Viernes de Toros con nueve orejas en el coso y fiesta mucho más allá

El día de jolgorio por excelencia para muchos, frente a la preferencia estética y campera de La Saca. El Viernes de Toros desembarcó después de una larga espera y desbordó toda la emoción, algarabía y bulla contenida. Explosión de color en el ruedo y las calles aledañas, con tobogán incluido en la Zona, en un calor bienvenido y acorde con la jornada festiva que empieza temprano. Muchos jóvenes a los que las vicisitudes de la pandemia les demoraron la inmersión en los sanjuanes seguro que compensaron la espera con el que es el ‘carnaval’ oficioso de Soria. El jubileo de la reina de Inglaterra, soldados, vacas, flamencas, peces, mosqueteras, romanos, enanitos de cuento, mariposas y un sinfín de caracterizaciones mostraron la faceta más imaginativa de la jarana, con el abundante tutú y las flores hawaianas como elemento de pega y moda este año.

La lidia de la mañana dejó bonitas escenas taurinas y un buen número de trofeos: seis. Tristán Barroso fue el triunfador en la primera de las novilladas ante las reses de Laura Velasco, al cortar tres orejas: una al primer novillo, el de la Cuadrilla de La Cruz y San Pedro y las dos al de El Rosel y San Blas. También Jarocho salió por la puerta grande, después de llevarse los dos trofeos del que cerraba el festejo, el de la Cuadrilla de San Miguel. Por su parte, Joel Ramírez se llevó un único premio tras matar al toro de Santiago. De manera que las Cuadrillas de Santa Catalina y La Mayor no pudieron ver cómo sus reses daban galardones.

Por la tarde, ante un coso a rebosar desde el principio a diferencia de lo que pasa por la mañana, que se va llenando, llegó el momento de Ignacio Bonet, Alberto Donaire y Juan José Jurado. Precisamente este se destacó con dos trofeos, tras sus actuaciones con las reses de San Esteban y La Blanca. A Jurado acompañó en las orejas Alberto Donaire, con una por el toro de Santo Tomé, San Clemente y San Martín. Ignacio Bonet no tuvo suerte. En las nueve orejas de la jornada tampoco entraron San Juan, El Salvador y Santa Bárbara.

El público no se demoró demasiado en el ruedo por la mañana y el festejo que comenzó con cierto retraso concluía a la una y media. Por la tarde, la salida se produjo a las nueve. Un tiempo para seguir prolongando poco o mucho el Viernes de Toros que en el ínterin llena las plazas y los bares de comidas de amigos.