Heraldo-Diario de Soria

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Aquí hay tomate. O quieren que los haya. Y no me refiero al enfrentamiento entre Benito Serrano y Carlos Martínez Mínguez. Que también. Presidente de la Diputación el primero. Y alcalde de la ciudad el segundo. Enemigos acérrimos e irreconciliables, ya saben. Y por si no lo sabían, pues se lo recuerdo yo. Pero me quería referir más bien, con eso de que aquí hay tomate, a la noticia que ha saltado estos días en la prensa y que como digo, ha vuelto a revolucionar a los dos gallos del corral que, si pudieran, créanme, se sacarían los ojos a picotazos. Una multinacional holandesa quiere invertir en Soria. Plantar tomates, para más señas. Y quiere hacerlo por todo lo alto, dejando a los pequeños hortelanos que nos conformamos con un pequeño huerto en el pueblo, a la altura del betún. Siempre ha habido clases, ya saben. `Agro Care´, que es como se llama la multinacional, quiere invertir en Soria la friolera de 350 millones de euros y crear más de mil empleos en las cercanías de Garray. Y precisamente la elección de ese lugar, cercano a donde los numantinos torearon a todo un imperio romano durante 20 años –lo del toreo ya ven que viene de lejos–, es lo que ha provocado la apertura de la caja de los truenos entre Serrano y Martínez Mínguez. Recordarán los lectores que hace dos lunes, hablaba en mi columna de que los sorianos mirábamos al cielo esperando el Maná en forma de empresa que trajera, dije, 200 o 300 trabajadores. Pues ¡toma castaña!, que ni 200, ni 300; ¡que va a venir una de 1000 empleos! ¿Será que nos han escuchado allí arriba? Quién sabe… Dice el alcalde de Soria que esto le suena a bulo. Pero no seamos cenizos, por Dios, que 1000 empleos son muchos empleos. Aunque a ver en qué viviendas los metemos. Pero tampoco lancemos, como se dice, las campanas al vuelo. Acuérdense de cómo también creó maravillosas y pomposas expectativas en julio de 2016 la hoy extinta `Aleia Roses´, que comenzó con una inversión de 50 millones de euros y 40 empleos, llegando en 2019 a los 380, para meses después entrar en encefalograma plano hasta su desaparición total. Creo que cambiaron rosas por cannabis, aunque aquí ya me pierdo. Frente a la guerra abierta entre el bando provincial y el capitalino, y que tiene como trasfondo no en sí la llegada de una empresa sino la ubicación de esta, la prudencia debería de primar en ambos bandos. Soria está plagada de polígonos industriales, y lejos de beneficiar, son utilizados como arma arrojadiza. Como ya he dicho alguna vez, (y es un proverbio africano), «cuando los elefantes luchan, es la hierba la que sufre» Y una pequeña reflexión; ¿quién controla en este país a todas esas empresas que aparecen con buenísima voluntad en un territorio, se llevan ingentes cantidades de dinero público durante años, y desparecen después sin explicación alguna? Aquí hay tomate, ya se lo digo yo…

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