Heraldo-Diario de Soria

Editorial

La Mesa de Cortes cocina el reparto de sueldos a espaldas de los grupos

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En su discurso del pasado viernes, personalista y dedicado a la afición y los muy cafeteros, el presidente de las Cortes de Castilla y León, Carlos Pollán, atinó un diagnóstico muy acertado de lo que es ese mausoleo a orillas de la vallisoletana avenida de Salamanca: un circo de varias pistas. No es un riesgo como pronosticó en sus palabras el jefe de la cámara. Es una realidad incontestable que las Cortes es una institución que vive inmersa en sí misma y en las cuitas, incluso económicas y personales, de los procuradores. Las Cortes las han convertido en un sumidero de la mediocridad de la política en grados inimaginables. Donde pierde la coherencia el discurso de Pollán es al comparar las palabras con la propia realidad del órgano que preside. Difícil será escuchar a la gente si la gente no puede estar al tanto de las maniobras que se urden en el lugar en el que debería reposar la soberanía.

Por el discurso de Pollán nos enteramos, incluidos procuradores de la cámara, que se ha organizado un grupo de trabajo para acometer la reforma necesaria para fijar incompatibilidades y, fundamentalmente, repartir más sueldos y salarios entre parlamentarios que no pisan por las instalaciones, como ocurre ahora. El propio partido de Pollán ha sido tremendamente crítico con el líder del PSOE, Luis Tudanca, por cobrar sin acudir.

El grupo de trabajo son tres. Tres miembros de ese club secreto que se llama Mesa de Cortes. Difícil escuchar a quien no quiere oír ni hablar de transparencia. Pollán (VOX), Diego Moreno (PSOE)  y Rosa Esteban(PP). Es decir, VOX y PSOE, que se exhiben irreconciliables en el hemiciclo, sí están dispuestos a congeniar en ese grupo semisecreto, extraoficial, y cuyas deliberaciones y trabajos desconocen incluso otros grupos parlamentarios. Hipocresía política sin límites. El lugar para dirimir estos asuntos está regulado y con una comisión inactiva. Fundamentalmente porque otorga transparencia, que es lo que no quieren VOX y PSOE, para que no se les vea pactar incrementos de sueldos. Pero además otorga el rigor y el respeto parlamentario de contar, al menos, con los otros dos grupos de la cámara. Y esto se habilita justo cuando salta que VOX y PP pagan sueldos bajo cuerda a sus parlamentarios.

Que sean los propios miembros de la Mesa de Cortes los que se saltan los canales reglamentarios para dilucidar asuntos crematísticos de sueldos e incompatibilidades, dice mucho de la necesidad de regeneración política, democrática y de decencia que necesitan las Cortes. Tal es el oscurantismo y secretismo que rige esa casa que cada día se parece más al Mordor de El señor de los anillos. Reflexionen, si es que tienen capacidad para ello.

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