La tomatina soriana
No, no hay lanzamiento de tomates durante las fiestas de San Juan que estos días celebra la ciudad de Soria, aunque sí hubo en los días previos protagonismo del producto hortícola que, puesto en manos de los políticos, es peligroso, porque la tentación de lanzárselos entre ellos es grande. Y no la resistieron. Hubo una pequeña tomatina en Soria, aunque no de carácter popular, sino reservada a la clase política. La semana pasada saltó la noticia sobre la posibilidad de que una empresa procedente de los Países Bajos haga una potente inversión en la provincia de Soria para plantar tomates. Las cifras son espectaculares, ya que la inversión alcanza los 360 millones de euros y la creación de 1.100 puestos de trabajo en las 160 hectáreas en que Agro Care, que así se llama la sociedad, quiere instalar invernaderos. Encontrar de la noche a la mañana 1.100 personas para cubrir puestos de trabajo en Soria es bastante complicado, pero por las características del proyecto es de suponer que el grueso de los empleos son para temporeros y esos pueden venir de cualquier parte del mundo. Para la recogida de los más de 35 millones de kilos de manzanas que Nufri obtiene en Soria, en La Rasa, la empresa viene utilizando, desde hace años, trabajadores que trae de fuera para la temporada, y es habitual un grupo de tailandeses, a los que también se les da alojamiento. La vivienda tampoco sería problema para ese elevado número de trabajadores, ya que la empresa holandesa está acostumbrada a dar soluciones habitacionales en los diferentes lugares del mundo donde tiene cultivos. Unas construcciones rápidas para unas estancias temporales y a correr. Donde está el verdadero problema es en el suministro de energía, porque Soria produce mucha energía, pero las infraestructuras se han diseñado para evacuarla y no para utilizarla en la provincia, así que ya hay varios proyectos con dificultades por esa carencia energética, advertida desde hace mucho tiempo desde la Junta de Castilla y León y que Red Eléctrica no acaba de atender en sus planificaciones, aunque de la evacuación de lo que genera Soria sí que se preocupa. Como los holandeses no pueden esperar para realizar la inversión, el proyecto tiene muy pocas posibilidades de cuajar, por no decir que prácticamente ninguna. El alcalde de Soria, el socialista Carlos Martínez, conocedor de estos problemas, no desaprovechó la oportunidad de lanzar unos cuantos tomates a la Diputación, gestionada por el PP y que es la que estaba detrás del proyecto. Martínez lo calificó de bulo y hubo respuesta de Benito Serrano, presidente de la Diputación, con lo que hubo tomatina política antes de las fiestas de Soria. Como el proyecto es para Garray, junto al PEMA, a Martínez le hace pupa, porque el polígono que él defiende en Soria no recibe una petición de terreno de empresas ni a tiros, y por ahí fue la respuesta, con sorna, de Serrano. Las tomatinas de los políticos siempre tienen su punto divertido, pero muchas veces entorpecen la comprensión de la realidad o poner el foco en lo importante. En este caso, en el deficiente suministro energético de Soria que frustra proyectos y tiene en vilo a otros diseñados a más largo plazo, pero que solo serán factibles si hay una solución al problema eléctrico.