El plan de renaturalización de Soria busca catalogar las aves y murciélagos e instalar nidales

El proyecto BRERA da el paso de conocer el estado de la vida silvestre asociada a espacios urbanos e inventariar las especies presentes en la capital, con referencia a las áreas previstas para las renaturalizaciones y otros puntos. De manera especial, pone la mira en pájaros y murciélagos dentro del listado que este programa, apoyado por los fondos europeos, busca desarrollar y evaluar en los próximos dos años. Es el plazo de ejecución de esta medida, que acomete además acciones de protección y busca la divulgación y el conocimiento a través de diversas jornadas y la participación ciudadana. El Ayuntamiento ha licitado la acción en 71.390 euros.

BRERA es el programa Bienestar, Restauración, Resiliencia y Adaptación con el que el Consistorio aspira a efectuar más de una veintena de actuaciones de renaturalización en la ciudad. Dotado con 4,4 millones (el grueso, de los fondos europeos de reconstrucción tras la pandemia), ha lanzado ya las reformas del aparcamiento de Los Pajaritos y del entorno de Fuente del Rey, dentro de un conjunto que incluye corredores verdes en la circunvalación o la puesta en marcha de nuevos huertos municipales en la expansión de Soria. El objetivo del inventario es «incrementar la presencia de biodiversidad y velar por su conservación en el entorno urbano, lo que reportará beneficios ecosistémicos en cuanto a hábitats naturales y vida silvestre, polinización, conectividad ecológica, conservación de la diversidad genética y valor cultural». En su elaboración, el contratista se ajustará a los criterios de la Fundación Biodiversidad.

Las condiciones de contratación miran con especial interés a dos especies vulnerables y protegidas. Se trata del colirrojo real y la chova piquirroja. Y promueve el interés por el águila calzada y el halcón peregrino. Se espera que estas últimas aves ayuden a controlar de manera natural la proliferación de las palomas, algo importante para el «bienestar de la población general» dentro de los «importantes beneficios ecosistémicos» que se persiguen. Así, la apuesta «por un hábitat natural y vida silvestre, mayor conectividad ecológica, aumentar la conservación de la diversidad genética y mejorar la polinización».

La empresa deberá establecer las medidas de refugio y protección de las aves y murciélagos. En este sentido, se prevé instalar numerosos soportes.

Así, 25 cajas y nidales artificiales en general en espacios como La Arboleda, las márgenes, el Mirón o los barrios de la ciudad. El Ayuntamiento aprecia a los autillos y cernícalos y para ellos considera instalaciones similares (diez y cuatro, respectivamente) en lugares estratégicos o de cría. Medio centenar de cajas para aves insectívoras sin especificar, 15 al menos para vencejos, soportes para cigüeñas o cestas para búhos y rapaces completan las dotaciones para espacios verdes, corredores e itinerarios y alrededores de la capital. Uno de los aspectos de la participación tiene que ver con medidas anticolisión. Aquí «se promoverá el trabajo con la comunidad» dentro del diseño de los sistemas para prevenir que las aves choquen con cristaleras (edificios o protecciones de pistas deportivas) al confundirlas con un espacio diáfano.

Aunque el inventario se fija especialmente en los volátiles, tiene un alcance más general, al tener que elaborar el contratista lo propio con la fauna en sentido amplio. El fin es conocer la diversidad de especies en los sitios objeto de renaturalización, si tienen algún grado de amenaza, los pasos que utilizan o la posibilidad de control de las que son invasoras.

El contrato, que liga a la empresa que resulte adjudicataria en el seguimiento de la situación, fija una serie de actividades de formación. Aquí se determinan una jornada sobre la biofauna en los barrios, itinerarios, el llamamiento a los vecinos para la instalación de nidales o talleres en centros educativos, entre otras acciones.