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CAPITAL

«Volver a la situación prepandémica», objetivo de la normativa de terrazas

El Consistorio prepara el borrador de la nueva Ordenanza con las aportaciones del sector y de los grupos, aunque todavía no hay posicionamiento sobre las instalaciones en aparcamientos

Una terraza en la capital. GONZALO MONTESEGURO

Publicado por
JOSÉ ÁNGEL CAMPILLO
Soria

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Sin restricciones sanitarias y con la hostelería trabajando en condiciones habituales, el próximo año la instalación de terrazas contará con una nueva normativa. El Consistorio y el sector han venido reuniéndose desde que el año pasado se decidiera ampliar para 2022 la flexibilización que venía aplicándose desde los dramáticos momentos de 2020. Han sido muchas las reuniones, señaló la concejala de Comercio y Turismo, Yolanda Santos, entre los grupos políticos y el sector, representado por Asohtur y la Cámara de Comercio. Y aunque quedan algunas cuestiones por perfilar, el Consistorio se prepara ya para redactar un borrador de Ordenanza. La idea es «volver a la situación prepandémica», señaló la concejala, pero también ajustar la norma al futuro de la ciudad.

Entre las cuestiones pendientes, la permanencia o no de los veladores instalados en zonas de aparcamiento. Algo ahora permitido y que viene arrastrado por la excepcionalidad de los tiempos, pero sobre lo que hay que tomar una decisión de cara a 2023. Se trata del «tema sobre todo que más debate crea, porque es una situación novedosa», reconoció la concejala. Se ha abordado en tres de las reuniones y «hemos hablado un montón» sobre los pros y contras. «Nadie se ha posicionado radicalmente ni a favor ni en contra» y de momento no hay una decisión tomada.

En cambio, sí hay acuerdo de cara a las ocupaciones que en calles y plazas han incrementado notablemente las mesas y sillas en relación a 2019. «Todo eso volverá a la normalidad», refirió Santos. Si bien no se registraron quejas por molestias en lo más complicado de la pandemia, debido a la «necesidad tan inmediata» de que trabajaran los establecimientos, hay una percepción de que las terrazas se acumulan.

Aparte de no cobrar la tasa en 2020 y 2021 (en 2022 el Consistorio pasa la mitad del recibo y está por ver en Hacienda la cuestión del próximo año), la gravedad de la crisis hizo que de manera excepcional se permitieran ciertas situaciones. No sólo en lo referido a las ocupaciones, sino también en la posibilidad de cerramientos estables. Hasta el covid estos podían implantarse en el Vergel, parte alta del Espolón y Ramón y Cajal. Había que ayudar a los negocios y se permitió su multiplicación pensando sobre todo en los meses fríos. Sin embargo, algunas de las instalaciones que se han visto, especialmente en aparcamientos, no estaban en la mente municipal «para nada». Más bien se pensaba en «algo seguro, pero más ligero». Cierto tipo de cerramientos «no pueden permanecer». La nueva Ordenanza recogerá los modelos y protecciones y las condiciones de ornato, unas características estéticas que ya venían reguladas, pero que también serán puestas al día.

El acuerdo de flexibilización adoptado en estos años con el visto bueno del pleno está vigente hasta final de 2022. De cara a 2023 se cuenta con tener lista la nueva regulación, por haberse ultimado este año o por su redacción final en los primeros compases del siguiente. Por ejemplo, en el primer trimestre. El lanzamiento de una Ordenanza es prolongado, teniendo en cuenta que al visto bueno inicial hay que esperar las posibles alegaciones y, en su caso, resolverlas. También hay que contar con el debate previo, en este caso con el sector de la hostelería, que «es el que sabe» sobre el terreno.

En este sentido, en las reuniones de trabajo se van consensuando las «propuestas de cambio que venían por su parte». En este tiempo se ha revisado la regulación que existía cuando era impensable la situación de pandemia y que fue sobrepasada por el acuerdo de flexibilización. La Ordenanza se ha venido revisando «punto por punto» y se ha puesto la vista en la regulación de otras ciudades. De esta manera, se confía en acordar una normas «mejoradas» en relación a las vigentes y en las que «esté de acuerdo todo el mundo».

El proceso también se aprovecha para dejar atrás cuestiones que quedan anticuadas y proyectar una «visión» sobre cómo se quiere la Soria del futuro en cuanto a las terrazas. O sea, «qué imagen» se quiere transmitir y la «compatibilidad» con los distintos actores, de manera que «podamos convivir todos». Lo que ahora se ve es «puntual y excepcional», recordó la concejala, «entendemos que ya ha cambiado», considerando que las limitaciones han desaparecido y que los locales pueden trabajar en interior y horarios normales.

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