EDITORIAL
Mesa de las Cortes, El Ventorro de la política mediocre de Castilla y León
Lo de las cortes es el escándalo que no cesa. Al oscurantismo en el uso de los coches oficiales se suma ahora un incremento del 50% en los vehículos de la flota para la cúpula de los miembros de la Mesa formada por seis procuradores del tripartito VOX, PP y PSOE. Hasta ahora había cuatro BMWs contratados, por cierto, en Asturias, bajo la presidencia del hoy director del Corredor Atlántico de la Junta y por entonces presidente del parlamento, Luis Fuentes. Ahora serán seis. Uno por cada miembro de la Mesa, pese a que no consta que cada uno deba disponer de un coche. Y menos que su uso sea para llevarlos y traerlos a sus domicilios o sus asuntos, como se destapó con el caso de Diego Moreno, que hacía uso del BMW a su antojo para asuntos de partido durante las primarias socialistas.
VOX, que ostenta la presidencia de las Cortes con el leonés Carlos Pollán, prometió austeridad y rebajar los gastos políticos. En la recta final del mandato no se le ha ocurrido otras cosa a Pollán, con la complacencia de los otros dos grupos, que para estas cosas siempre alcanzan consensos ocultos, que incrementar la flota. Y eso, pese a que cada uno de los seis miembros suman a sus 80.000 euros anuales de sueldo otros 21.600, limpios de polvo y paja, es decir, exentos de fiscalidad, en un genérico concepto de “gastos”. Todo es oscuro y turbio en los gastos políticos de las Cortes. Porque ese es un concepto salarial en toda regla que se articula así para escapar del control y camuflar que el sueldo real de muchos parlamentarios autonómicos alcanza los cien mil euros, como los de los miembros del Congreso o el Senado. Lo lamentable de esta institución, regida por la opacidad como ninguna otra en toda Europa, es que todo son trapicheos. No se sabe cuándo se autorizó la contratación de esos nuevos coches. Por la sencilla razón que la Mesa de las Cortes, esa especie de Ventorro de la política mediocre autonómica, no da cuenta de sus decisiones ni siquiera al total de los 81 parlamentarios. Sus decisiones sólo las conocen sus seis miembros. Ni se dan a conocer ni se publican. Insólito.
Y con la presidencia de Pollán, que prometió abrir las ventanas para que entrar aire limpio, todo ha seguido igual o peor. La transparencia sigue siendo inexistente, como lo era con el bipartidismo que gobernaba la Mesa de Cortes, antes de que fuera cosa de tres. Llegó Ciudadanos y todo siguió igual. Como sigue igual con VOX. Siguen sin dar cuenta del uso de los coches oficiales, algo que la Junta ofrece en su portal desde hace más de una década. Es el gran misterio político. Como el Ventorro de Mazón. Pero con la complacencia del PSOE y la regencia de VOX.