"Carlos Martínez está puesto por aquellos que quieren controlar el PSOE en Castilla y León. Ojalá se aparte de ese lastre"
Sigue viviendo con intensidad la política de Castilla y Léon, a la que sigue apegado, ahora desde los hemiciclos de Bruselas. Una pieza esencial en la estrategia del PP de Mañueco, recién ascendido a coordinador autonómico

Raúl de la Hoz.
Pregunta.- Usted está involucrado en la comisión de industria, ¿qué puede hacer Europa para evitar los sobresaltos de automoción y mantener una transición ordenada, correcta y sostenible, pensando fundamentalmente en el potencial automovilístico que tiene ahora mismo Castilla y León, que se fabrican más coches que nunca?
Respuesta.- Sí, es evidente que el sector de la automoción está en crisis en Europa. Por ciertos motivos que ahora no procede analizar. Pero es verdad que hay una amenaza de cierre de plantas en Europa como consecuencia de que la transición al vehículo eléctrico no se está desarrollando como quería que se desarrollara. Y la competencia china se está imponiendo a los vehículos fabricados en la Unión Europea. Y aparte porque no se están vendiendo los coches que se esperaban. Eso provoca una situación de delicadeza de lo que ha sido la bandera de la industria europea. Y tiene por, por tanto, una influencia directa en Castilla y León, en términos de empleo y en términos de exportaciones, por lo tanto, de riqueza. Hemos aprobado un documento de posicionamiento, del cual he sido ponente junto con una diputada alemana, y que ha servido de base para que después los comisarios del Partido Popular en la comisión estén elaborando ya, sobre la base del diálogo con el sector, un documento donde se adopten las primeras medidas para potenciar el sector de la automoción, haciendo hincapié en la necesidad, principalmente, de replantear el proceso de transición hacia el vehículo eléctrico y adoptar unas medidas que incentiven la financiación y la inversión.
P.- En cualquier caso, la madre del cordero es sobre todo la competencia china, por los bajos precios con la que llevan los vehículos chinos. La solución no puede ser solo aranceles a China o al vehículo chino. La solución tiene que pasar porque Europa produzca a precios competitivos.
R.- Sí, aquí la cuestión fue que se hizo una apuesta por el vehículo eléctrico sin saber si la industria estaba preparada para asumir esa apuesta tan radical y exclusiva por el vehículo eléctrico. Y lo que ha ocurrido es que nos hemos encontrado con que en China estaban haciendo coches más baratos, más eficientes y avanzados tecnológicamente. Si a eso le sumamos el hecho de que en Europa no hemos sabido desarrollar las infraestructuras y no hemos sabido incentivar de manera eficiente la adquisición de vehículos eléctricos, pues nos encontramos con que las pocas personas que deciden adquirir un vehículo eléctrico acuden a las marcas chinas, que son más baratas y más eficientes. Eso cómo se soluciona, pues, evidentemente, no abandonando la apuesta por el vehículo eléctrico, sino ayudando a que los fabricantes europeos se puedan desarrollar tecnológicamente y puedan competir con los vehículos que provienen de China y, además, incentivando la demanda, haciendo posible que los ciudadanos europeos adquieran vehículos eléctricos. Y entre tanto, nosotros nos estamos replanteando la estrategia de cara al futuro. Tenemos asumidos unos compromisos de descarbonización a 2030 y 2035, que finalizará con esa meta de que no haya vehículos de combustión en el futuro. Y nos estamos replanteando, sobre la base de la expresión de un compromiso político, el de neutralidad tecnológica. Y es que para conseguir las cero emisiones que marca la UE no solamente debemos de atender a las emisiones de tubos de escape, sino a las emisiones que se produce donde toda la vida. Y esto significa que caben también, para conseguir las cero emisiones, no solo el vehículo eléctrico, sino también los vehículos de combustión a través de los biocombustibles, de los combustibles sintéticos e incluso también planteamos el mantenimiento de los vehículos híbridos enchufables a partir de 2035. En definitiva, que sea el mercado el que determine cuáles son los vehículos de cero emisiones y que no seamos nosotros los que le digamos al mercado que el vehículo de cero emisiones en exclusiva tiene que ser eléctrico.
P.- Se viene una PAC nueva. En las organizaciones agrarias vuelven a exigir que sea lo más profesional posible, que sea para los profesionales del campo, que es la forma de arraigar al territorio profesionales. ¿Hacia esa PAC se va a caminar?
R.- Se va a caminar. Hay una cosa previa más importante y es pelear porque el montante total de la PAC se mantenga. Estamos en un momento en el que el presupuesto de futuro de la UE quiere abarcar demasiadas cosas,y no da para tanto. Queremos mantener una política de conexión, como la que estamos manteniendo y no limitarla. Queremos impulsar la competitividad de nuestra economía ayudando a las empresas. Estamos hablando también de invertir en defensa, que haya un presupuesto propio de defensa y que desarrollemos la infraestructura de defensa y, además, estamos intentando mantener la PAC. Todo eso tiene que caber en una UE que no quiere endeudarse más de lo que se está endeudando. Por lo tanto, la primera batalla que tenemos que librar es la de intentar que la cuantía total de las políticas agrarias comunes se mantenga. Una vez hayamos conseguido ganar esa batalla iremos a la siguiente, que es cómo repartimos ese dinero. Desde Castilla y León hemos mantenido siempre esa batalla porque se apueste por los agricultores, por la agricultura profesional donde esperamos encontrar el apoyo máximo en este Parlamento. Tenemos la ventaja de que el nuevo comisario de agricultura es un luxemburgués, Hansen, que es ciertamente conocedor de la realidad del campo español. Y yo estoy seguro que colaboraremos con él para lograr esa futura PAC adecuada a las necesidades de Castilla y León.
P.- Y con menos exigencias que asfixien, como las medioambientales, al pequeño agricultor.
R.- Eso es algo que ha cambiado en esta legislatura. Esta legislatura, de momento, está siendo la de la competitividad. Y la legislatura pasada fue la del cambio climático. Eso provocó que, como consecuencia de la composición de esta cámara, muchas de las normas que salían de esta casa venían a lo mejor demasiado intoxicadas por un matiz ideológico, medioambientalista exageradamente proteccionista. Y eso ha cambiado. Hemos visto ya algunos pasos, como el reglamento sobre deforestación que hemos aplazado su entrada en vigor. Estamos también trabajando para modificar la propuesta de reglamento de transporte animal, que afecta seriamente a Castilla y León para reducir requisitos. Vamos a publicar dentro de poco una ley ómnibus de reducción de la burocracia y limitación de cargas, especialmente en el ámbito medioambiental que afectará también, por supuesto, al campo. En definitiva tenemos muy claro en esta legislatura, al menos desde el Partido Popular europeo y también otros grupos, que lo que no podemos hacer en relación con las políticas climáticas es condicionar la política industrial, la política económica, a las exigencias de cumplimiento de los objetivos climáticos. En todo caso, los objetivos climáticos deben de moverse al mismo nivel que los objetivos económicos y, en ningún caso, subordinar la política económica a la medioambiental. Si tenemos esto claro, podemos hablar de políticas que ayuden a los ganaderos, a los empresarios, a la industria y en general a la economía europea. Si seguimos supeditando nuestras decisiones al cumplimiento de requisitos climáticos, que ni siquiera somos capaces de conseguir, estaremos lastrando nuestra economía, aunque nos presentemos ante el mundo como los salvadores del planeta.
P.- Usted dejó la portavocía del grupo parlamentario del PP cuando había un gobierno en coalición. ¿Era más estable entonces el Gobierno de Mañueco que ahora?
R.- Sinceramente, creo que no. Aunque no tenga mayoría parlamentaria tiene una absoluta estabilidad que le está permitiendo adoptar las decisiones, sin condicionante alguno, que necesita nuestra comunidad autónoma. Creo que el Gobierno de Alfonso Fernández Mañueco está en su mejor momento. Está pensando en exclusiva en los ciudadanos de Castilla y León, en el presente y en el futuro, en la prestación de los servicios de calidad que necesita Castilla y León. Mientras, los que antes eran nuestros socios, los que un día fueron nuestros socios, los que nunca lo han sido y los que siempre han estado enfrente están imbuidos en sus peleas internas. En este momento, el único partido que está trabajando por Castilla y León es el PP en el gobierno. Aunque no recibamos respuesta y aunque, a nuestra mano tendida, recibamos muchas veces la desafección con los problemas de Castilla y León por parte de la oposición, estamos avanzando. Al final es lo que demandan los ciudadanos, cansados de tanta política mediocre como estamos viendo, por ejemplo en el Gobierno de España.
P.- ¿No aprobar el presupuesto la Junta no es un síntoma de debilidad?
R.- Es la consecuencia del tacticismo político de la oposición. Nos encantaría poder tener presupuesto porque eso es bueno. Pero, evidentemente, presupuesto a cualquier precio, al precio del debilitamiento del Gobierno de la comunidad autónoma de Castilla y León, no lo vamos a pagar. Podemos avanzar sin presupuesto. Estamos avanzando sin presupuesto. Y vamos a demostrar cómo, a pesar de que la oposición haya utilizado su tacticismo mediocre para evitar que haya presupuestos, la comunidad puede seguir avanzando.
P.- Llegados a estos tiempos, ¿se ha difuminado el fantasma del adelanto electoral que sigue inquietando a algunos partidos, como a VOX?
R.- Yo lo he tenido claro desde el principio. Mañueco siempre ha tenido claro que las legislaturas hay que agotarlas y solamente no ha agotado la pasada legislatura cuando había peligro para la estabilidad de Castilla y León. Y es que nosotros valoramos extremadamente la estabilidad como la base del progreso de nuestra tierra. En este momento hay estabilidad en el gobierno y no hay razón alguna por la cual romper con la misma y convocar elecciones. Por lo tanto, sigo absolutamente seguro de que las elecciones serán cuando toquen.
P.- Fíjese, en el momento en el que hay un gobierno en minoría resulta que los dos principales partidos de la posición, PSOE y VOX, se han visto descabezados de la noche a la mañana. Uno con nuevo liderazgo y el otro buscándolo. Hay quien dice que a Mañueco la suerte le mira de frente y con afecto.
R.- No creo que sea bueno para una comunidad autónoma que los dos partidos principales de la oposición estén en las condiciones en las que se encuentran. Creo que es bueno para una comunidad autónoma tener una buena oposición, centrada en la gestión diaria de los problemas y las necesidades de los ciudadanos. No una oposición que está pensando en cómo organizarse, cómo resolver sus batallas internas. A mí me da pena la situación que tiene el PSOE y me da pena también la situación que tiene VOX.
P.- ¿Confía en que la relación, en lo que queda de mandato y en lo que pueda venir, con el nuevo secretario general del PSOE va a ser distinta a la que han mantenido ustedes con el PSOE de Tudanca?
R.- Nosotros hemos intentado con Tudanca mantener abierta una puerta a la colaboración desde siempre. Pero Tudanca ha jugado siempre a corto plazo. Lleva mucho tiempo jugando a corto plazo. Y el resultado es el que hemos visto, que ha terminado saliendo por la puerta de atrás. Sinceramente, espero muy poco del PSOE.
P.- ¿Y de Carlos Martínez?
R.- De Carlos Martínez personalmente podría esperar algo más. Pero no sé hasta qué punto Carlos Martínez va a ser el secretario general del PSOE o un intermediario de la voluntad de terceros en Castilla y León.
P.- ¿De qué terceros?
R.- De terceros que controlan, en este momento, el Partido Socialista de Castilla y León. Hablo de los barones de León y Valladolid.
P.- ¿Usted cree que Óscar Puente está tan pendiente de Castilla y León con el Ministerio que tiene entre manos?
R.- De Castilla y León no está pendiente. Está pendiente del Partido Socialista de Castilla y León. Ojalá estuviera pendiente de Castilla y León, y no solamente para generar agravios entre territorios. Ojalá estuviese más pendiente del desarrollo de las infraestructuras, pero está bastante más pendiente de controlar su partido que de cumplir con las necesidades de esta tierra.
P.- Desde que es ministro, en poco más de un año, ha impulsado la Autovía del Duero que era un asunto eterno.
R.- No estamos en el punto de tener que agradecer a un ministro de Castilla y León que no paralice las obras que se están ejecutando en Castilla y León, si eso es de agradecer. A lo mejor a un socialista sí que se le pueden agradecer ese tipo de cosas. Pero yo no creo que sea algo que tengamos que agradecer a un ministro.
P.- VOX está descabezado.
R.- VOX es consecuencia de su propia configuración. Y a mí me da pena personal por sus dirigentes. Pero VOX está demostrando lo que es, un partido que no existe, más allá de un par de despachos en la calle Bambú de Madrid y una serie de soldados que hacen lo que les mandan. Y cuando no obedecen, pues se les expulsa. VOX tenía una táctica inicial que era ser constructivo. Y entraron en los gobiernos, incluido en el Gobierno de Castilla y León. Y de repente un día en Madrid, sin consultar con absolutamente nadie y mucho menos de Castilla y León, decidieron que eso no les daba votos y que les daba muchos más votos intentar ir a la contra del PP. Entonces dejaron de construir y comenzaron a destruir. A destruir al PP o a intentar destruir al PP. Y entonces pasaron a la oposición. Y ahí están intentando no cambiar el Gobierno de este país, no hacer política contra Sánchez, sino intentando arañar votos al Partido Popular. A veces pienso que VOX se siente bastante más cómodo con Sánchez en La Moncloa haciendo oposición al PP que colaborando con el PP en gobiernos autonómicos, como hemos hecho en el pasado. Me da pena que VOX haya terminado siendo un partido que se parece tantísimo a lo que hemos visto antes en Podemos o en Ciudadanos, un proyecto personal de unos cuantos con el objetivo no de cambiar absolutamente nada, sino de mantenerse en su poltrona económica.
P.- Los vaticinios demoscópicos dicen que VOX, a día de hoy, va a mantener un peso importante en Castilla y León. Nos les va a quedar más remedio que volver a hablar con sus ex socios.
R.- Hablamos diariamente con ellos. Tenemos muy buena relación personal con los dirigentes de VOX en Castilla y León.
P.- Las mayorías absolutas son una quimera, hoy en día, ¿no?
R.- Nosotros vamos a trabajar por tener la posibilidad de formar un gobierno estable. Y creo que los ciudadanos van a valorar la gestión que está realizando Alfonso Fernández Mañueco. E, igualmente, valorarán lo que han hecho otros en el Gobierno o la oposición. Pero con la mano tendida. Para tener mayoría absoluta, mano tendida. Y para no tener mayoría absoluta, también. ¿Tendremos que hablar con VOX? Tendremos que hablar con todos los partidos del arco parlamentario que tengan representación. Apelar a lo que pueda suceder con VOX, ojalá los dirigentes de Castilla y León tuviesen la capacidad de decidir cuál va a ser su futuro personal y el futuro de VOX, pero harán los pobres lo que les diga o si no se irán.
P.- Cuando estaba en las Cortes, a usted le correspondía lidiar con los asuntos más peliagudos de aquel pacto. Los aspectos más ideológicos, con más peso ideológico que había dentro del pacto y aquello, más o menos, se fue esquivando para ahora desandar el camino. ¿Usted cree que es necesaria una Ley de Memoria Democrática? Le llamaban Ley de Concordia, aunque concordia no había ninguna.
R.- Yo que tuve la fortuna de negociar el pacto con VOX, cuando estábamos sentados con ellos teníamos muy claro que no íbamos a renunciar a ninguno de nuestros principios ideológicos ni programáticos para alcanzar ese acuerdo. No obstante, suscribimos un acuerdo que creo que era bueno para Castilla y León y que ha sido bueno para Castilla y León, mientras se ha estado ejecutando. Me sorprende, por cierto, que VOX ahora reniegue de alguno de los compromisos que juntos asumimos y que ejecutamos en el pasado. La memoria democrática o la concordia, había una necesidad de actualizar la normativa estatal…
P.- Ustedes la han retirado en cuanto se ha ido VOX del Gobierno. Lo cual también es normal porque era exigencia de VOX y una vez que VOX desaparece del Gobierno, desaparece la exigencia.
R.- Sí. Había una necesidad de adaptación de la normativa, que es algo que han hecho unas comunidades sí y otras no. Dicho lo cual, efectivamente, yo creo que los ciudadanos de Castilla y León están más preocupados por su Sanidad, por su Educación, que por transformar un decreto en una ley o por adaptar una ley que es vigente en Castilla y León a la normativa autonómica. Sinceramente, ¿podría haber una Ley de Concordia? Sería bueno. ¿Hay normas suficientes en Castilla y León para respetar y hacer valer la memoria de aquellos que sufrieron la dictadura y la violencia en el pasado? Por supuesto que la hay. Hay un decreto y una serie de normas que la desarrollan.
P.- Habrá visto usted que no se ha aprobado la ley de derechos del final de la vida, que hay una ley nacional también que los garantiza. Dice el que ha protagonizado esto, Igea, incluso en nombre del PSOE, que es una revancha, especialmente suya aunque que ya no está allí, porque le llamó gordo al consejero de Sanidad.
R.- Es curioso que sin estar allí sigo influyendo en el proceso de toma de decisiones de algunos. Algunos a lo mejor están obsesionados conmigo. Lo que pasó con la tramitación de aquella norma es muy sencillo. Era una norma que estaba bien en cuanto a su contenido, pero que no hacía más que replicar la normativa estatal. Y que no aportaba nada nuevo realmente a lo que ya establecen las distintas leyes sanitarias en nuestra comunidad autónoma, las autonómicas y las estatales que se aplican. ¿Significaba eso que no pudiera tramitarse? No. Incluso nosotros hicimos enmiendas a la misma. Lo que pasa es que, en un momento determinado, rompimos cualquier relación con una persona que es cancerígena para el desarrollo institucional, parlamentario y de la propia comunidad autónoma. Que es ese ex miembro de Ciudadanos. Y decidimos paralizar cualquier vía de negociación con él y de acuerdo con él. Y eso provocó, entre otras cosas, que la tramitación de esa norma se paralizara, ni más ni menos.
P.- Pero, ¿afectación no hay ninguna a los pacientes?
R.- Ni la había antes, ni la hay ahora.
P.- ¿Y por qué el gobierno tiene tan poca cintura de no salir a explicarlo? Por ejemplo, el consejero de Sanidad.
R.- Yo creo que es algo que hemos explicado. Está todo absolutamente regulado, repito, en la normativa autonómica y en la estatal. Que era positivo coger la parte de la normativa estatal y la parte de la autonómica ya existentes y compilarlo todo en un único texto, bueno pues puede quedar muy bien e incluso hasta ser productivo desde el punto de vista de la mejor comprensión. Pero aportar lo que es aportar no aporta absolutamente nada al paciente. Y menos aquel que está en la en la situación final de su vida. Nuestro sistema tiene garantías suficientes para que se atienda con la debida diligencia a cualquier enfermo de nuestra comunidad autónoma. Esa es la realidad. A partir de ahí, podemos adornar lo que queramos. Unos hablando de eutanasia y otros hablando de que vamos a dejar morir a la gente en las calles. Yo creo que si se centraran en hacer política de verdad, pensando en los problemas, y no en tratar de hacer demagogia con los problemas que tienen los ciudadanos, nos iría a todos bastante mejor. Pero esto no es más que una muestra más del nivel en el que se encuentra nuestra oposición. Un Partido Socialista que rescata una iniciativa que ha hecho un procurador, que es a la vez el que marca la dirección por la que tiene que devenir la política de la oposición parlamentaria en Castilla y León y un señor, que sin ser de ninguna parte ni pertenecer a ningún partido, le dice al Partido Socialista qué es lo que tiene que hacer o decir en cada momento. Esto es la propia debilidad del Partido Socialista, ni más ni menos.
P.- Ya sé que le va a costar contestar esto. Esa orfandad sobrevenida al grupo parlamentario del PP con su marcha, y digo sobrevenida porque de hecho no había un relevo natural, la prueba es que se tardó casi tres meses en poner su sucesor, Ricardo Gavilanes, ¿es una dolencia que les está afectando mucho al Partido Popular?
R.- No, ni mucho menos. El grupo parlamentario popular tiene calidad suficiente como para sustituir a cualquiera de los que nos hemos sido.
P.- Pero en su caso se tardó una temporada en sustituirle.
R.- No, tampoco creo que sea relevante a estos efectos. Es verdad una cosa, a lo mejor queda feo que lo diga yo, pero llevaba muchos años ahí y, evidentemente, algo de experiencia había adquirido. Y la experiencia ayuda lógicamente a afrontar el día a día con más garantías. Lo único que tienen los nuevos dirigentes del grupo parlamentario popular en las Cortes es menos experiencia de la que tenía yo, pero calidad política e intelectual la misma o superior.
P.- Mañueco llegó en el 19 y las primeras elecciones las perdió, la primera vez que perdía el PP en 36 años unas elecciones. Tres años después ya ganó las elecciones. ¿Qué le falta al PP para volver a ser aquella maquinaria electoral implacable en Castilla y León?
R.- Bueno, vamos a ver, el Partido Popular sigue siendo el que era, incluso mejorado, desde todos los puntos de vista. ¿Qué hay ahora que no había antes? Pues una fuerza que se llama VOX, que provoca que el voto al Partido Popular se diluya y beneficie, por tanto, a la izquierda. Lo hemos visto en España. La razón por la que Sánchez está allí es sencillamente porque el voto a la derecha se dividió. Y si en Castilla y León no tenemos un mejor resultado en términos de escaños es porque, sencillamente, el centro derecha se muestra también dividido. Y eso es una cosa que habrá que reflexionar de cara al futuro y que tendrán que reflexionar los ciudadanos. No sólo de cara a las generales, sino también en relación con las autonómicas. Queremos que gane el Partido Popular, queremos que gobierne el Partido Popular o preferimos que votando a VOX Sánchez, por ejemplo, siga en el poder. Pues de eso va el futuro de Castilla y León y de eso va el futuro de España. Desde el punto de vista electoral tenemos muy buenos datos en este momento. Y confiamos de verdad que los ciudadanos, por un lado, valoren la gestión que hemos hecho y que se den cuenta de que dividir el voto en el centro derecha lo único que hace es favorecer a la izquierda.
P.- ¿Y en qué tiene cambiar la estrategia en Castilla y León para que ustedes recuperen la confianza y el voto de ese votante que es suyo, tal como está contando, pero que por razones ha recalado en el calero de VOX y no tiene la confianza en ustedes?
R.- Lo que tenemos que hacer es, sencillamente, saber trasladar adecuadamente nuestra gestión a los ciudadanos. Yo creo que los ciudadanos valoran muy positivamente la gestión que realizamos en la Junta de Castilla y León. Y, del mismo modo, valoran a nuestros líderes y, personalmente, a Alfonso Fernández Mañueco. ¿Tenemos que hacer algo distinto de lo que hemos hecho? Sencillamente, trasladar adecuadamente nuestro mensaje a los ciudadanos. Y demostrarles que la gestión del Partido Popular tiene todavía mucho camino por recorrer en Castilla y León.
P.- Será la primera prueba electoral que haya después de mucho tiempo. Será el primer termómetro Castilla y León, si se producen las elecciones a principios del año que viene, si no hay un sobresalto de adelanto electoral, que con Pedro Sánchez todo puede pasar. ¿Eso favorece al PP, que se ponga todo el foco y tenga tanta importancia como ocurrió el 22 y se ponga el foco nacional, porque se van a jugar mucho más que unas elecciones en Castilla y León o así lo van a interpretar Feijóo, Abascal y Pedro Sánchez?
R.- Efectivamente la lógica, Sánchez puede convocar elecciones en cualquier momento también es cierto, pero la lógica electoral nos llevaría a pensar que las próximas elecciones que se celebren en España serán las de Castilla y León y que eso suceda en el primer trimestre del año 2026. ¿Serán especiales? Sí, por supuesto, serán especiales para Castilla y León, cómo no, y también lo serán en España y servirán de medida para saber dónde están unos y dónde estamos otros. Nosotros estamos absolutamente tranquilos. Jugamos mejor bajo presión. Y los ciudadanos de Castilla y León también actúan mejor bajo esa presión. Por lo tanto, cuando llegan las elecciones valoraremos lo que hemos hecho, lo que nos proponemos hacer y lo que está sucediendo también, lógicamente, a nivel nacional en relación con Castilla y León. Ya no es que hablemos de política nacional, es que hablemos de cómo determinadas decisiones que se están adoptando en el Gobierno de España afectan a Castilla y León, por ejemplo, en materia de financiación. Y qué están haciendo los distintos partidos en Castilla y león para colaborar con nuestra tierra, para evitar que Castilla y León siga siendo maltratada por el Gobierno de España. De eso también irán las elecciones. Y algunos que se presentan con la bandera de Castilla y León deberían explicar a los ciudadanos qué es lo que han hecho para defender a esa Castilla y León o a esa bandera que ponen en sus carteles electorales, también en la oposición.
P.- Ese tacticismo del que habla usted de VOX de entrar en el gobierno, hay que recordar que en aquel momento VOX no era partidario de entrar en el primer gobierno de coalición en la Junta pero no le quedó más remedio, de salir después porque se siente más a gusto, más cómodo y con mejor posibilidad de crecimiento fuera de los gobiernos que dentro, ¿cree que le va a penalizar a VOX en las próximas elecciones? Porque las cosas no son igual en Madrid, en Valencia que en Castilla y León.
R.- La gente ha conocido a VOX. Y el votante de VOX ha podido saber y conocer para qué sirvió su voto. Y como el ciudadano de Castilla y León es inteligente, y también los votantes de VOX son inteligentes, estoy seguro que valorarán para qué sirvió el voto que en su momento dieron a VOX y qué les ofrece VOX en este momento.
P.- Bueno, sirvió para hacer presidente al dirigente del Partido Popular.
R.- Sí. Y después para irse del gobierno por la puerta detrás.
P.- Sí, pero de momento a ustedes les dejaron gobernando.
R.- Sí. Nos dejó gobernando y podíamos haber gobernado también en solitario desde el principio. Podíamos haber hecho un pacto de legislatura con otros partidos, como ofrecimos. Y pudimos también haber pactado con ellos solamente un programa de gobierno. Hubo posibilidad de alcanzar distintos tipos de acuerdo. Y fueron ellos los que quisieron entrar en el gobierno y nosotros les agradecimos y colaboramos con ellos muy bien. En ningún caso estoy arrepintiéndome de los años de gobierno con VOX, creo que han sido productivos. Y lo que me da pena es que su tacticismo les haya llevado a cambiar radicalmente de estrategia para dejar de colaborar con Castilla y León y tratar de perjudicar al Partido Popular de Castilla y León. Bueno, pues oye, a lo mejor algún día se dan cuenta de que eso no es bueno para España ni para Castilla y León, aunque les permita a algunos seguir ahí.
P.- ¿Y usted qué estrategia cree que va a utilizar VOX? Suponiendo, como dicen todos los sondeos, que ustedes no van a alcanzar la mayoría absoluta, que es una quimera hoy en día excepto en dos territorios, ¿qué posición cree que va a alcanzar VOX si depende el gobierno, como a todo apunta, de un pacto PP-VOX? Porque querer volver a entrar en el gobierno va a parecer un poco esquizofrénico.
R.- Pero lo peor es que ellos tampoco lo saben. Es que ellos no saben qué va a ser de ellos mismos en el futuro. Porque están esperando a lo que les digan en Madrid. La cuestión sería saber si en Madrid saben algo de sí mismos.
P.- Lo digo porque será muy extraño volver a reeditar un pacto que fracasó.
R.- A día de hoy, ellos intentarán hacer aquello que perjudique más al Partido Popular, que es lo que a mí me da pena de un partido de derechas. Que estén obsesionados con perjudicar al Partido Popular, en vez de estar obsesionados con echar a Sánchez del Gobierno de España. A mí eso es una cosa que no puedo comprender, como persona de centro-derecha que soy, y que no puedo entender de aquellos que de buena fe han votado a VOX en el pasado.
P.- Hablaba con un poco, no sé si desdén, pero sin darle importancia al nuevo secretario regional Carlos Martínez. Pero Carlos Martínez no es cualquiera. Viene de gobernar en Soria, un territorio netamente del Partido Popular, y viene de una hegemonía también implacable como se conoce en muy pocos territorios. Se puede comparar a lo mejor a Mañueco en Salamanca, Javier León de la Riva, al PP de Castilla y León. Él sabe ganar y sabe ganar al Partido Popular. Y sabe ser hegemónico implacable. ¿No les genera cierta inquietud este cambio? Porque por primera el Partido Socialista ha puesto alguien que gana elecciones. Alguien que deja además un puesto institucional para jugársela en esto. ¿No les causa inquietud?
R.- No sé, pero Carlos Martínez ya fue procurador en las Cortes. Y se presentó en las elecciones autonómicas. Perdió, en Castilla y León y en Soria. ¿Nos genera inquietud Carlos Martínez? Nosotros no valoramos a los adversarios políticos en términos de comodidad o de inquietud. A mí lo que me gustaría de Carlos Martínez es que generara sensatez en la forma de hacer oposición del Partido Socialista, porque creo que eso sería bueno para Castilla y León. A partir de ahí, intentaremos colaborar con él, por supuesto.
P.- ¿No ha ofrecido síntomas de nada de eso?
R.- Lo único que me genera a mí, en este momento, Carlos Martínez es que es una persona puesta por aquellos que quieren controlar el partido en Castilla y León. Y ojalá se aparte de ese lastre. O sea capaz de imponer su criterio.