EDITORIAL
La lección de Sumar a la desidia del PSOE por las pérdidas ferroviarias
Y entre todo el barullo y el fango que sale de Ferraz y del Ministerio de Transportes por la trama Cerdán, Koldo Ábalos se ha diluido en la realidad mediática la reivindicación de Sanabria, Zamora y el conjunto de Castilla y León para que Renfe reponga las paradas que quitó con el único objetivo de contentar las ansias ególatras del alcalde de Vigo, el socialista Abel Caballero. Pero también se le han diluido los compromisos al PSOE de Castilla y León, con Carlos Martínez a la cabeza, desaparecido desde que estalló el escándalo de corrupción en su partido. Compromisos, a su entender era solucionar con política las decisiones técnicas del operador público ferroviarios.
No han vuelto a abrir la boca para no incomodar al ministro del ramo, el vallisoletano Óscar Puente, que ya advirtió que la supresión de paradas no tenía vuelta atrás. Típico caso el del PSOE de Carlos Martínez de ejercer la hipocresía política, dramatizando, aunque no mucho, para no incomodar ni a Puente ni a Abel Caballero, e intentar que con el verano llegue el olvido.
Pero fíjate tú por donde que, a veces, la política la carga el diablo y han tenido que venir de otras latitudes seis diputados de Sumar, para llevar una Proposición No de Ley al Congreso para reclamar la reposición de las paradas de Sanabria y mejoras ferroviarias entre Zamora y Valladolid. Una decisión, la de los socios de gobierno de Pedro Sánchez, que esencialmente pone en entredicho las costuras del compromiso de Carlos Martínez con Castilla y León. Pero sobre todo su escasa capacidad para influir en las decisiones del ministerio de su compañero Puente. A este paso acabará protagonizando Sumar otra iniciativa en defensa del tren en Soria, donde la plataforma ¡Soria Ya! también ha tenido que coger la sartén por el mango ante la inacción del líder socialista autonómico y regidor de la capital soriana.
Un PSOE cada vez más alejado de la realidad que cree que la acción de gobierno se centra en ofrecer sermones sobre asuntos que ni interesan ni preocupan a la gente, mientras desatiende las verdaderas preocupaciones. Los seis de Sumar han hecho lo que tenían que haber hecho ya hace semanas los 12 del PSOE. Los doce parlamentarios que han decidido mirar para otro lado mientras Castilla y León pierde servicios ferroviarios. Pero serán sus socios los que los pongan contra el espejo en sede parlamentaria. Es su obligación y vocación, como partido de la oposición, ser vigilante y rígido con el gobierno de Mañueco. Pero a lo que no le obliga nadie es a ser sumiso con el Ministerio de Transportes y el alcalde vigués, a no ser que su única vocación sea ser oposición.