Empates amargos

El C.D. Numancia sigue sin ganar lejos de Los Pajaritos y ayer en Tenerife volvía a desperdiciar una oportunidad de oro para sumar los tres puntos una vez que el partido se le puso de cara con la expulsión de Aitor Sanz. Ya es la segunda ocasión en el presente curso que los rojillos no aprovechan el hecho de quedarse en superioridad sobre el terreno de juego. En Cádiz también jugó contra diez durante muchos minutos y se mostró incapaz de doblegar a su rival. El míster Jagoba Arrasate y los suyos deben sacar conclusiones de las dificultades que está teniendo a la hora de encarar este tipo de situaciones.

Dos empates en dos escenarios muy complicados de la Segunda División como son el Ramón de Carranza y el Heliodoro Rodríguez López que dejan sensaciones agridulces entre los rojillos. Dos igualadas que en situaciones normales, de once contra once, serían valoradas con nota porque tanto el Cádiz como el Tenerife están llamados a ocupar posiciones altas en la clasificación.

En la sexta jornada de Liga, el Numancia visitaba el Ramón de Carranza y todo se le ponía de cara cuando en el minuto 38 de la primera parte el Cádiz se quedaba con un hombre menos al ver su delantero Barral la segunda amarilla y la consiguiente roja. El cuadro amarillo se quedaba durante más de 50 minutos en inferioridad y los numantinos eran incapaces de anotar un gol para llevarse los tres puntos. Los de Arrasate no supieron atacar una defensa gaditana bien puesta y que no dio ninguna concesión a los sorianos. Un punto que dejaba un cierto regusto ya que era la oportunidad perfecta para estrenar el casillero de victorias como visitantes.

El sábado en Santa Cruz de Tenerife se repetía la historia cuando Aitor Sanz, el cerebro del conjunto chicharrero en el centro del campo, veía la roja por doble amarilla cuando se cumplía la media hora de juego. El Numancia había hecho lo más difícil once contra once al neutralizar el 1-0 inicial de Carlos Ruiz con el penalti transformado por Guillermo pero de nuevo no sabía cómo hacerle daño a un rival que estuvo con uno menos durante más de 40 minutos. El Numancia no creo peligro ante la portería canaria e incluso se las vio y se las deseó para conservar el punto en el Heliodoro. De no ser por la soberbia actuación de su portero Aitor Fernández el Tenerife bien pudo encarrilar el choque con un par de goles.

El Numancia jugó peor cuando tenía superioridad de jugadores y sólo al final, ya diez contra diez por la roja directa a Dani Nieto, pudo haberse llevado el partido con un par de ocasiones del siempre peligroso Pablo Valcarce.