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SALAMANCA

Cartilla de ahorros para ganar más vida a los años

Investigadores de la Upsa diseñan un prototipo para mejorar la calidad de vida de las personas mayores sin necesidad de un profesional

Investigadores de la Upsa muestran la página web del prototipo en las instalaciones de la universidad.-ENRIQUE CARRASCAL

Publicado por
E.L.
Soria

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Hubo un momento en el que las cartillas de ahorro eran la única forma que disponían los clientes de consultar sus movimientos bancarios; se convirtieron en una herramienta útil para, en un solo golpe de vista, hacer inventario de todos los gastos e ingresos que se producían en la cuenta. Sin embargo, cayeron en desuso y ahora pueden renacer de una manera muy distinta. En ellas en vez de figurar cantidades de dinero, aparecen actividades que las personas mayores realizan en el día a día. Esta singular manera de utilizar un documento tan conocido es idea de un grupo de investigadores de la Universidad Pontificia de Salamanca (Upsa).

Este equipo ha decidido llevar a cabo un proyecto enfocado y diseñado para la mejora de la calidad de vida de los ancianos a través de dos mecanismos: uno centrado en la formación y sensibilización de los profesionales del sector y otro dirigido al desarrollo de un protocolo de evaluación de reserva cognitiva. También se abordarán otros dos conceptos, como son la reserva emocional y la reserva física. «Pretendemos desarrollar un envejecimiento saludable y activo, además de prevenir o retrasar tanto la aparición del deterioro como incluso de las demencias a partir de 55 años», explica la investigadora Marina Wobbeking.

La cartilla de ahorros se puede utilizar en centros residenciales como casas particulares. A este producto se une una página web para que los interesados puedan acceder a todo el material del proyecto junto con actividades complementarias, que se pueden llevar a cabo mediante un ordenador sin necesidad de un profesional.

La principal diferencia de esta herramienta con otras que existen en el mercado es, tal y como expone, la configuración del producto, es decir, tanto la web como la cartilla de ahorros permite llevar a cabo los ejercicios de forma autónoma a la vez que se formula un protocolo de registro de la reserva cognitiva, física y emocional. «Sirve de retroalimentación al sujeto de sus acciones», apunta para añadir que proporciona información «contingente, precisa y directa» sobre su función cognitiva, facilitando la percepción del control del usuario e instaurando repertorios de conducta. Por tanto, manifiesta que permite la estimulación del envejecimiento activo en personas mayores de forma independiente y autónoma.

Los organismos internacionales están prestando especial atención a este colectivo debido a la mayor longevidad en los países desarrollados. Por ello, asegura que es necesario incrementar la participación activa de los mayores en la sociedad, de modo que sean artífices y no meros receptores de planes y programas diseñados por otros. De este modo, con este prototipo se podrá aprovechar su riqueza de vida y experiencia, así como sus potencialidades. «Un aspecto para ganar más vida a los años es la calidad de vida y las condiciones de salud con las que se viva este aumento de años, por lo que un concepto importante es la esperanza de vida saludable», expresa Wobbeking. Con esta idea en mente, este equipo salmantino pretende buscar un sistema que mantenga el denominado estado del bienestar, que cree nuevas oportunidades económicas, optimice el desarrollo de los servicios comunitarios y priorice las financiaciones de los mismos en función de su calidad.

Para trabajar en el concepto de la reserva cognitiva han elaborado estas herramientas que aportan, por un lado, un mayor bienestar a la persona mayor, y como consecuencia ayudan a mantener la memoria, mejoran la salud general y contribuyen a la autoestima, la libertad y la identidad. Por otro, el trabajo de la reserva emocional es una vía directa para que el trabajo a nivel emocional ayude a la felicidad y al sentido de la vida. Además, las emociones tienen un «papel imprescindible» para prevenir el estrés y tienen una «influencia directa y significativa» sobre la salud mental y física. Por último, el trabajo de la reserva física favorece a las personas mayores a sentirse mejor físicamente y tener una menor dependencia física.

El proyecto arrancó en enero de 2017 cuando este equipo pilotado por Antonio Sánchez y Beatriz Bonete recibió una beca de la convocatoria Talent de la Universidad Pontificia de Salamanca. A partir de ahí, comenzaron a pensar y dieron con esta idea innovadora. El siguiente paso, indica, será intentar conseguir financiación por parte de las empresas del sector para hacer real el prototipo que se ha desarrollado y que numerosas residencias y otros centros interesados pueden utilizar en sus áreas de trabajo, mejorando así la calidad de vida a las personas mayores.

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