Mañueco y Martínez ensayan para futuros acuerdos de comunidad
Los líderes de los dos principales partidos de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco (PP) y Carlos Martínez Mínguez (PSOE), pusieron ayer las bases, en su primer encuentro oficial, para alcanzar acuerdos de comunidad en un futuro. La ronda de encuentros habilitada por el presidente de la Junta tras el debate de política general ha sido sólo un ensayo de lo que puede ser el futuro si ambos partidos demuestran la altura de miras que requieren los ciudadanos de la política práctica y real.
El primero de esos acuerdos será consensuar una nueva Ley de Violencia de Género autonómica, acorde con las nuevas urgencias de la lacra que cada año cuesta la vida a decenas de mujeres y cada vez más hijos de las víctimas. Nos es una urgencia. Hay una norma superior, de ámbito nacional, que ya rige sobre el asunto. Pero tratándose de un asunto que siempre está en el debate más ideológico que judicial, social y policial, que es en el que debería debatirse, no es menor el acuerdo de ayer.
Lo de estar de acuerdo en las estrategia contra la política arancelaria de Trump es algo que se les suponía a ambos partidos y a ambos líderes. No deja de ser un brindis al sol. Supera sus competencias, sus responsabilidades y sus capacidades. Es un asunto de los estados y de la siempre tardía Unión Europea, que no reacciona hasta que no tiene el problema encima. Las amenazas no se esperan, se preparan y se combaten. La Unión Europea es experta en atascarse en burocracias mientras las crisis destrozan el sistema y el modelo que aseguran defender. Demasiado funcionario, demasiado político inocuo y demasiado derroche. Eso es la UE y sus satélites, cada vez más desapegada de la realidad común y de las particulares de los 27. Porque la UE no es una identidad. Es la suma de 27 identidades que buscan el fortalecimiento en la unidad.
Algo parece haber cambiado en el PSOE con Carlos Martínez. Veremos si ha decidido alejarse de la mirada cortoplacista y a ninguna parte que llevaba cinco años practicando su antecesor, tutelado por Igea, que es el verdadero rector del PSOE parlamentario, intentando dirigir estos días la estrategia de la crisis del micro y la Mesa de las Cortes. El asunto de que gobierne la lista más votada en el que insiste Martínez es innecesario. Eso ya ocurre. Ese será asunto de dentro de unos meses, cuando asomen las elecciones. Y entonces tendrá que demostrar la firmeza de su palabra, pronunciada con insistencia en los albores de su mandato. Seguramente, no le quedará más remedio que mantenerla y aliviar a Mañueco de la carga y el desgaste de otro pacto con VOX.