Comienzan los trabajos en el Ucero entre El Burgo y el Cañón

El Gobierno de España comenzó a realizar el miércoles los trabajos de restauración fluvial mediante infraestructura verde en el río Ucero por un importe de 611.000 euros. Se trabajará, dependiendo del tipo de actuación concreta que se vaya realizando, entre El Burgo de Osma y la entrada del Cañón del río Lobos.

La restauración fluvial en el río Ucero tiene el objetivo de reordenar las antiguas defensas contra inundaciones existentes en él,  especialmente en el entorno de El Burgo de Osma. El propósito es cumplir los objetivos del Plan de Gestión de este Espacio Natural protegido, fijar dióxido de carbono al incrementar el bosque de ribera, crear pasos piscícolas en los azudes existentes y mejorar el uso social de este entorno.

Con esta intervención del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente  se persigue una adaptación al cambio climático mediante la mejora del estado de masas de agua, recuperación ambiental, defensa contra fenómenos extremos y sumidero de dióxido de carbono Más concretamente, se van a mejorar los procesos que constituyen la dinámica fluvial mediante la retirada de motas y remozado del terreno y mediante el tratamiento de la vegetación riparia.

Para la continuación de la recuperación de la continuidad del sistema fluvial, se adecuarán estructuras de paso para peces gracias a la rehabilitación de la presa de la Güera en El Burgo de Osma en escala para peces. También se acondicionarán los frezaderos y se realizarán plantaciones de ribera. La integración paisajística lleva acompañada la limpieza de residuos y, para responder a las demandas sociales, se acondicionará la senda fluvial peatonal y se le dotará de áreas de descanso y cartelería temática.

Esta actuación se incluye en el nuevo Plan de Impulso al Medio Ambiente para la Adaptación al Cambio Climático en España, Pima Adapta, que incluye una inversión de 12,1 millones de euros para más de 40 actuaciones en toda España.

Esta iniciativa arranca con el objetivo de poner en marcha, con carácter pionero y con vocación de continuidad en el tiempo, proyectos concretos de adaptación al cambio climático. Este plan incluye, por primera vez, una batería de actuaciones que tendrán en cuenta el estado de conocimiento de los impactos del cambio climático, así como los riesgos y la vulnerabilidad.