas aparecen los museos, que es lo que hoy nos interesa. En primer lugar, aparece el Museo del Prado (1), seguido del Museo Reina Sofía (2). Otros museos que aparecen en la clasificación: el Museo Guggenheim (4); el Museo Thyssen-Bornemisza (5) y ya a cierta distancia se encuentran: el Museo Picasso de Málaga (20); el Patio Herreriano de Valladolid (29); el Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear, en Cáceres (36); el MUSAC de León (37) y el Museo de Bellas Artes de Bilbao (38).

Este ranking es de carácter nacional y marca, según indican, lo mejor de la cultura en el citado año 2024 y además de los citados museos se clasifican festivales, galerías, eventos musicales, etc. y así hasta 106 tipos de actividades.

Esta ordenación está realizada según la opinión de 1.021 profesionales del sector de la cultura y así se viene realizado desde el año 2009.

No vamos a entrar en la mencionada clasificación, cada uno sabrá los motivos que les ha llevado a establecer la misma y en que se han basado para ello. Pero sí debemos decir que nos ha sorprendido la ausencia de algún museo provincial.

Y hablando de museos provinciales, nos gustaría reflejar el de Soria, el Museo Numantino. Centro que posee una soberbia colección de piezas pertenecientes a la Cultura Celtibérica.

Hasta el año 1968 Soria contaba con dos centros museísticos: el Museo Numantino y el Museo Celtibérico, que se encontraba en el Palacio de la Diputación Provincial de Soria. Ese año, por orden de 31 de agosto, quedaron integrados.

No vamos a comentar la misma, ya lo hizo magníficamente María Luisa Revilla: «1968-1986 De la unificación de los museos a las transferencias de competencias» (Soria, 2014).

En el año 2005, bajo el comisariado del Dr. Alfredo Jimeno, el Museo Numantino acogió la exposición más importante, según nuestra opinión, que ha tenido lugar en Soria: «Celtiberos, tras la estela de Numancia», dejando un gran testimonio. De ahí que podemos decir, con orgullo, que nuestra tierra se puede considerar la cabeza de la Cultura Celtibérica.

En el año 2014, veían la luz dos magníficos volúmenes, bajo la coordinación de Marian Arlegui, que nos presentaba en un tomo la historia del Museo Numantino y en otro la guía del mismo.

En este segundo se dedica casi un centenar de páginas a las piezas de la cultura celtibérica, mostrando, una vez más, la riqueza y el valor cultural que esta tierra ha recibido de unos momentos históricos claves para el conocimiento de la historia de España.

La importancia de yacimientos, como el de Numancia, Ciadueña, Tiermes y otros, permite conocer una cultura que ha quedado reflejada por los restos que han llegado hasta nosotros. Especialmente elementos metálicos y unas cerámicas soberbias con una importante aportación iconográfica: guerreros, toros, seres humanos con máscaras, peces, dioses, etc. Basta con ver los estudios de Fernando Romero Carnicero o Marian Arlegui.

Un paseo por las salas dedicadas a este mundo permite al visitante trasladarse mentalmente a momentos históricos de nuestra antigüedad y recrearse con una herencia única, cada día más atractiva, como pudimos ver recientemente en la exposición:»Fragmentos de agua y cielo en las cerámicas de Numancia».

Una muestra que nos permitió ver la imbricación, en esa ocasión, de la biología y la arqueología, trasladándonos a una sociedad que alcanzó, especialmente a través de sus cerámicas, una altísima calidad artística y que gracias a Marian Arlegui y Blanca Jimeno pudimos introducirnos en diversos ecosistemas mediante bellos restos cerámicos.

Las investigaciones, año a año, nos aportan novedades y los avances técnicos nos permiten observar auténticas maravillas, pero sin olvidar trabajos de grandes maestros que fueron visionarios y ya mostraron los valores de restos históricos como los que estamos comentando.

Y escribiendo nuestra sábana quincenal hemos vuelto a la «Memoria de la excavaciones de Numancia», publicada en 1912, en donde ya se pudo disfrutar de los materiales aportados y especialmente de las cerámicas.

Permítanme cerrar, hoy, con la esperanza de que unos sueños sean realidad algún día: que la Unesco declare Patrimonio Mundial a la Cultura Celtibérica y que nuestro Museo sea reconocido como el Centro Nacional de la Cultura Celtibérica.

Y una recomendación a ilustres que realizan valoraciones en el citado Observatorio de la Cultura: VISITEN EL MUSEO NUMANTINO.

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