Las incidencias en el tren se diluyen durante el último mes

Las averías en el servicio ferroviario entre Soria y Madrid han dado una notable tregua en el último mes. Tras un verano marcado por continuos problemas, transbordos a autobuses y retrasos de envergadura, parece que se va cumpliendo el compromiso adquirido en la reunión de la delegada del Gobierno, Virginia Barcones, con el secretario de Estado de Infraestructuras, Pedro Saura; el secretario general de Infraestructuras, Javier Izquierdo; la presidenta de ADIF, Isabel Pardo de Vera; y su homólogo en Renfe, Isaías Táboas.

En aquella cita y como primera medida, casi de choque, estaba la contratación de expertos para revisar a fondo los trenes que brindaban el servicio, dado que la mayor parte de las incidencias venían por problemas técnicos. En encuentro tuvo lugar el 17 de septiembre y el reciente mes de octubre, sea por esto o por otra cuestión, ha sido bastante plácido en comparación con los períodos precedentes.

El propio presidente de la Asociación Soriana de Amigos del Ferrocarril (Asoaf), Jesús Rivera, confirmó que «salvo un día que hubo un retraso de 20 minutos», octubre discurrió bastante mejor que sus antecedentes. «Desde el día 4, que hubo un retraso de dos horas, ha sido un mes tranquilo» en las cuatro semanas siguientes.

A su juicio, obviamente lo preferible es la ausencia de problemas, pero consideró entendible que cada dos semanas se pueda producirse una incidencia en estos términos. «Lo deseable es que haya normalidad, aunque puede ser aceptable» una tónica como la de los últimos días, en la que entre trayectos de ida y de vuelta han circulado más de un centenar de convoyes con una única tardanza y no excesivamente dilatada.

Para Rivera «alguna medida se habrá tomado» a tenor de la evolución del servicio desde que se adquirieron estos compromisos. No obstante el presidente de Asoaf apuntó que esta mejora no salva por sí sola el funcionamiento del ferrocarril soriano, por lo que reiteró en varias ocasiones que sigue siendo conveniente trabajar en «la mejora de la vía, la reducción de los tiempos de viaje o reforzar los servicios» con nuevas frecuencias que hagan más atractivo el tren soriano.

Cabe recordar que por ejemplo en 2016 se rozó el centenar de incidencias en la línea, con una prácticamente cada cuatro días. Por ello, que en las cuatro últimas semanas se haya constatado un único retraso de 20 minutos supone una mejoría patente respecto a lo que se venía produciendo. No obstante y aunque la situación estaba siendo sostenida en el tiempo, este verano alcanzó cotas llamativas.

Por ejemplo el tren del viernes 3 de agosto por la tarde entre Madrid y Soria, que debía prestar servicio en uno de los momentos álgidos del turismo, no llegó a salir como tal. En su lugar se emplazó a los pasajeros a que tomasen un convoy sentido Lérida para bajar en Medinaceli. Allí subieron a un autobús que paró en Almazán, para que los pasajeros que paraban en localidades distintas a la capital pudiesen tomar un taxi. Al final, un viaje en tren acabó siendo por carretera tomando hasta tres medios de transporte distintos en una tarde.

Poco después la situación se repetía, condenando a los pasajeros a una nueva odisea por motivos obvios: El tren en el que se les instó a subir en Madrid era eléctrico, pero la línea Soria–Torralba no está electrificada. De nuevo tuvieron que pasar por todo el periplo con cambios de medio de transporte y el correspondiente retraso, mientras se anunciaba un fuerte refuerzo de servicios con trenes afines para la Semana Grande de Bilbao.

Trenes de inferior categoría, retrasos, transbordos intempestivos... Más de un pasajero evidenció la situación en las redes sociales y Asoaf reclamó mejoras para no tener que señalar estas incidencias y mejorar el servicio. Al menos en este mes de octubre se cumplió.