La caída del empleo en EE UU aleja la subida de tipos de la FED

La economía de Estados Unidos sigue dando señales contradictorias. Mientras el consumo y la compra de viviendas crecen de forma notable y se recuperan los beneficios empresariales, el empleo se frena en seco. En mayo se crearon 38.000 puestos de trabajo, lacifra más baja desde finales del 2010, muy lejos de los 160.000 contratos de abril, que ya de por sí no fue un mes demasiado bueno. La ralentización se notó especialmente en la construcción y las manufacturas. A pesar del mal dato de mayo, el paro se redujo en tres décimas para pasar del 5% de la población activa al 4,7%. Pero tampoco esta es una buena noticia porque cayó debido a que más gente dejó de buscar empleo activamente.

La Reserva Federal (Fed) tendrá que tener en cuenta todas estas consideraciones cuando se reúna en Washington dentro de dos semanas para decidir si sube los tipos de interés, una medida pospuesta una y otra vez en lo que va de año. “No es un buen resultado y probablemente hará que los miembros de la Fed se lo piensen dos veces antes de aumentar este mes o el siguiente los tipos de interés, tal y como algunos han sugerido últimamente”, le ha dicho a Reuters el profesor de Economía de la Universidad de Boston, Peter Ireland. Solo un 3,8% de inversores cree ahora que la Fed subirá los tipos en junio, frente al 21% que lo pensaba el jueves, según una encuesta de la consultora CME Group.

Quizás la única buena noticia del informe del empleo es el aumento en un 0,2% de los salarios en el sector privado, el que más empleos sigue generando. En el último año acumulan un crecimiento del 2,5%, un factor que podría haber contribuido al incremento significativo del consumo, que creció un 1% en abril, el ritmo más rápido de los últimos siete años.

En su último informe presentado el miércoles, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha rebajado las previsiones de crecimiento de EEUU para 2016. La organización con sede en París prevé un crecimiento del 1,8% del PIB o, lo que es lo mismo, seis décimas menos que en el año anterior. La OCDE pidió a los gobiernos del mundo, también el estadounidense, que aumenten el gasto público para evitar el estancamiento de la economía global.