UNA RELIGIOSA SORIANA EN JAPÓN
Menchu Vallejo: ‘La labor de recuperación es como recoger agua del mar con cucharita’
Madre Menchu Vallejo en uno de los centros que Escolapias tiene distribuidos por Japón. / M. V.-
Cuatro meses largos después del terremoto de Japón, la nación nipona continúa recuperándose de las catástrofes originadas a consecuencia del seísmo, según indicó Menchu Vallejo, madre escolapia soriana que reside en la nación del sol naciente desde hace 32 años. Asumiendo la realidad que le ha tocado vivir, como todos los habitantes del país, Vallejo significó ayer que los desastres del terremoto del 11 de marzo siguen haciéndose notar cada día.
Pese a los leves y esporádicos temblores que se hacen sentir en el suelo, la religiosa soriana calificó la situación como de «incertidumbre más que de temor», ya que cada día se conocen nuevas consecuencias de este cataclismo sin precedentes en la historia japonesa. Tres factores, terremoto, tsunami y contaminación nuclear son las amenazas que pesan ahora sobre Japón.
Vallejo relató que esta misma semana se supo del sacrificio de toda la cabaña de bovino para carne de las zonas de influencia de Fukushima, ciudad donde se produjeron los accidentes nucleares, al haberse detectado altos niveles de cesio en los animales, lo que hace que no sean aptos para el consumo humano. De hecho, aseguró que en los establecimientos de alimentación se han dejado de vender productos cárnicos de aquella área, y en la prensa se reflejó que media docena de canales provenientes del norte habían sido distribuidas en los comercios.
Si al principio ya se detectó radioactividad en el pescado y en algunos productos agrícolas, hasta las hojas del mismo té japonés han absorbido la radioactividad, ya que en las explotaciones agrícolas de zonas cercanas a Tokio, ya más al sur como Shizuoka, se ha detectado contaminación en las plantas de ocha, productoras de la hoja con la que se prepara esta infusión.
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