Micología
La campaña deja 3.421 kilos decomisados y 314 denuncias
Un producto valorado en origen en más de 20.000 euros que son recuperados para la propiedad o titularidad del acotado y para el fondo de mejoras de los montes
El operativo micológico, en el que participan tanto agentes medioambientales de la Junta como la Guardia Civil, ha interpuesto en lo que va de campaña 314 denuncias, todas ellas infracciones administrativas y la mayor parte por recolectar sin autorización o por exceso de cantidad en función del permiso que llevaban los infractores, excepto un delito de falsedad documental con un investigado por falsificar la licencia comercial. Además, se han tramitado seis denuncias por transporte del producto sin acreditación.
Hasta el momento se han intervenido 3.421,20 kilos de boletus edulis y níscalos en la vigilancia de los 17 acotados micológicos que hay en la provincia y que regulan en su conjunto más de 183.000 hectáreas. Un producto valorado en origen en más de 20.000 euros que son recuperados para la propiedad o titularidad del acotado y para el fondo de mejoras de los montes.
El 89% de la mercancía interceptada ha sido de Boletus, 3.046 kilos, 354,81 kilos de níscalos y 20,3 kilos de otras especies, según fuentes de la Delegación Territorial de la Junta en Soria. A las 128 denuncias por recolectar sin autorización, se suman otras 79 por exceso de recolección, seis por transportar más de 10 kilos de setas sin acreditación, dos por circulación prohibida y una por acampada sin el permiso pertinente para ello. Asimismo, el Seprona interpuso 95 denuncias por acampada ilegal, e investiga un delito de falsedad documental de una licencia comercial.
A modo de comparativa, el año pasado por estas fechas se habían decomisado 292 kilos de boletus y níscalos y se interpusieron 17 denuncias, si bien la temporada fue muy escasa por la falta de agua. Aún así sigue siendo inferior a la campaña de 2021, con 6.000 kilos de setas intervenidos.
Cabe recordar los 23 expedientes que ha abierto el Servicio Territorial de Sanidad en lo que va de temporada micológica en materia de trazabilidad de las setas, uno de ellos a una empresa que compraba productos a través de un intermediario, a su vez del sector de la restauración en un pueblo de la provincia a quien agentes del Seprona también denunciaron. Y es que le intervinieron 70 kilos de boletus de los que no pudo demostrar su origen, de modo que la mercancía se puso a disposición de Sanidad Alimentaria de la Junta de Castilla y León para que determinara su destino.
Además del decomiso del producto micológico y de diversos utensilios utilizados para cometer la infracción se han instruido las correspondientes denuncias para la incoación de los pertinentes expedientes sancionadores por infracción al nuevo Decreto 31/2017, de 5 de octubre, que regula el recurso micológico silvestre en Castilla y León, así como a la Ley 43/2003, de Montes estatal y la Ley 3/2009, de Montes de Castilla y León, que prevé la posibilidad de incautación o decomiso del vehículo o medios de transporte utilizados para cometer la infracción, a cuyos efectos existe un protocolo de intervención conjunta entre la Guardia Civil y los agentes medioambientales para el caso de denuncias que se tramiten por vía penal como delito mayor.
Pero lo cierto es que desde el Servicio Territorial de Medio Ambiente constatan que estos últimos años se va notando la efectividad de las medidas coercitivas como la incautación de los medios de transporte tanto en campo como en carretera, dado que en esta campaña sólo se han interceptado diez vehículos, cuando algún año se han llegado a decomisar hasta 21.
El descenso de estas infracciones demuestran la eficacia del operativo que ha puesto en servicio la Junta de Castilla y León en coordinación con la Guardia Civil, reforzando el campo para el control de la recolección de setas. El objeto de este tipo de operativos, en el que también participan agentes medioambientales de las entidades propietarias como el Ayuntamiento de Soria y la Mancomunidad de los 150 Pueblos, es controlar a recolectores ilegales, evitar malas prácticas recolectoras para evitar daños al monte y hacer que el aprovechamiento micológico sea sostenible en el tiempo. Además, gracias a estos dispositivos se evita que haya pérdida de recursos micológicos en los pueblos, ayudando a que no se perjudique el desarrollo rural.
En el protocolo a seguir, una vez realizados los decomisos, la Guardia Civil o los agentes medioambientales deben llamar a los propietarios del coto donde se han interceptado las setas y es el propietario del acotado el que tiene que hacerse cargo de las mismas. Tras la oportuna inspección por expertos que comprueban su idoneidad para la comercialización, teniendo en cuenta que es un producto perecedero, el producto se intenta posicionar en el mercado a través de las empresas de comercialización legalmente establecidas.