Heraldo-Diario de Soria

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Las tres tablas medievales que perdió un pueblo de Soria y ahora brillan en París

Tres piezas sobresalientes que adornaron en su día el retablo mayor de la Catedral lucen hoy en uno de los museos más importantes del mundo, el Louvre

Las tres pinturas que adornaron la Catedral de El Burgo de Osma y hoy lucen en el Louvre de París.HDS

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"Siempre nos quedará París". La icónica frase de la mítica Casablanca forma parte ya de la cultura popular y en esta ocasión sirva para mirar a la capital francesa para encontrar piezas únicas que en su momento formaron parte del patrimonio cultural soriano. Tres tablas con las imágenes de la Virgen y el Niño, San Ambrosio y San Juan Bautista adornaron en su momento el retablo mayor de la Catedral de El Burgo de Osma. Aquel retablo se renovó y parte de sus tesoros hoy lucen en uno de los museo más importantes del mundo, el Louvre parisino. 

Las tres tablas comparten características. Su autoría se atribuye al valenciano Gonçal Peris Sarrià y están datadas en la década entre 1420 y 1430. Las tres vinculadas al estilo gótico internacional y están elaboradas sobre una tabla con témperas y oro. Las tres proceden de la Catedral de El Burgo de Osma y las tres están hoy en la colección del Museo del Louvre. 

¿Cómo llegan tres tablas medievales desde El Burgo a París? Como siempre en estos casos las referencias son algo limitadas. Se sabe que las tres imágenes, siendo la de la Virgen y el Niño la más importante, formaban parte del Retablo Mayor de la Catedral burgense. Este elemento se sustituyó por el nuevo retablo de Juan de Juni en torno a 1.550. Algunas de las pinturas antiguas se integraron en el nuevo conjunto, pero otras, años después terminaron en manos de intermediarios  y marchantes de arte. 

La tabla de la Virgen y el Niño aparece vinculada a la colección Salazar de Vitoria al inicio del siglo XX.  En 1905 ya se relacionan con el marchante Pedro Ruiz, cuyo centro de operaciones estaba en la capital alavesa  y en su historia se cruza otro marchante, francés, M. de Blives, afincado en París que seguramente fue el que intermedió para que acabara finalmente en el Louvre. Un recorrido similar hacen las otras dos pinturas en una información recopilada por Miguel Hermoso Cuesta, en Nostra et Mundi. Patrimonio Cultural de Castilla y León en el mundo, Fundación Castilla y León, 2025. 

Virgen con Niño y ángeles.Département des Peintures

Virgen con Niño y ángeles

Se trata quizás de la pieza más destacada del trío que salió de El Burgo para acabar en el Louvre. Esta pintura presidía el antiguo retablo mayor de la Catedral de El Burgo. La tabla muestra ante un fondo dorado a la Virgen sedente en un trono, vestida con túnica y manto, cubre su cabeza con un velo y está coronada. Lleva al Niño, semidesnudo, en su regazo y ambos aparecen en un trono tratado como una pequeña arquitectura, con arbotantes que salen del respaldo y que terminan en pequeños contrafuertes rematados por pináculos, en el intradós de los arbotantes aparecen tracerías góticas continuando los laterales del trono con paneles con leones en relieve, que lo identifican con el trono de Salomón y que rematan en torrecillas.

El encargo a un taller valenciano de una obra tan importante pudo deberse tanto a la importancia y calidad de los obradores de la ciudad del Turia a comienzos del siglo XV como a la ausencia de importantes talleres en Castilla en la época, que importaría otras obras como el retablo de Santa Úrsula del convento de San Pablo en Palencia, con tablas repartidas hoy en distintos museos. Se ha recordado también como en las fechas en que se encargó el conjunto el obispo de El Burgo de Osma era el cardenal Alfonso Carrillo de Albornoz, nieto de los señores de Moya (Cuenca), localidad para la que el taller de Pere Nicolau había pintado un retablo hacia 1420 tal y como explica Hermoso Cuesta. 

La pintura sobre San Ambrosio.Département des Peintures

San Ambrosio

El santo aparece en pie, vuelto hacia la izquierda, revestido con alba, casulla de brocado dorado y mitra, calza guantes y sostiene un volumen con su mano derecha, oculta por la casulla, y el báculo episcopal con la izquierda en un gesto tan elegante como artificial. Se alza sobre una alfombra verde decorada con un patrón de “gallinetes”, una decoración textil común en los inventarios de la Corona de Aragón del s. XV y tras el se alza un antepecho decorado con arquerías trilobuladas rematadas en conopios ocupadas por una malla geométrica. Rematando la estructura una serie de pequeñas jarras de piedra colocadas a intervalos iguales.

Tabla de San Juan Bautista.Département des Peintures

San Juan Bautista

El santo aparece en pie, vuelto hacia la izquierda pero con el rostro girado hacia el espectador, viste una túnica hasta las rodillas que simula ser de piel de camello, como señala el Evangelio y sobre ella un manto verde con vueltas rosas que oculta gran parte de su figura y cae a sus pies en complejos pliegues. Con la mano izquierda sostiene un libro de cubiertas azules sobre el que reposa el Cordero de Dios con el lábaro de la Resurrección, al que señala con el índice de la mano derecha, haciendo evidente de esta manera su papel de Precursor.

Un retablo monumental

Hermoso Cuesta explica que el antiguo retablo mayor de la Catedral burgense era un "monumental conjunto" que, según la hipótesis de reconstrucción propuesta por Francesc Ruiz i Quesada y José Gómez Frechina en 2014, "constaba de predela, cuatro pisos y siete calles protegidas por una polsera". 
Las calles extremas estaban ocupadas por imágenes de cuerpo entero de santos, de las que se conservan un San Agustín, Santo Domingo de Guzmán (catedral de El Burgo de Osma), San Ambrosio y San Juan Bautista (París, Musée du Louvre), las intermedias por escenas de la vida de la Virgen (el Anuncio a San Joaquín y Anuncio a Santa Ana se conservan todavía en la catedral de El Burgo de Osma) y en la central se superponían la tabla hoy en el Museo del Louvre con la Virgen con Niño y ángeles, la Dormición de la Virgen, del Museu Frederic Marès de Barcelona y quizás la Coronación de la Virgen del Cleveland Museum of Art, aunque esta tabla no es aceptada por todos los estudiosos como perteneciente al mismo conjunto. La obra fue realizada por Gonçal Peris Sarrià y el denominado Maestro de Martí de Torres, a quien se ha propuesto identificar con García Peris Sarrià.
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