El más allá de los automóviles sorianos

Acercan familias, permiten descubrir nuevos lugares, facilitan el trabajo, dan de comer a miles de personas e incluso algunos, como el entrañable Seat 600, cambiaron la demografía y las miras sociales de un país. Los coches forman parte de la vida diaria, para bien o para mal. Pero también ellos se hacen viejos, tienen sus achaques y al final descansan en paz. Pero ¿hay vida después de darlos de baja? Los tres desguaces autorizados en Soria corroboran que sí.

José Luis García regenta desde enero el desguace de Lubia, uno de estos ‘cementerios’ en los que sin embargo hay mucha vida. Y es que ya no son coto de mecánicos y manitas, porque «los particulares van viniendo más y ahora también llegan mujeres», cuando antes no se interesaban tanto por la mecánica.

Alternadores, faros, llantas, motores de arranque, aletas, asientos... el catálogo es amplio, pero «el desguace es suerte. Puede ser que busques una pieza que han puesto nueva en un coche viejo y te vas tan contento. Hay alternadores y arranques que los ves que se pusieron hace muy pocos kilómetros y al poco tiempo decidieron dar de baja el coche. Lo mismo pasa con las ruedas, pueden estar las cuatro destrozadas o que te lleguen prácticamente nuevas. Es la suerte de que tengamos lo que busca la gente», explica García.

Con «unos 130 ó 140 coches» en la actualidad, hay para cubrir bastantes necesidades. En los meses «malos» pueden entrar «cuatro o cinco», en los buenos se puede superar la decena. Además, «tenemos algunos siniestros que compramos», en su mayoría de coches bastante nuevos.

 

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