AGRICULTURA
Las plantas de purines, en situación crítica
La incertidumbre regulatoria, la intervención del mercado y los altos precios del gas han desembocado en la parada generalizada de las instalaciones
La incertidumbre regulatoria, la intervención del mercado y los altos precios del gas han conducido a las plantas de tratamiento de purines de cerdo a una situación límite, con la mayoría de las instalaciones paradas, lo que supone la interrupción total del tratamiento de los purines de cerdos.
La publicación del Real Decreto 17/2022, que incluye a la cogeneración en el mecanismo de topado del gas, no soluciona en absoluto esta grave problemática que empeora a la espera de un marco regulatorio que permita a las plantas volver a la actividad.
La Asociación para el Desimpacto Ambiental de los Purines (ADAP) integra 21 plantas de tratamiento y gestión eficiente y ecológica de los subproductos ganaderos, fundamentalmente purines de cerdo, entre las que se incluyen dos de la provincia de Soria: Enercorr XXI SL de Langa de Duero y la de Almazán de Naturgy Renovables, que arrancaron en 2003 y 2009, respectivamente. Cuenta con más de veinte años de experiencia y una tecnología consolidada de soluciones sostenibles para el tratamiento del excedente de estos subproductos.
ADAP urge al MITERD a solucionar la grave situación con medidas que favorezcan un marco regulatorio estable que garantice la continuidad y extienda la vida de las plantas de forma que puedan reiniciar su actividad ambiental de tratamiento de los purines de cerdo. Estas plantas actúan como un partner ecológico del sector porcino, ya que su solución da respuesta integral al excedente de los subproductos que no tienen cabida como fertilizante en los terrenos colindantes a las explotaciones ganaderas.
Las plantas tratan y reciclan los subproductos para ser reintegrados en el ciclo natural. Los purines se tratan, reciclan y valorizan obteniendo nutrientes agronómicos, hasta unas 100.000 toneladas de fertilizantes orgánico-minerales que sustituirán a los químicos, minorando emisiones de gases.
Esta tecnología redunda en una economía agraria más sostenible y comprometida con el reto de la transición ecológica del campo español, y resulta crucial en la España vaciada, generando empleo y arraigo social.
Y es que el sector porcino es sin duda un importante vector de crecimiento de la economía española, con una alta capacidad de generación de puestos de trabajo. La cabaña porcina española no ha dejado de crecer en los últimos años, convirtiéndose en la más numerosa de Europa. Las positivas perspectivas del sector porcino español supondrán una mayor generación de purines para tratar.
Por tanto, es urgente disponer de plantas de que permitan la gestión de esos purines de cerdo no aplicables al campo, una prioridad medioambiental del sector, por la emisión de GEI y la contaminación de los suelos.
Para asegurar la capacidad de tratamiento de estos purines es preciso prolongar la vida útil de las plantas existentes, invirtiendo en su mejora y modernización, un esfuerzo que deberá combinarse con la inversión en la construcción de nuevas plantas que exploren tecnologías innovadoras.
De hecho, las plantas de ADAP ya están anticipándose para autoproducir y autoconsumir su propio biogás.