SOCIEDAD
Llueve sobre mojado con pérdidas en la hostelería por las tormentas
El sector sufre la caída de ingresos con terrazas vacías en un mes de julio aciago/ «Nos está matando», afirman en los establecimientos en referencia al mal tiempo
Si el mes de junio arrancó con pésimos datos para el sector hostelero afectado por las bajas temperaturas y las constantes precipitaciones, en julio llueve sobre mojado y las tormentas que han copado gran parte de las tardes están dejando sensibles pérdidas en los establecimientos que ven sus terrazas vacías y por lo tanto pírricos beneficios. Profesionales del sector estiman que las tormentas están provocando que los ingresos se reduzcan casi a la mitad con respecto al año pasado, por otro lado un verano que califican de excelente por cuanto las temperaturas fueron altas y sin atisbo de agua.
«Se están produciendo pérdidas respecto a otros años», reconoce la presidenta de la Asociación de Hostelería y Turismo de Soria, Asohtur, Yolanda Santos. «El sector todavía no ha visto la luz después de que el verano se retrasara y ahora llega con tormentas una tarde sí y otra también», señala Santos, quien considera una fatalidad para la hostelería el tiempo más propio de otra estación del año.
«Nos está matando», asegura Juan Carlos, del bar Apolonia. «Es cierto que lo del verano pasado fue excepcional pero este año, cada día que llueve la gente se va a casa o a su zona y no está por el centro». Reconoce que las pérdidas son «muchas», e incluso lo cifra en casi la mitad en relación al periodo que va entre las fiestas de San Juan y este mes de julio. «Tienes que contratar a camareros para dar servicio en las terrazas pero luego los hombres están parados porque la tormenta las vacía y no pueden trabajar», matiza. Eso además del coste que suponen los veladores, a los que no se saca rentabilidad.
«Confiemos en que el mes de agosto sea mejor, hay que ser optimistas», añade Juan Carlos, ya que hasta ahora está resultando «un desastre, y es una pena porque estás todo el año esperando el verano y parece más otoño que otra cosa». No obstante, aunque la situación mejore, «todo lo que se deja de ganar ya no se recupera», lamenta sobre una situación que está afectando a todo el sector. «Cuando llueve, la gente huye de las terrazas y aunque se van al bar, en cuanto aclara un poco se marchan también», puntualizan los hosteleros. Es lo que ocurrió el viernes, cuando se esperaba que también el festival Soria Rock incentivara la actividad en la hostelería. «En cuanto llovió, ya no había nadie por la calle y eso pasa casi todos los días, un desastre», matiza.
En este mes de julio, ha llovido, con diferente intensidad, nueve de los 21 días, lo que indica la magnitud del problema al que se refieren los hosteleros, que ven una campaña complicada a no ser que la meteorología cambie de forma sustancial. Según la página web Accuweather, el pasado miércoles 18 de julio fue el que registró mayores precipitaciones en la capital, con hasta 25 milímetros cúbicos caídos a lo largo de la jornada. También el viernes 13 fue significativo el volumen de agua recogido con 11 milímetros, mientras que el pasado sábado día 7 fueron siete milímetros cúbicos los que cayeron en la capital. Ayer sábado, la temperatura mínima prevista en la capital fue de 11 grados, una temperatura poca asociada a un mes de julio de plena época estival, aunque sea el verano soriano.
Según las predicciones de este portal, las precipitaciones no volverán hasta finales de mes, en concreto el día 31 de julio, aunque el volumen se espera significativo, tal y como indica en sus estimaciones.
Por otro lado, en cuanto a la salud del turismo en la provincia, los hosteleros perciben una menor presencia de visitantes foráneos este verano. «Vemos menos turistas, y los que han venido están sufriendo el mal tiempo», afirman, aunque hay gustos para todos y seguro que muchos agradecen las temperaturas moderadas del verano soriano frente a los rigores de otras provincias del sur.