Heraldo-Diario de Soria

Editorial

Una macroincineradora de basura exige luz y taquígrafos desde el origen

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La decisión de instalar una macroincineradora que recoja las basuras que no se pueden reciclar o valorizar para dar solución a toda Castilla y León va a ser fuente de polémica. Por eso la mejor solución no es ir trajinándola a escondidas y de tapadillos con las administraciones provinciales y locales con la intención de que nadie se entere en sus albores. Pero en los tiempos de la comunicación y la información es una quimera absurda que nadie entiende cómo sigue siendo elemento común de la política.

La macroincineradora que pretende la Junta es un proyecto que tiene que nacer con luz y taquígrafos. A la vista de todos. Y eso no es lo que parece estar pasando, tal y como han desvelado Ecologistas en Acción, que son la conciencia nacional de Castilla y León, avalados por los incontables pleitos que ganan a las administraciones y que les acaban obligando a recular en sus intenciones.

La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, con su empresa Somacyl, debería haber aprendido ya de todo esto. Debería haber aprendido que la mejor fórmula para tramitar y auspiciar instalaciones antipopulares, como son las incineradoras de residuos, no es por la vía de los tejemanejes internos. La mejor fórmula es luz y taquígrafos. Porque lo contrario lo único que hace es levantar sospechas en la ciudadanía y alimentar, en algunos casos, estigmatizaciones fraudulentas. La basura es un problema. Sobre todo la basura que no tiene solución en el reciclado y en la valoración energética. Pero es un problema que hay que afrontar de cara. Y cara a cara con la ciudadanía.

A buen seguro que este no va a ser uno de esos problemas por los que se van a pegar las provincias. Ni tampoco será objeto de codicia de quienes aseguran que son excluidos y agraviados del desarrollo de Castilla y León. Este será, por ejemplo, el anverso de los aeropuertos. Pese a que como ocurre con los aeródromos, la apuesta debería ser por el territorio, la provincia y el enclave geográficamente más estratégico. Pero este no va a ser el caso.

Medio Ambiente vuelve a tropezar en la misma piedra con la que tropezó hace años en el Bierzo al intentar camuflar una incineradora de basuras dentro de una cementera, con el beneplácito de la empresa, dispuesta a hacer caja al mismo tiempo que producía de lo suyo. Y, seguramente, con unas elecciones a la vuelta de la esquina, tampoco es el momento más oportuno para encontrar soluciones razonables, razonadas y de sentido común. Soluciones a un problema que es de Castilla y León y que tiene que resolverlo Castilla y León. Pero hay lugares de la Junta en los que abunda la torpeza. Sobre todo la política.

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