La nueva planta de biometano divide a San Esteban de Gormaz
El alcalde de la localidad aclara que «todavía no hay una postura definida» sobre la instalación que costará 10ME y exige que se cumplan «los permisos y las licencias»

Imagen de una planta de biometano como la que se ubicará en San Esteban.
San Esteban se divide ante el anuncio de la construcción de una planta de biometano en el municipio, que tendrá una inversión de 10 millones de euros y que promueve la compañía Iam Carbonzero.
Tras las críticas y algunas quejas vecinales que rechazan su implantación en el municipio por su impacto medioambiental, el Ayuntamiento de San Esteban de Gormaz, liderado por el alcalde Daniel García, se posiciona. El alcalde asegura que el Consistorio no tiene una posición determinada frente a la planta, ni positiva ni negativa. «No tenemos una posición ni somos promotores de esta iniciativa, simplemente se nos ha informado de lo que quieren hacer», afirma.
Desde el Ayuntamiento recalcan la «importancia» de cumplir con todos los permisos administrativos y medioambientales requeridos, así como con las licencias de construcción necesarias. «Han adquirido unos terrenos de forma privada y ahora tienen que cumplir con esa parte de permisos ambientales y urbanísticos que nosotros tengamos», añade García.
Para informar adecuadamente a la localidad, el Ayuntamiento está trabajando en traer expertos neutrales en biometano, no relacionados con los promotores de la obra, que expliquen los verdaderos pros y contras de la planta. «Queremos que los ciudadanos tengan toda la información, por lo que estamos trabajando para que venga un grupo de expertos en biometano que sean neutrales y no los promotores de la obra, que nos cuente a todos, incluido yo, los pros y contras del biometano», explica.
Con respecto a las competencias medioambientales, desde el Consistorio aseguran que corresponden a la Junta de Castilla y León, mientras que el Ayuntamiento se encarga de aprobar las licencias de construcción. «Esta iniciativa está regulada por administraciones superiores a nosotros, que dan los permisos, sacan líneas de financiación y analizan los sectores de impacto ambiental. Nosotros simplemente somos los que concedemos, de una forma muy llana y transparente, la licencia de construcción de la propia planta», comenta.
En cuanto a las normas urbanísticas actuales, datan del año 1995 y hay que tener en cuenta aspectos como la construcción de depuradoras de agua residual, un requisito para su actualización. «A día de hoy, las normas urbanísticas no recogen grandes distancias para la colocación de granjas de explotación porcina grandes y cosas similares", explica.
«Durante 8 años, en el mandato del PSOE, no se modificaron estas normas y se instalaron dos granjas de este tipo, pero tampoco quiero entrar en el pasado. Lo que les quiero transmitir a los ciudadanos es que estamos trabajando en las normas urbanísticas para intentar que la Confederación nos de el permiso», añade.
«Nuestro compromiso es que todo pueda tener una ordenación correcta porque todo tiene cabida, pero hace falta un orden», concluye. La promotora de este proyecto eligió San Esteban por sus buenas comunicaciones y la disponibilidad de residuos agroalimentarios. Tiene previsto ubicarse en el terreno de la antigua fábrica Tudor.