El 6% de los mayores de 65 años de la provincia padecerían Párkinson

La asociación de Enfermos de Párkinson de Soria (APS) pone especial atención durante estos meses a su acción en la provincia al saber muy poco sobre estos enfermos en el medio rural. Aunque no se manejan datos oficiales sobre las personas que se encuentran afectadas por esta dolencia neurodegenerativa, el presidente de la asociación soriana, Alfredo Hernández, recalcó que, teniendo en cuenta las estimaciones nacionales, alrededor de un 6% de la población mayor de 65 años de la provincia de Soria, padecería Párkinson, aunque, según sus palabras, «un 30% de esta estimación de afectados no está diagnosticada». 

 

La asociación está facilitando a los Ceas de la provincia un cuestionario de referencia con los datos que interesa conocer de los enfermos en esta primera etapa del proyecto, así como guías, revistas y folletos sobre esta enfermedad, editados por la federación española europea de Párkinson, para distribuirlos entre las familias interesadas de sus municipios. Una vez cubierta esta primera etapa, a la luz de dichos datos, se establecerá un plan de trabajo tutorial y a distancia, personalizado, en aquellos casos que lo soliciten, y que la organización de Párkinson tiene intención de hacer operativo desde su Centro de Día, con la ayuda de los profesiones en logopedia, terapia ocupacional y fisioterapia, que tiene contratados.

 

Otra manera de salir a la palestra y que la sociedad se implique en la ayuda a estos enfermos es la cartelería de la que disponen y que han hecho  con la ayuda de voluntarios de la Escuela de Artes de Soria e IES Antonio Machado. En total 6 carteles, más cinco que están a la espera de que se acaben, hacen referencia a la enfermedad de Párkinson para establecer una pequeña exposición itinerante por la provincia y sensibilizar así a sus habitantes. El lugar elegido por los responsables de la asociación los colocarán en las consultas y atención a enfermos además de tener idea de, una vez transcurrida la Semana Santa, utilizar los locales del Collado como escaparates para que «la actitud de la sociedad ante estos enfermos cambie porque es muy importante para mejorar su calidad de vida. Es la actitud de no hacer juicios de valor de estas personas».

 

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