Incertidumbre ante la gestión del modelo de distribución de Agropal
Pese a ser un sector estratégico en Castilla y León, por empleo y negocio, y un enorme motor del mundo rural, la Comunidad no ha sido capaz de afianzar un modelo de distribución como han consolidado otras autonomías. Una cadena de distribución con raíces de Castilla y León aporta valor añadido y fortaleza a los productos y productores. Tras el fiasco de El Árbol, que acabó en manos de DIA, el primer intento es Agropal, que en un par de años ha expandido una red de supermercados por ocho de las nueve provincias de Castilla y León, con especial fuerza en Valladolid y Palencia. Este es el que todos han visto como el embrión de esa distribuidora de la tierra que precisa Castilla y León para lidiar en el cada vez más competitivo negocio de la alimentación. Un distribuidor que garantice la disposición de sus lineales para los productores de Castilla y León. La gallega Gadis lo ha hecho con enorme éxito, incluyendo en su estrategia una expansión en la que ha hecho a Castilla y León parte de su territorio natural de crecimiento.
Los súper de Agropal ya no son de Agropal. Desde hace casi un par de años están desligados de la cooperativa palentina. Pero hasta ahora no se conocía que una nueva cooperativa MACI, también con sede en Palencia, es la propietaria y gestora de Súper Agropal, que sigue su proceso de expansión.
Igual que han hecho otros gobiernos autonómicos, no estaría de más que la Junta de Castilla y León ayudase al fortalecimiento de este negocio de distribución apegado a la tierra. Para consolidarlo e imprimirle la fuerza necesaria para que no sea otro chiringuito como aquel El Árbol que acabó engullido por una multinacional, con sus gestores llenándose los bolsillos de indemnizaciones por regalar nuestra distribuidora a entonces una firma catalana, que luego pasó a manos de un oligarca ruso.
Es tan estratégico el sector de la agroalimentación que comunidades como Asturias, Galicia, Andalucía o Valencia se han preocupado de tener sus propias firmas arraigadas al territorio. A Agropal le ha faltado el empuje y el impulso de la Junta, acomplejada seguramente por el fracaso de El Árbol, que fue más bien un invento para salir al paso que un modelo llamado al éxito.
Nada mejor le podría ocurrir al sector en Castilla y León que MACI, la propietaria de Súper Agropal, siga con valentía el proceso de expansión vertiginoso de los dos últimos años. Pero de momento, el oscurantismo de la operación y la escasa transparencia, sólo abre una etapa de incertidumbre. Es necesario dar la cara y clarificar la estrategia. Eso otorga confianza.