500 sorianos se revelan contra los recortes

Unos 500 sorianos salieron ayer a la calle para protestar en contra de los recortes del Gobierno en una manifestación convocada por la Cumbre Social y que se reprodujo en todas las capitales de provincia. Los pitos, las pancartas y los cánticos en contra de las políticas del Gobierno de Rajoy fueron una constante durante todo el recorrido de la manifestación que arrancó de la plaza Mayor en torno a las 12.15 y que contó con la presencia de trabajadores afectados por el cierre de Vestas. Su presencia en la marcha motivó la «solidaridad» de los colectivos implicados en la Cumbre Social que quisieron mandar un mensaje de apoyo a los afectados por un nuevo cierre en la provincia «que se sumarán a los más de 6.000 parados que existen ya en Soria».

‘No a los recortes en Educación’, ‘Vota a PPSOE, te comerás tus reformas’, ‘No apagues la tele, podrías pensar’, ¡PPeros trileros! o ‘Si tu no te mueves, ellos te manejan’ fueron algunos de los mensajes que se pudieron leer en las muchas pancartas que portaron los manifestantes.

Tras recorrer el Collado y llegar a la plaza Mariano Granados, Ignacio Gutiérrez, presidente de la Asociación de Vecinos de la Barriada e integrante de la Cumbre Social de Soria, procedió a leer un manifiesto mostrando «un profundo rechazo a las políticas económicas que se vienen sucediendo por parte del Gobierno, y en particular, a los Presupuestos Generales del Estado de 2013 anunciados, porque han provocado y continuarán provocando más paro, prolongarán la recesión económica de nuestro país y empobrecerán aún más a la inmensa mayoría de los ciudadanos y trabajadores y aumentando los desequilibrios sociales».

Desde la Cumbre Social de Soria hicieron especial hincapié en las consecuencias de las políticas del Gobierno en la provincia y aseguraron que es «totalmente inadmisible que nos condenen por otros tantos años a ser la única capital sin estar conectada por autovía con la red nacional, que las inversiones sean tan ridículas cuando nuestra situación es de clara excepcionalidad demográfica y económica, que condenen al mundo rural a la despoblación suprimiendo servicios básicos en educación o sanidad, y que supriman empleos públicos sin pudor».

 

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