GANADERÍA
Ganado que se deja la piel por el negocio
Esquilan más de 2.000 ovejas castellanas en Garray para obtener 4.000 kilos de lana
Con la llegada del buen tiempo se repite en estos días una imagen tradicional en todos los entornos rurales de la provincia, el esquileo, que en Soria se lleva a cabo en unas naves en la localidad de Garray donde desde el miércoles, y durante tres días, se libera del pelo a 900 ovejas al día de la ganadería de Agustín Postigo. En la provincia recorrerán las fincas de más de 25 ganaderos.
Una cuadrilla de seis esquiladores de origen uruguayo, los mismos que vienen cada año, son los responsables de las labores de esquileo, que realizan de forma mecánica pese a lo complicado de la faena, en la que voltean con destreza ovejas de más de 50 kilos para retirar toda su lana, a una media de 150 ovejas al día por esquilador.
En estas jornadas en Soria van a esquilar más de 2.000 cabezas de ganado, de las que se obtiene unos 4.000 kilos de lana, teniendo en cuenta que la oveja castellana, que es la que están trabajando, da entre dos y dos kilos y medio cada una. En este sentido Postigo declaró que «da menos que la merina, que puede alcanzar los cuatro kilos de lana». La merina se da principalmente en el puerto de Oncala y en el puerto de Piqueras. En cuanto a los esquiladores señaló que vienen recorriendo en los últimos meses todas las provincias desde Andalucía y Extremadura para «luego llegar a la zona de Navarra, porque allí las esquilan pronto para subir las ovejas al valle del Roncal, ya que las quieren llevarlas con un poco de lana, o ‘manta’ como dicen’, para que estén arropadas porque en todas esas sierras hay días que hace frío».En su ruta también han recorrido diferentes puntos de Los Pirineos y de Lérida.
En lo que se refiere a la lana obtenida en Soria el ganadero Postigo la destina «a un compraventa al que se la suelo vender en Valladolid». Postigo añadió que «a mí me las esquilan yo les pago tanto por oveja, y se la siguo vendiendo a la misma persona desde hace 30 años».
La cuadrilla de esquiladores permanecerá en Soria unos 20 días «en las diferentes fincas, los lleva una empresa y yo les pago por cada cabeza de ganado esquilada. Entre los seis vienen haciendo el esquileo a 900 cabezas de ganado al día, con lo que cada uno esquila a unas 150», teniendo en cuenta que algunos miembros de la cuadrilla se encargan de ir apilando el pelaje en grandes sacos con el din de facilitar el traslado al lugar de almacenaje de la empresa para la que trabajan cada año».
En lo que se refiere a la lana de las ovejas de Soria apuntó que «es de muy buena calidad, la merina es la mejor, pero la castellana es la más pura. En la zona de San Esteban, donde se da la autóctona de Soria la calidad de la lana es un poco peor», concluyó Postigo.
La temporada de esquileo para la cuadrilla comienza en marzo y concluye en julio, lo que en muchos casos les genera ingresos para todo el año, con importantes beneficios económicos, y les proporciona un modo para recorrerse toda la península.
En cuanto a la técnica de esquilado señalaron que es fundamental echarle ganas y tener mucha fuerza porque de lo contrario puede resultar una tarea agotadora, teniendo en cuenta que se hacen 150 ovejas en cada jornada.
Se trata de uno de los oficios más antiguos, que en la actualidad se realiza utilizando herramientas eléctricas que agilizan bastante el trabajo, unos cinco minutos por oveja, aunque se requiere mucha experiencia para realizar la esquila correctamente porque de ello depende la calidad de la lana resultante.
La oveja de raza castellana, que es la que se da principalmente en Soria, ocupa zonas llanas de la meseta norte, asociándose a los cultivos de cereal. En origen la capa era de color negro, pero a mediados del pasado siglo la depreciación de la lana negra fue tan importante que la selección hacia la capa blanca fue sistemática, introduciéndose en zonas de Castilla la raza manchega para acelerar este proceso. Esta selección persiste hasta nuestros días.Desde la antigüedad son conocidas las ferias ganaderas de Medina del Campo, en Valladolid, donde la raza castellana ha tenido desde siempre una presencia importante, y cuyos orígenes se remontan a la Edad Media.