Un soriano ‘internacional’ para convertir el juego en aprendizaje

Aprender mediante el juego siempre ha sido más fácil que memorizar cantidades ingentes de páginas. En los últimos tiempos colegios y empresas apuestan por la gamificación, o cómo crear y utilizar los juegos para enseñar, evaluar conocimientos o hacer piña en torno a un objetivo común.

Para conocer de primera mano experiencias y propuestas sobre el tema en el área educativa, el Simposio Internacional de Innovación Aplicada (IMAT) acogerá el martes un taller protagonizado por el soriano Fernando Boillos. Habrá una parte de didáctica pura... y otra para poner a jugar a los profesores.

Profesor en el colegio Nuestra Señora del Pilar, Boillos acudirá a la cita valenciana con un taller sobre «cómo adaptar una scape room al ámbito educativo». Con 450 docentes convocados a la cita, tratará de mostrarles como esta propuesta de «ocio alternativo» que ha comenzado a proliferar por toda España es además una herramienta para enseñar en el colegio.

En su haber cuenta con experiencias como una scape room sobre cazadores de tumbas en el antiguo Egipto. Los alumnos tuvieron que trabajar en equipo, conjugar habilidades, resolver enigmas con los conocimientos adquiridos, cooperar o centrarse en objetivos antes de poder abrir los sarcófagos. También Harry Potter pululó en forma de juego por el centro.

«Los objetivos son obtener nuevos conocimientos» motivando a los alumnos, pero también pueden ser «evaluar esos conocimientos de una forma diferente o desarrollar nuevas competencias de una forma práctica» y con unos alumnos mucho más animados que ante una pila de folios. La posibilidad de crear objetivos específicos, medibles, alcanzables o pautados en el tiempo es tan real como pueda ser ante una lección convencional.

Pero ¿qué ocurre en un aula cuando los contenidos se presentan como un juego? «Tú metes la gamificación en el aula y surge la magia», resume Boillos. «Debemos descubrir el espacio lúdico en el aula. La dopamina, que nos hace sentirnos bien durante el juego, es uno de los neurotransmisores más potentes». En definitiva, cuando uno aprende mientras se divierte todo resulta más gratificante y, por qué no, sencillo de fijar.

Todos esos contenidos «hay que adaptarlos, pero una vez adaptados todo va muchísimo mejor». La idea es trabajar sobre «un contenido significativo tanto de forma individual como cooperativa y ligada a objetivos de aprendizaje. Lo que más cuesta es diseñarlo porque hay que tener en cuenta factores como la narrativa, que interese a los alumnos» para que se impliquen.

Boillos señala que «es un orgullo que te lleven a un evento como el IMAT» donde hay desde universidades estadounidenses hasta colegios españoles. El martes a primera hora «presentaré en el taller los recursos de la gamificación y la experiencia con las scape rooms». Posteriormente, los participantes tendrán que experimentarlo en sus propias carnes, que si algo está claro es que la letra con juego entra.

«He diseñado una scape room» basada en la fórmula de un medicamento, el ‘Docenterol Forte’, que convierte a quien lo toma en un súper profesor». Sin embargo alguien la ha robado y, al estilo detectivesco, deben descubrir cómo recuperarla. Jugarán, experimentarán... y aprenderán sobre docencia.