La crisis no se alía con la fe en Soria

Para Tomás Oliva, párroco de Nuestra Señora del Espino, en la capital, es cierto que los humanos se aferran a la fe cuando surgen épocas o momentos de dificultad. Una afirmación que coincide con los datos oficiales de un reciente informe del CIS (Centro  de Investigaciones Sociológicas), donde se asegura que la afluencia de fieles a los templos ha aumentado un 2,1% a causa de la crisis económica. Sin embargo, estas estadísticas para la ciudad no se corresponden con lo que se indica desde las parroquias.

Oliva significó que se está viviendo una «crisis de fe» la cual hace que la asistencia a las celebraciones dominicales o en días festivos apenas ha experimentado una variación, habida cuenta que los parroquianos, cada vez más longevos, fallecen y esto hace que descienda su número.

Oliva señaló por otro lado que las inquietudes existenciales de sus parroquianos apenas pasan por las preocupaciones económicas, ya que al tratarse mayoritariamente de jubilados, su situación laboral no está en peligro. «No hay obsesión sobre el tema», dijo, aunque por otro lado, sí que puso de manifiesto que en los fieles con edad de trabajar «he notado un cierto escepticismo». Igualmente, se refirió a  la creciente afluencia de personas necesitadas, afirmando que se ha producido un aumento de «un 40% más de familias que no son marginados o inmigrantes, no con una situación social que hasta hace poco se consideraba como corriente», que solicitan amparo, no sólo espiritual, sino económico, donde por cierto notó una pequeña bajada en las colectas ordinarias con respecto a 2010. «Unos 500 euros», detalló.

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