EL RUBICÓN
Sin freno ni marcha atrás
Pueden parar y protestar lo que quieran. Pueden echarse a la calle, tomar las estaciones, eso sí, sin meterse en la vías a cortar el tráfico. Ojito con eso que está tipificado como delito. Por hacer, hacer, los zamoranos, los segovianos y los de Medina del Campo pueden hacer hasta el pino-puente. Pero la realidad es una y dice que en todo esto de la supresión de las paradas del AVE entre Madrid y Galicia, a su paso por Castilla y León, hay un vencedor, un ejecutor y un consentidor.
El primero es el alcalde más iluminado, por aquello de las luces de Navidad, el vigués Abel Caballero. El segundo, el brazo armado que ejecuta el recorte, uno más, para esta Comunidad, es el ínclito presidente de Renfe, otrora gerente de los autobuses de Valladolid, Álvaro Fernández Heredia. Y, por último, el consentidor Óscar Puente, quien podría haber puesto pie en pared para revertir esta situación, pero no lo ha hecho.
Vamos que bastaba con que se hubiera cumplido aquella nota de prensa de Renfe, tras la reunión del ínclito presidente de la operadora ferroviaria y alcalde de las luces. Aquella en la que se decía que no se iba a suprimir parada alguna, hombre ya. Las risas del alcalde de las luces retumban todavía hoy por toda la Sanabria zamorana. Y ahí están las pruebas, diez paradas menos en la Comunidad para que los AVE lleguen antes a la capital las luces. Les propongo que de cara a la Navidad recorte más paradas, por aquello de ir a ver las luces antes incluso de que las encienda el iluminado regidor. Aunque casi mejor no dar ideas, no vaya a ser que Abel Caballero vuelva a mandatar al de Renfe y le exija quitar más paradas.
Y, ahora, el sujeto que dirige los designios de Renfe desde su despacho de Madrid, y que a buen seguro no ha visto Sanabria ni en fotos, no para de enviar mapitas, hojas de excel y de pdf diciendo que ahora viajan más y con más rapidez y frecuencia. Pues nada, que se suba a uno de ellos, se plante en Sanabria y les explique cara a cara a los ciudadanos que con menos trenes van a vivir mucho mejor. Renfe y el Ministerio pueden tener sus razonamientos para la nueva regulación de paradas que deja a Castilla y León sin diez, pero que lo expliquen y den la cara. Y, sobre todo, que no lo hagan por mandato del alcalde de las luces. Pero no lo van a hacer porque la decisión de ínclito de Renfe, al mandato de Caballero, es una decisión sin freno y marcha atrás.