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HOCKEY PATINES

Cuando no todo va sobre ruedas en el deporte

La jugadora del club de hockey soriano Laura Redondo tendrá que dejar la competición el año que viene / El reglamento no permite equipos mixtos en la máxima categoría / Ahora entrena a once niñas: «Quiero ayudarles a cumplir el sueño que yo no he podido cumplir»

Laura Redondo posa en una de las porterías del San Andrés.-LUIS ÁNGEL TEJEDOR

Publicado por
Sara I. Belled
Soria

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Hay historias tristes y luego están esas que terminan bien, pero solo a medias. Esas que llenan, pero dejan un sabor agridulce al final. A veces, como en este caso, están escondidas detrás de sonrisas bonitas, una de las cualidades probablemente menos destacadas de Laura Redondo, entrenadora y jugadora del Club de Hockey Laguna Negra. Por el momento, al menos, porque si nada lo evita el año que viene se verá abocada a dejar la competición y centrarse por obligación en sus labores técnicas con la escuela y un prometedor grupo de niñas que aspiran a convertirse en el primer equipo femenino de la provincia: «Por eso estoy con ellas, quiero ayudarles a cumplir el sueño que yo no he tenido oportunidad».

Se presenta: «Tengo 20 años y juego en sub23, que es la única categoría en la que puedo competir porque la senior no es mixta en la Liga Norte». Laura añade al final un «es lo que me toca» y es inevitable preguntarle por qué. El Club Laguna Negra es el único que engloba la disciplina del hockey patines en la provincia y compite en la Liga Norte de la Federación vasca. Según el reglamento, la competición sub23 es mixta, pero no la máxima categoría, en la que también le correspondería, por edad, jugar a Laura. Así que sale a la pista con chicos menores que ella en el segundo equipo del club soriano. Segundo conjunto que a excepción de unos pocos jugadores compone también el primero. «Ellos pasan a jugar al otro y yo –hace una pausa– no».

Será por la normalidad con la que cuenta que por eso mismo ya no va a poder jugar que parece que se hace más duro escucharlo que tener que dejar a los 20 años el deporte con el que disfrutas por cosa de ‘papeleo’; tener que renunciar, al menos por el momento, a ese «sueño» del que habla Redondo. «El año que viene en cuanto se vayan todos los chicos con los que juego a estudiar fuera, me quedo sola. Y ya no puedo jugar más». Con suerte se entiende que continuará solo el primer equipo, con el que podrá entrenar, pero no salir a la pista a luchar por un partido. Claro que Laura no dejará los patines, pero estará ‘al otro lado’.

Lo de despedirse, advierte, lo lleva «muy mal». A ella le costará y seguro que a ellos también, pero todos son conscientes de que en la actualidad la disciplina del hockey en la provincia, con el Laguna Negra como único exponente, es limitada a partir de cierta edad. «Fuera hay más hockey que aquí y ellos también tienen muchas ganas de irse», valora Redondo.

Ella comenzó a jugar con 11 años, casi siempre con chicos. «Primero estuve en categorías inferiores, en infantil, con la Fundación del CDNumancia. Más tarde nos cambiamos al club del Laguna Negra, que ya tenía el equipo senior, y desde entonces», relata Redondo. Son hasta ahora nueve años dedicados a esta disciplina. ¿Y qué le enganchó? Asegura que competitiva no ha sido nunca, así que le gustó por el compañerismo, por la ilusión, por la pequeña familia de un club humilde como el Laguna Negra. «Que llevas un patín un palo y un bola y eso no se lleva en otros deportes», resume. No hay duda de que es un deporte diferente y menos conocido de lo que la trayectoria en la provincia podría augurar.

Al principio eran más chicas, «pero se han ido yendo». «Me han abandonado», dice medio en broma medio en serio. Recuerda por ejemplo a Lupe, con quien organiza junto a otros técnicos de otros clubes el campus del Laguna Negra, una apuesta del club que se desarrolla en verano y está enfocada a niños y niñas de 7 a 16 años.

«Ella se fue a estudiar a Gijón y sigue jugando allí», explica. Laura se decidió por el diseño gráfico en la Escuela de Artes aquí en Soria. «Me quedan dos años y a no ser que me salga algo fuera de Soria pretendo seguir con las chicas y con el club de la escuela de hockey», indica la deportista.

Con los más pequeños comenzó hace un par de años y con las chicas este último, una vez que ya se hizo a la idea de que no podía seguir jugando. «Por eso estoy con ellas, dándoles la oportunidad que yo no he tenido», sostiene esta deportista a la que todavía le quedan meses para pasar dejar atrás sus primeros 20 años.

El futuro son ellas

Las circunstancias también lo han querido así, pero Laura lo dice claro: se queda y se queda con ellas. Once pequeñas de entre 12 y 17 años a las que cuando se les pregunta por el futuro dicen que piensa «seguir jugando y llegar muy lejos». Suena la SelecciónEspañola, primeros equipos... Y es posible, pero para eso «hacen falta ganas», apunta Redondo. Algo que al parecer no les falta a María Madruga, Paula Deza, Laura DelAmo, Julia Fernández, Nuane Hernández, Naiara López, Paula Fernández, Ines Delso, Eva Nieto, María Redondo, hermana de Laura, e Irene Soria. «Son unas guerrerras», advierte su entrenadora. Por el momento no compiten, solo han jugado algún amistoso y aunque sí que sufrieron un poco, todas lo prefieren. Y «prometen mucho», añade Laura. Siempre y cuando, dice, «sigan con esas ganas y cojan la picardía que hace falta». Por el momento, la historia continúa en busca de un final sin cabos sueltos en el que la disciplina femenina suba ese escalón que Laura no ha tenido la oportunidad de abordar pero que junto al club se encargan de rebajar entrenamiento a entrenamiento.

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