Es necesario proteger el patrimonio de Castilla y León que está en peligro
La riqueza del patrimonio cultural de Castilla y León es enorme, tanto por su cantidad como por su calidad. Los bienes culturales son una parte fundamental de la sociedad y un legado de la historia que debe conservarse. Parte de esa riqueza que está en territorio castellano y leonés no pertenece solo a sus habitantes, sino que son Patrimonio de la Humanidad. Del casi medio centenar de bienes de España que están inscritos en la lista del Patrimonio Mundial, ocho están en la Comunidad, de ellos la parte antigua de tres ciudades (Ávila, Salamanca y Segovia) y solo hay ocho en España. Pero hay muchos más que sin tener esa distinción son de una importancia enorme. Todos ellos, hasta los menos conocidos, requieren protección, incluso aquellos cuya trascendencia es sobre todo local, porque no dejan de ser testigos y ejemplos de historia.
La abundancia, sin embargo, trae también problemas, porque, por ejemplo, el mantenimiento de monumentos a veces no es fácil y siempre supone un esfuerzo económico. Cuando ese esfuerzo recae en poblaciones pequeñas, sin medios suficientes, es necesario el apoyo de instancias superiores. Las medidas de protección, es evidente, no llegan a todos los puntos de la Comunidad Autónoma y no hay más que mirar a la Lista Roja de Hispania Nostra, que sigue creciendo. Este año se han incorporado 34 monumentos que están en riesgo de desaparición, lo que supone que el listado haya aumentado hasta los 434, con Palencia con el triste mérito de ser la provincia española con mayor aportación este año a la lista de todo el país.
Ninguna provincia de Castilla y León se queda este año sin incorporar nuevos monumentos al listado de los que están en ruinas. Es cierto que son muchos los esfuerzos para salvar el patrimonio, en algunos casos con colaboración de diferentes administraciones y también con instituciones privadas, pero es también evidente que no se ha conseguido cubrir todas las necesidades para que la Lista Roja deje de crecer con monumentos de todo tipo, de carácter religioso, civil, militar, industrial...
Desgraciadamente, hay casos en los que la situación de los monumentos parece ya irreversible. Lo importante del toque de atención que supone la Lista Roja es que sirva realmente para tomar conciencia de que sigue siendo necesario realizar un esfuerzo de conservación del patrimonio y que no es necesario que sea de la Humanidad para poner el máximo empeño en ello.