Entrevista. María del Mar Blanco Palomar
«Ser cofrade es una forma de ver la vida y hacer las cosas; cada uno hace lo que le gusta»

María del Mar Blanco Palomar
Pregunta.– Las cofradías son como Santa Bárbara. Solo nos acordamos de ellas cuando truena.
R. Son un poco así, sí. La gente no está muy metida ni involucrada. Quienes somos cofrades lo vemos. Yo de hecho tampoco estoy demasiado involucrada, podría estarlo más. Pero bueno, intentamos que 'suene' más durante todo el año.
P. ¿Qué es ser cofrade en el siglo XXI?
R. Es algo complicado por lo que comento. La gente no está muy involucrada. Si te gusta estar en una cofradía eres un poco un bicho raro, un poco extraño. La gente puede pensar lo que quiera y cada uno hace lo que le gusta. Pienso que ser cofrade es una forma más de ver la vida y de hacer las cosas.
P. ¿Por qué lo es usted?
R. Yo soy cofrade porque siempre me ha encantado y lo he sentido. No se puede explicar, es un sentimiento. Empecé a salir con mi familia desde chiquitita. Entonces no dejaban salir mujeres y desde el primer momento quise ir con ellos. Quería ser cofrade, era la mayor ilusión que yo tenía. Es, ya te digo, un sentimiento de toda la vida. No sabría explicarte.
P. ¿Y por qué en la de Ecce Homo, que por cierto este año está de aniversario? ¿Qué tiene que no tenga el resto?
R. Lo que te acabo de comentar. El sentido familiar: salía mi familia, que fueron al colegio de los franciscanos, mis primos, mi hermano, toda la vida. Yo les veía a ellos primero saliendo de monaguillos, después de cofrades y era algo que me llamaba muchísimo la atención. El Ecce Homo siempre me ha parecido algo espectacular, desde chiquitina. Fui la segunda cofrade mujer que se apuntó cuando pudimos hacerlo, porque estaba deseando.
P. Después vamos a eso. ¿A qué se parece la experiencia cofrade?
R. Es por todo. Es el tema religioso, yo soy creyente; salir y poder acompañar al Cristo, poder hacer el paso con ellos... Es un poco todo.
P. Habla del sentimiento religioso.
R. Es complicado, la verdad, porque la vida te lleva precisamente a todo lo contrario. Es tener fe. A mí me han educado en ella. Es seguir creyendo en lo que tú consideras importante. No se tiene por qué ser un devoto estricto ni nada parecido, pero si quieres se puede seguir ese sentimiento religioso, sí. Y apoyarse en ello, de hecho. Me refiero a que es compatible con un día a día completamente normal. Para mí sí. Para gente de mi alrededor soy un bicho raro por salir en una cofradía, pero a mí eso me da igual. Tengo mis creencias, mis convicciones, sé lo que me gusta y lo hago.
P. ¿Qué le falta a su juicio a la Semana Santa de Soria?
R. No sabría decirte. Es sobria, pero es que a mí me gusta así. La gente dice que si en Andalucía es más 'alegre', pero yo vivo la de aquí y me gusta así . Están muy bien los cambios que se están haciendo con las bandas. Están tocando nuevas músicas y de algún modo se está modernizando un poco. Está cambiando un poquito. Antes era mucho más sobria, pero ya te digo que a mí esta sobriedad me gusta.
P. Se ven cofrades de corta edad, en bandas de música y no solo. ¿Hasta que punto significa eso que hay relevo?
R. Está bastante difícil. Se van cogiendo niños, pero cuando llegan a la adolescencia se empiezan a cansar. Es complicado que continúen. Tienen que tener mucho arraigo desde niños, con familiares que sigan. Y aún así es difícil. Pero sí se va enganchado gente, empieza a gustar, sí.
P. ¿Hasta qué punto la espiritualidad puede cambiar el mundo o es una ilusión?
R. ¡Buf! Pienso que bastante. Como ha demostrado a lo largo de los siglos, es un gran apoyo y un gran proyecto. Sí puede cambiar y bastante. Solo hay que proponérselo.
P. El elemento de la Semana Santa que más le diga y por qué.
R. Las cruces. Me representan lo que fue Jesús, con sus caídas, su trayecto, el dolor, la sensación de tristeza. A mí me representa la cruz. Lo veo un elemento bastante emblemático. Por supuesto las tallas, que dicen mucho de cada cofradía, pero la cruz está en todas y es lo que mayormente representa la vida de Jesús y lo que representa la Semana Santa, a mi modo de ver, por supuesto.
P. ¿Cómo se escribe el futuro de la Semana Santa en Soria?
R. El futuro se escribe con futuro. Se van adhiriendo niños, empiezan a salir en las cofradías y les gusta también salir en la banda. De este modo se van cogiendo cofrades, es la única forma. Hay una continuidad como la hay en otras cosas, como al fútbol, que se van enganchando niños desde chiquitines, también. Creo que sí hay un futuro; habrá momentos más difíciles, más complicados, pero seguirá desde luego. Creo que sí.
P. La buena relación que parece haber entre las distintas cofradías también puede tener que ver.
R. Es verdad. Los hermanos mayores se van unión para hacer cosas en común. Eso antes no existía. Ahora hay más comunión entre todas las cofradías; se juntan para promover iniciativas, relacionadas con las bandas o con procesiones. Sí se ve más unidad. Hay gente joven y con nuevas ideas al frente de las cofradías. Van saliendo cosas nuevas y es algo que se nota. Es lo decíamos antes de que la Semana Santa en Soria va cambiando. Se crean nuevas procesiones y otras iniciativas. Y ahí hay también futuro.
P. Fue la segunda mujer en formar parte de su cofradía y poder desfilar.
R. Para mí fue una alegría enorme. Llevaba años viendo a mi hermano, a mis primos... salir y quería y quería salir. Era toda mi ilusión, así que el año que dijeron que se podían apuntar las mujeres para mí fue un boom. Allá voy. Y desde entonces estoy saliendo. Unos años mejor porque puedo más, otros menos, porque tengo una pequeña enfermedad que no me permite hacer todo lo que gustaría, pero no falto ningún año. Un día, dos, los que pueda. Desde el primer momento lo viví con muchísima ilusión. Algún año he pensado 'no puedo, no puedo..., pero luego oigo las bandas y salgo sí o sí'.
P. ¿Qué se ve en un desfile procesional que no sea recogimiento?
R. En un desfile procesional se ve mucho acompañamiento. La gente va tranquila, con recogimiento, pero se ve eso, acompañamiento, hermandad. No sé, mucha cercanía. La gente está, asiste, te mira, les gusta, algunos se emocionan. Veo mucha compañía, sobre todo.
P. Tómele el pulso.
R. Se mantiene. Ha tenido algún bajón, pero las novedades que se están promoviendo, con nuevas procesiones, nuevas bandas, distintas músicas, hacen que vaya en crecimiento. Se ven más niños y más gente colaborando.
P. ¿Cuánto dinero cuesta ser cofrade?
R. Hoy en día no es poco, porque los trajes aún cuestan bastante. Calculo que entre 300 y 400 euros, más luego hay que comprar también el capirote, guantes, cinturón. Aunque es una vez, claro. Cuando son pequeños se van cediendo en la cofradía.
P. ¿Qué le diría a un cofrade que se confiese no creyente?
R. No le diría nada en absoluto. Al revés. Aceptaríamos a cualquiera, yo por lo menos. Sin problema en absoluto. Creo que puede entrar todo el mundo y, por qué no, quién sabe si una vez dentro se puede volver creyente. No le diría absolutamente nada.