«La nueva ley permite el adoctrinamiento y va a seguir alimentando la bestia independentista»

Habla de la Educación con devoción, la de aquel que lleva toda su vida dedicado a ella. La misma con la que Fernando Rey (León, 1963) defiende y se siente orgulloso de las escuelas rurales con tres alumnos. Todo para acabar con esa «arraigada percepción» de que «cuando se cierra la escuela, se cierra el pueblo», puntualiza.

PREGUNTA.- ¿Que balance hace de estos años al frente de la Educación de Castilla y León?

RESPUESTA.- Han sido unos años de mucha efervescencia y ebullición en educación. El hecho fundamental fueron los resultados de Pisa en su momento. Otro factor muy importante han sido las relaciones que hemos ido teniendo con los sucesivos inquilinos del Ministerio de Educación en el marco del pacto educativo y toda esta diatriba. Ha habido momentos buenos, malos y regulares, pero en conjunto creo que ha sido una legislatura bastante tranquila.

P.- ¿Con qué se queda y qué es lo que le ha faltado para considerarla redonda?

R.- Quizá una legislatura parezca poco tiempo, pero hemos puesto en marcha bastantes cosas. Estoy especialmente contento del nuevo sistema de Releo Plus porque básicamente la mitad de nuestros escolares de educación obligatoria tienen todos sus libros gratis. Cuando llegué teníamos ayudas individuales que la máxima era de 105 euros. Y teníamos un sistema de intercambio de libros, pero sólo en los colegios públicos y sólo el 40% de los colegios públicos y ahora es un nuevo derecho individual. También estoy muy contento de cómo se han ampliado las ayudas a comedores. Todos los aspectos sociales de la educación, la educación inclusiva, me gusta especialmente. El proyecto ahora de 20-30 contra la segregación escolar étnica. Estamos a punto de dictar una nueva normativa para mejorar a los escolares con enfermedad y con la necesidad de apoyos sanitarios puntuales o permanentes. Pendiente queda toda la renovación pedagógica ligada a la tecnológica, a lo digital. En un par de años van a estar conectadas todas nuestras escuelas e institutos, con internet y alta velocidad, y esto va a requerir, ya sí, una política de educación en lo digital importantísima.

P.- Cuando llegó a la Consejería había un déficit claro de profesores. ¿En qué medida se está revirtiendo y que resta por cubrir?

R.- Más que muchos más profesores ordinarios, necesitamos estabilizar a los que tenemos, a los interinos. Consolidarlos en una plaza fija, y ahí están los procesos. El del año pasado y este año son importante para los maestros; el año siguiente, también, otra vez para los profesores de secundaria. En lo que vamos a necesitar cada vez más profesores es para cubrir las necesidades especiales de los alumnos, en educación especial. Más profesores de educación terapéutica, más de audición y lenguaje, de servicios a la comunidad porque en los centros ahora orbitan muchos profesionales, no sólo el maestro o profesor clásico de toda la vida, sino muchos otros. Y estos otros son cada vez más necesarios.

P.- ¿Cuál es la tasa de interinidad actual?

R.- En maestros es menor, está en torno al 8%. La de secundaria se ha rebajado, pero todavía es alta, en el 16-17%.

P.- ¿Lo ideal es bajarla al 8%?

R.- Menos del 10%.

P.- ¿Los profesores deben cambiar los pañales, como dice el Procurador del Común?

R.- Creo que hay muchas quejas sobre esto...

P.- Sobre todo en Valladolid.

R.- Es un tema clásico. En la práctica, lo que ocurre es que muchos profesores sí cambian los pañales. Otra cosa es que no quieran que se les reconozca como un deber añadido, como una carga profesional más. Creo que esto es razonable. A mí personalmente me gusta la solución que han dado algunas asociaciones de padres, que espontáneamente tienen contratado a una persona para que en los casos en los que ellos no puedan ir a cambiar los pañales, se desplace al colegio y entre esa persona perfectamente identificada y los cambie.

P.- ¿Para cuando la universalización de la educación de 0 a 3 años?

R.- Esa la próxima frontera. Es algo que tiene que venir por muchas razones. Porque la psicología y los pedagogos nos están diciendo que es una edad en la que parece que los niños no aprenden pero no es verdad, aprenden como esponjas. En algún momento tenemos que plantearnos en España, y cuanto antes, esta gratuidad de la educación de 0 a 3, como en otro se planteó la gratuidad de 3 a 6. Esto es una educación muy cara porque la ratio de los niños es muy pequeña. Un profesor tiene pocos alumnos porque tiene que atenderlos, tiene que cambiar el pañal y tiene que hacer otro tipo de cosas. Yo creo que por eso debe plantearse de modo gradual. Aún así estamos hablando de 150 millones de euros al año y, por tanto, con este marco de financiación no es posible. En el presupuesto de la Junta de Castilla y León es inabordable o casi inabordable con lo que tenemos.

P.- ¿Pueden mantenerse escuelas en los pueblos con solo tres niños?

R.- Lo estamos haciendo y no sabe con qué alegría. La educación en el medio rural es muy cara, pero también es de mucha calidad. En nuestra comunidad tenemos esta percepción de que cuando se cierra una escuela, se cierra el pueblo. Es una percepción totalmente arraigada. Yo no la conocía porque soy un chico de barrio, no de pueblo, pero he podido comprobarlo. La gente percibe como un auténtico trauma que se cierre la escuela. Con esta flexibilización que hemos hecho, creo que razonable, evitamos que se cierre un año para tener que abrirla el año siguiente. Lanzamos un mensaje. Hay alcaldes que están buscando población, buscando niños para que no se cierre la escuela porque tienen esa sensación de que detrás del cierre de la escuela se cierra el mismo pueblo.

P.- ¿Pero es posible mantenerlo sin cambiar el modelo de financiación y dar cabida a esta idiosincrasia de Castilla y León?

R.- Ahora mismo con la financiación que tenemos no tenemos ni para los gastos ordinarios. Hay que tener en cuenta que el presupuesto crece cada año porque una parte fundamental son los salarios. En este momento no tenemos ni siquiera para cubrir lo ordinario. Y el sistema de financiación no tiene en cuenta la calidad de la prestación de servicios. Tendría que haber una financiación para todos, pero tendría que haber otra que premiara los buenos resultados.

P.- Salió rápidamente en defensa de la ex ministra de agricultura, Isabel García Tejerina. ¿Realmente los niños de Castilla y León son más listos que los de Andalucía, se puede decir así o es una salida de pata de banco?

R.- Son unas afirmaciones que se hacen en un determinado contexto. Sin duda, uno de los graves problemas que tenemos como país es la desigualdad educativa tremenda. También por eso nosotros clamamos por una Ebau única, porque eso al final produce injusticias. Dicho así, desde luego, induce a que alguien piense que se está minusvalorando a los niños de Andalucía. Creo que esa no era la intención de la ex ministra. Más bien, era poner el acento en que con la misma ley estatal hay 17 políticas subjetivas con 17 resultados muy diferentes. La crítica de la ministra no se refería a los niños, sino a las políticas educativas andaluzas.

P.- Existe en el horizonte, una nueva ley de educación...

R.- Algo he oído, sí.

P.- Pero no de boca de la ministra. ¿De verdad no ha podido hablar con ella ni con nadie del ministerio?

R.- A mí me parece increíble pero no, nadie se ha puesto en contacto con nosotros. Quizás no esté muy contenta tras mi intervención en el última conferencia sectorial. Están tomando decisiones que finalmente van a pagar otros. Ni siquiera han levantado el teléfono para informar de todos estos cambios. El modo no puede ser peor. Bueno, supongo que habrá hablado con las comunidades del PSOE, no lo sé y tampoco me consta. Con Castilla y León, desde luego no. Es toda una reforma educativa que no tiene en cuenta la opinión de los profesores, de los sindicatos y tampoco el consejo escolar, la comunidad educativa, los representantes de los padres, la escuela concertada... En fin, con los actores educativos principales. Es una propuesta desde ese punto de vista otra vez del pendulazo. De ahora gobierno yo e impongo mi visión. Tanto que criticaban a Wert y es un poco el mismo estilo.

P.- Más allá de que no se han puesto en contacto con usted, ¿a qué le suena lo que está escuchando? ¿Cómo valora ese plan para repetidores, la recuperación de la Educación para la Ciudadanía con otro nombre...?

R.- Me suena muy vintage, muy viejuno. Es volver a la LOE, parches. Es una norma, además de no dialogada y que no se habla de financiación, fuertemente ideologizada. Creo que no puede haber una reforma educativa en España sin que se sienten a hablar el PP el PSOE y Ciudadanos. Podemos tiene una posición aquí un tanto diferente, son más bien antisistema. No puede haber pactos sin estos acuerdos, entre otras cosas porque el PP gobierna en cinco comunidades, tiene la mayoría parlamentaria...Es una vuelta a ese populismo popular de la izquierda no suficientemente reflexiva de ponerlo todo más fácil. Se permite pasar el Bachillerato con una asignatura, ya puestos por qué no con dos. A mí me parece que no es lo que necesita nuestro país. Frente al elitismo de la derecha, que siempre está con la calidad, está el paternalismo de esta izquierda, con fórmulas que ya fracasaron en su día. Los estudios de la ESO hay que adaptarlos a cada alumno, pero hay que exigirles, no se trata de hacer un paripé. Pero el gran tema de la norma y lo que me produce indignación es todo el tema territorial. Se devuelve la competencia lingüística a las comunidades autónomas, de tal manera que no están obligadas a que se enseñe castellano correctamente. Con lo cual, con esta nueva ley se permite el adoctrinamiento escolar, no sólo en Cataluña, que va a seguir alimentando la hidra y la bestia independentista. Y todo por un puñado de votos y por seguir agarrados al cargo un poco más.

P.- ¿Esto no es culpa de ustedes, de PP y de PSOE, que cuando pudieron no pactaron una ley de Educación?

R.- Sin duda. Esta inestabilidad produce unos efectos muy lesivos a la Educación. Lo peor de esta ley es que mira al pasado, está hecha con el retrovisor, está hecha en 2006. Volver a los viejos demonios familiares de los años socialistas, de los años 80 casi. Esa asignatura a la Educación para la Ciudadanía, que es la catequesis laica alternativa a la religión. Todo muy confesional, en un sentido y en otro. Y, en cambio, no se habla nada de la escuela digital, bilingüe, no hay ninguna previsión. Esto es un ‘deja vu’. Y todo esto diciendo que algunos fallos de la Lomce eran clamorosos.

P.- Su plan de bilingüismo está siendo contestado, ¿en qué punto se encuentra?

R.- Llevamos toda la Legislatura con ello. Queremos un bilingüismo quizás no tan extenso pero sí más intenso. Los sindicatos, algunos, critican las secciones bilingües, pero es el modelo de secciones que se da en todo el mundo y es incontestable. Pero claro ese modelo no lleva a que el alumno acabe dominando inglés al final de Secundaria.

P.- ¿No cree que esas secciones deberían ser obligatorias y evitar esa cierta discriminación entre alumnos?

R.- Sí, yo también tendería a pensar que ese debería ser el objetivo. De hecho, en el plan de bilingüismo vamos a exigir a todos los centros que tengan su plan de idiomas, sean o no bilingües. El idioma ya no es una opción. Tienen que saber el inglés y si saben algún otro, mejor. Por ejemplo, nos preocupa que no se siga aprendiendo en francés.

P.- ¿Se han olvidado ya aventuras nuevas de universidades privadas?

R.- No, aquí nos vienen ofertas, online, extranjeras...

P.- Hablaba de la UCAM de León.

R.- Ah sí, eso sí. No nos lo llegaron a pedir oficialmente, por fortuna, porque les habríamos dicho que no. De alguna manera ya sabían la respuesta, en parte porque tenemos muchas universidades privadas. El parque está copado ya, tenemos cinco. ¿Qué Comunidad es comparable a Castilla y León en tejido universitario? Galicia. Tiene tres públicas, nosotros cuatro; población semejante, estructura semejante. ¿Cuántas universidades privadas hay en Galicia? Cero. Que vayan a preguntar a Galicia, aquí tenemos el cártel de completo.

P.- ¿Los alumnos tienen que resignarse a tener la Ebau más díficil?

R.- Pues sí. De todos modos, los equipos conjuntos de univerdad e institutos ya han ido equilibrando el examen a la media del país. Es un examen razonable de dificultad. El problema de bajar excesivamente el nivel de la Ebau es que destrozarías un poco el Bachillerato, que es donde no hay que bajar el nivel.